HISTORIA
HISTORIA
El fanatismo es una
constante en la historia de la civilización cristiana occidental. Las épocas
tolerantes sin relativamente escasas y breve. La historia del fanatismo en
occidente puede dividirse en dos grandes etapas, siendo el siglo XVIII el periodo
de confluencia entre ambas. La primera se inicia, tras la relativa tolerancia
de la Grecia clásica y a roma republicana, con la proclamación del carácter
absoluto de la autoridad de los emperadores romanos, después de haberla
legitimado atribuyéndole un origen divino. Desde este momento, no hay
tolerancia con la disidencia y se persigue
los cristianos con mayor o menor intensidad.
Al convertirse el
cristianismo en religión oficial del imperio, la autoridad civil y religiosa no
tardan en desempeñar el mismo papel que hicieron los emperadores paganos: se
persigue con dureza creciente a herejes e infieles, sin que apenas existan
protestas públicas por esta conducta hasta el siglo XVIII. Los pensadores
independientes de esta época llaman a la intolerancia de siglos anteriores
“FANATISMO” denunciándola con energía, consiguen que nuestra cultura tome
conciencia por primera vez de su pasado fanatico y promueven una nueva época,
que creen inminente, en la que la luz de la razón terminara para siempre con el
fanatismo religioso.
Lejos de estas
previsiones optimistas el siglo XVIII no es más que el comienzo de la segunda
etapa de la historia del fanatismo, que se inaugura con la revolución francesa.
Constituye esta un modelo del fanatismo moderno, que concede un valor absoluto
a una causa de tipo secular (la patria, el pueblo, la libertad) y está ciego a
otro tipo de valores y dispuesta utilizar la violencia si la causa lo requiere.
Observemos pues que
en la segunda etapa, se ha operado un cambio trascendental en el seno del
fanatismo: su objeto se ha desplazado del campo religioso al político (este
desplazamiento coincide secularización cultural). Esto no implica que el
fanatismo religioso desaparezca totalmente y mucho menos que pierda virulencia
o modifique su naturaleza.
El que continúe la
tendencia a absolutizar en el fanatismo “moderno” lo mantiene inevitablemente
unido a su origen religioso. Por ello no es raro que en el lenguaje, actitudes
y costumbre introducidas por movimientos fanáticos de carácter netamente
político como la revolución francesa, el nazismo o el anarquismo de Nechayev, encontremos frecuentemente
elementos de evidente origen religioso. Tanto es así que estamos tentados de
pensar si a la desacralización de nuestra tradicional cultura cristiana no ha
sacralizado de lo político.
La coincidencia entre
la existencia de una autoridad absoluta y la incorporación permanente del
fanatismo a nuestra historia parece basada en que la legitimación y ejercicio
de la autoridad absoluta otorgaba ya a los primeros emperadores romanos la
convicción de que las creencias religiosas que profesaban eran también de
carácter absoluto, dogmático. Puesto que el emperador es representante del
absoluto en la tierra es depositario de la verdad absoluta, que posee en exclusiva.
Es obligación suya no permitir religiones erróneas como el cristianismo, que
pueden encolerizar a los dioses. Además la aceptación de los dogmas oficiales
por todos los súbditos será una buena prueba de que estos reconocen su
autoridad absoluta como emperadores así como el hecho de que encarnan la
divinidad. Quienes no aceptan los dogmas establecidos y por lo tanto ni la
autoridad absoluta, ni la divinidad constituyen un peligro para la unidad del
imperio y deben ser castigados.
Fanatismo diferentes perspectivas
La dimensión
cognitiva del fanatismo está constituida por el conjunto de ideas con
determinadas características y creencias que hace suyas el sujeto fanático.
Según Javaloy la idea propia del fanático
se caracteriza por ser absoluta, infalible, eterna, predestinada a vencer,
norma suprema de acción a obedecer. Decreta aquello que es verdadero e
irremplazable, ejerce un efecto sustractor de la mente a cualquier idea
diferente que intente surgir.
Kurt Schneider en 1923 describió los
“psicópatas fanáticos” en su libro personalidades psicopáticas y les atribuía
rasgos paranoides y Millón, más recientemente, describe un subtipo de paranoide
fanático que asume la identidad de un líder noble inspirado, una figura
política poderosa que se propone misiones grandiosas para salvar el mundo,
etc., con rasgos muy similares a los de la personalidad narcisista.
Freud afirma que a través del
fanatismo el hombre busca su felicidad y su seguridad.
Erich Fromm inminente psicólogo
y sociólogo define el fanatismo como un intento de escapar de la soledad, el
deseo de establecer vínculos afectivos con otras personas que creen igual
disminuyendo así el miedo a la libertad y a la soledad a la misma vez. La persona fanática no duda ni un momento el
tener la verdad en su poder y no necesita cuestionarse esa verdad como lo haría
el relativista.
El fanatismo es el
problema más grave que vamos a enfrentar en el siglo XXI y ante esta
intolerancia lo único que puede actuar como especie de vacuna es la democracia
y el respeto a las diferencias, advierte la escritora y periodista española Julia Navarro quien en su nueva novela
La sangre de los inocentes, aborda el tema a
lo largo de tres periodos históricos: la edad media, la segunda guerra
mundial y la actualidad.
GENERALIDADES
Definición de fanatismo:
Fanatismo es el apasionamiento del fanático, una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias u opiniones. Un fanático también es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo.
Características del fanático:
Las características de una persona fanática son las siguientes:
-Cree tener la verdad sin poder ser cuestionada por nada ni por nadie.
Las características de una persona fanática son las siguientes:
-Cree tener la verdad sin poder ser cuestionada por nada ni por nadie.
-El fanático no razona y no admite una discusión sobre lo que consideran dogmas no debatibles.
-El fanático también trata de imponer sus propias creencias sobre los demás y de forzar a todos los que tiene cerca a que crean de la misma manera que él o ella creen.
-El fanático no cree en la diversidad de pensamientos ni en la posibilidad de abrirse a nuevas ideas o movimientos.-Dentro del fanatismo pueden nacer nuevas ideas igualmente fanáticas, reformadas por la persona que cree tener la verdad.
- Estas personas usualmente forman sectas dentro de sus mismos grupos que atraen personas fanáticas como ellos que los apoyan en sus ideas.
Tipos de fanatismo:
· El fanático religioso se identifica con un individuo de conducta ciega con una religión en particular, lo que le lleva a provocar actos contra personas que no creen en ésta mediante una lógica inflexible.· El fanático político: Suele preferir el continente que el contenido de su discurso, su aprobación coyuntural y mayoritaria, a su racionalidad, y sobre todo, el aplauso al convencimiento.
· El fanático científico: Parece una expresión contradictoria (sería más correcto hablar de fanatismo pseudocientífico) por ser el conocimiento racional del instrumento que emplea la ciencia para investigar el extremo opuesto al fanatismo, de carácter irracional.
·El fanatismo moral: comportamiento inflexible e integro de acuerdo a exigencias del código moral, que trata de seguir con un liberalismo inhumano.
· El fanatismo étnico: consiste en un etnocentrismo extremo, en una profunda convicción de que la propia nación o raza es superior a las demás.
· El fanatismo económico: este fanatismo asociado a una profunda ignorancia, concibe la economía como un gran mecano cuyas piezas pueden disponerse según la voluntad de quien lo arma.
· El fanatismo jurídico: impone recomponer el equilibrio de poderes, conceder espacios a las decisiones políticas adoptadas democráticamente, aceptar que existe una jurisdicción constitucional semi difusa, que la otra Corte y los consejos tienen supremacía en los asuntos de su jurisdicción y que las leyes admiten diversas interpretaciones acordes con la Constitución.· El fanatismo a la red: es la capacidad que tienen los seres humanos para recibir información a distancia, tanto a través de los medios tradicionales, como por medio de las nuevas tecnologías.
-El fanático también trata de imponer sus propias creencias sobre los demás y de forzar a todos los que tiene cerca a que crean de la misma manera que él o ella creen.
-El fanático no cree en la diversidad de pensamientos ni en la posibilidad de abrirse a nuevas ideas o movimientos.-Dentro del fanatismo pueden nacer nuevas ideas igualmente fanáticas, reformadas por la persona que cree tener la verdad.
- Estas personas usualmente forman sectas dentro de sus mismos grupos que atraen personas fanáticas como ellos que los apoyan en sus ideas.
Tipos de fanatismo:
· El fanático religioso se identifica con un individuo de conducta ciega con una religión en particular, lo que le lleva a provocar actos contra personas que no creen en ésta mediante una lógica inflexible.· El fanático político: Suele preferir el continente que el contenido de su discurso, su aprobación coyuntural y mayoritaria, a su racionalidad, y sobre todo, el aplauso al convencimiento.
· El fanático científico: Parece una expresión contradictoria (sería más correcto hablar de fanatismo pseudocientífico) por ser el conocimiento racional del instrumento que emplea la ciencia para investigar el extremo opuesto al fanatismo, de carácter irracional.
·El fanatismo moral: comportamiento inflexible e integro de acuerdo a exigencias del código moral, que trata de seguir con un liberalismo inhumano.
· El fanatismo étnico: consiste en un etnocentrismo extremo, en una profunda convicción de que la propia nación o raza es superior a las demás.
· El fanatismo económico: este fanatismo asociado a una profunda ignorancia, concibe la economía como un gran mecano cuyas piezas pueden disponerse según la voluntad de quien lo arma.
· El fanatismo jurídico: impone recomponer el equilibrio de poderes, conceder espacios a las decisiones políticas adoptadas democráticamente, aceptar que existe una jurisdicción constitucional semi difusa, que la otra Corte y los consejos tienen supremacía en los asuntos de su jurisdicción y que las leyes admiten diversas interpretaciones acordes con la Constitución.· El fanatismo a la red: es la capacidad que tienen los seres humanos para recibir información a distancia, tanto a través de los medios tradicionales, como por medio de las nuevas tecnologías.
Ventajas y desventajas
Ventajas: El fanático en cierta manera se aleja de la verdad y sus conocimientos sobre sus creencias prosperan y hacen que se encierre en su propio mundo.Para algunos fanáticos existen grandes ventajas al entrar en su mundo, por ejemplo el alejarse de vicios e influencias nocivas para su vida.
El dejar de hacer cosas que antes practicaba y que no le convenían tales como vicios, maneras de vivir etc.
Desventajas: Sin embargo por otro lado el fanatismo puede traer desventajas devastadoras no solo para el fanático sino para un país entero.El fanatismo algunas veces desarrolla, guerras y graves desastres.
El fanatismo ha dado pie a masacres causados por sus creencias o suicidios masivos por perseguir un ideal
Presentan:
Ventajas: El fanático en cierta manera se aleja de la verdad y sus conocimientos sobre sus creencias prosperan y hacen que se encierre en su propio mundo.Para algunos fanáticos existen grandes ventajas al entrar en su mundo, por ejemplo el alejarse de vicios e influencias nocivas para su vida.
El dejar de hacer cosas que antes practicaba y que no le convenían tales como vicios, maneras de vivir etc.
Desventajas: Sin embargo por otro lado el fanatismo puede traer desventajas devastadoras no solo para el fanático sino para un país entero.El fanatismo algunas veces desarrolla, guerras y graves desastres.
El fanatismo ha dado pie a masacres causados por sus creencias o suicidios masivos por perseguir un ideal
PERFIL
DEL FANÁTICO (líder)
Edades:
adolescencia o adultez
Sexo:
femenino o masculino
Dimensión
persono lógica: rasgos narcisistas psicopatía y visión paranoica en los lideres
fanáticos carácter autoritario
sadomasoquista.
Autoimagen:
combativa: Se muestran egocéntricos y se ven a sí
mismos como personas asertivas, arrogantes
y altaneras.
Estilo
cognitivo: dogmático y dicotómico: Su obstinación y
rigidez hacen que estos sujetos tiendan a mantener de forma pertinaz sus
prejuicios y son incapaces de cambiar de opinión mostrándose intransigentes con
puntos de vista disidentes
Comportamiento
observable: suspicaz y explosivo: Se comportan como los
paranoides con suspicacia extrema, con desconfianza hacia las interacciones de
los demás que les hacen presentar actitudes defensivas
Estado
de ánimo/ temperamento: irascibilidad: Son
normalmente irascibles fácilmente irritables al ser contrariados no comparten verdaderos sentimientos con los
demás.
· “Facilidad de palabra”, su labia, junto con una arreglada imagen física a tono con la ideología del grupo, es la base de la manipulación que ejercen sobre sus seguidores. La forma de vestir, su cabello, su forma de hablar y de caminar, los manerismos con los que subraya su predicación... todo en ellos está debidamente estudiado y explotado para atraer a los desprevenidos."
· Su cualidad seria el ´´carisma´´ quien, aparentando poseer poderes sobrenaturales, providenciales o extraordinarios, tiene éxito en congregar discípulos a su alrededor.
· Son mentirosos compulsivos, adictos de la mentira, mienten siempre, aún cuando no lo necesitan. No les importa mentir y lo hacen con la mayor frialdad del mundo. Incluso cuando es obvio que mienten, insisten tranquilamente en la mentira y la sostienen ante cualquier tribunal.
· Divinos, megalómanos (delirio de grandeza) y egocéntricos el endiosamiento o divinización es otra característica común a todos los líderes sectarios. Por eso, parte de la fabricación de la mentira que sustenta el engaño se basa en autoproclamarse divino.
· Un individuo repleto de duda, miedo, odio; sólo ve en otros duda, miedo, odio.
· Es autoritaria: afán de imponer las propias creencias y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma.
· se aferra a algo externo que promete cambiar al mundo, porque el mundo actual está equivocado, y por su culpa, él es un fracasado.
· Quiere secretamente morir por su causa, fundirse en un movimiento y quedar diluido para dejar de cargar con él mismo.
Perfil del fanático (Seguidor)
Edades: Normalmente en la adolescencia y casos así como en casos de adultos.
Sexo: ya sea femenino o masculino
Dimensión persono lógica: predominan los radicales de inseguridad inmadurez carencia de identidad y dependencia emocional también pueden presentar rasgos psicopáticos con alta impulsividad y búsqueda de emociones fuertes o paranoides.
Comportamiento observable: suspicaz y explosivo: Se comportan como los paranoides con suspicacia extrema, con desconfianza hacia las interacciones de los demás que les hacen presentar actitudes defensivas Preocupado por conspiraciones consideran al extraño como depositario de todos los males propios
Comportamientos: extra punitivos y sumiso: Despectivos y despreciativos, tenaces obstinados comprometidos y muy responsabilizados
Estado de ánimo/ temperamento: irascibilidad: Son normalmente irascibles fácilmente irritables al ser contrariados no comparten verdaderos sentimientos con los demás
Representaciones objétales: perniciosas: La representación del mundo que se hace el fanático es un lugar hostil que le a producido multitud de frustraciones personales originando un déficit de autoestima y de las que responsabiliza a los otros.
También presentan:
· Imitación.- El desarrollo de un grupo necesita de elementos que unifiquen tanto en lo cotidiano como en lo extraordinario.
· Es esclavizante: Producto de que merma la intelectualidad y la libertad de opinión, dos elementos indispensables para la Libertad.
· Dogmatismo: fe en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad;
· Es contagioso: Vemos constantemente grupos de hinchas locos por un club deportivo. Grupo de personas totalmente ciegas por una religión. Una masa fanática por un país, o un partido político.
· Destruye el diálogo, la discusión, o la conversación a la cual accede. La hace monótona y sin sentido, pues el hablante nunca podrá razonar sobre su opinión, no importa cuán ilógica o desquiciada sea la idea que defiende tanto como cuan buena es la idea a la cual ataca.
· Es anti evolutivo; evita los progresos intelectuales, pues bloquea totalmente la capacidad crítica de un individuo, la hace desaparecer.
FANATISMO
RELIGIOSO
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que
más controversia, ha generado a través de la historia en cuanto bajo ésta se
han llevado a cabo conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas.
Durante siglos, miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las
grandes religiones para así llevar actos que van en contra de la propia
religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión.
El fanático religioso se identifica con un individuo de conducta ciega con
una religión en particular, lo que le lleva a provocar actos contra personas
que no creen en ésta mediante una lógica inflexible.
En los siglos XVI y XVII el fanatismo religioso alcanza un alto grado ya que estos
simpatizantes condenaban las ciencias "al condenar éstas a la religión
mediante la razón" los reyes "acusados de superficiales materialistas
que llevaban una vida de placeres" y a los estudiosos de los astros
"a quienes se acusaba de servidores de Satanás". El fanatismo tiene
un principio en parte compartido con la fe, según el cual quien piensa
diferente se convierte en adversario o enemigo.
En las religiones más influyentes y expandidas mundialmente se han podido
ver actos de fanatismo desde la decadencia del imperio romano por el cual los cristianos quemaron libros y estatuas por inmorales y
fulminaron avances en literatura y arte. Las cruzadas fueron actos fanáticos e imperialistas que profundizaron en la
disputa centenaria entre musulmanes y cristianos, combatiendo ambos en nombre
de Dios durante la Edad Media. Otros actos contemporáneos a éstas eran la Santa Inquisición, herramienta de supresión de la herejía.
En la actualidad algunos actos fanáticos se han podido ver bajo acciones de
grupos de la religión islámica, como los Atentados del 11 de septiembre de
2001, cometiendo daños hacia otros ciudadanos que difieren de
sus creencias.
Generalmente se clasifica al fanático como una persona ignorante e ingenua, con un razonamiento apenas suficiente para justificar y defender sus
creencias mediante la agresión o juzgando a los demás como herejes. El fanático no acepta consejos ni modificaciones lo cual hace
extremadamente difícil su evolución y cambio de mentalidad. Esta mentalidad
puede además haber sido reflejo de un núcleo social en el que se ha exaltado el
deseo de suprimir a los que se oponen a sus creencias y modo de ver la vida.
Estos mayormente van más allá de lo debido, es el modo desproporcionado de
entender y defender una causa el cuál les lleva a un sentido de llevar a cabo
una misión, los cuales son capaces de recurrir a todos los medios con tal de
triunfar. Estos contienen una conciencia desmedida de su propia grandeza: el
fanático se identifica con la causa que defiende, estos se alimentan del celo
inquisitorial y actúa como fiscal o juez de la verdad.
El fanatismo religioso concretamente es la incapacidad para admitir el
mundo en su diversidad y para aprender de los otros, generando una sociedad
anclada en un tiempo y una forma fija de ver las cosas.
Se opone al movimiento que conduce a la realidad y por tanto no se puede
ver cambios en ella, lo que no da posibilidad para el desarrollo de la vida y
el descubrimiento de nuevas ideas.
Fanatismo religioso y violencia:
El fanatismo religioso no es
religión, sino su caricatura cruel. No es servir a Dios, sino intentar servirse
de Dios. No es cumplir la voluntad de Dios, amándole a Él y a sus hijos, que
somos todos; sino intentar que Dios cumpla nuestra voluntad, respaldando
nuestras acciones de odio, de venganza o de poder.
Todas las religiones tenemos
experiencias de fanatismos aterradores. Los cristianos tampoco se han librado.
Ahí están las cruzadas, la inquisición, el antisemitismo, las divisiones entre
las Iglesias, las luchas por el poder. El fundamentalismo islámico, exultante
por haber destruido las torres gemelas y haber causado más de diez mil muertes
de «enemigos» con sólo dos certeros golpes, está, con diez siglos de retraso, en
la misma actitud religiosa de aquellos cruzados cristianos que celebraban con
una misa solemne de acción de gracias el haber hecho correr, a ríos, la sangre
de los musulmanes por las calles de Jerusalén.
Aquí 2 consecuencias del fanatismo
religioso:
Oposición o desprecio hacia la
Ciencia…
Me considero un
hombre apasionado por la Ciencia, ya que para mí la Ciencia es una de las
mejores cosas que existen, por lo cual me resulta grato compartir con otros lo
que he aprendido, por esta razón en el transcurso de mi vida en incontables
ocasiones me he topado con “fanáticos religiosos”, algunos de estos encuentros
han resultado ser molestos para mí, ya que en más de una ocasión alguno de
estos “fanáticos religiosos” ha proferido contra mí persona todo tipo de insultos,
por ejemplo, uno de los que más recuerdo es cuando en cierta ocasión me
llamaron “siervo de satanás”, ya que dicha persona alegaba que la Ciencia es
“cosa del diablo” y que como yo hablo siempre de Ciencia (es cierto) eso me
convertía en alguien malo; pero que idea tan absurda e irracional es ésta.
Pérdida de la libertad personal…
Muchos “fanáticos
religiosos” permiten que en la religión que profesan les sean prohibidas
algunas cosas, con lo cual pierden su libertad, por ejemplo, algunas religiones
prohíben ciertas maneras de vestirse o arreglarse por parte de hombres o
mujeres (según sea el caso), ya que se considera que esto resulta ser algo
inmoral o indecente; esto me parece algo absurdo, ya que considero que tanto la
calidad o integridad moral así como la decencia de una persona va más allá de
su manera de vestirse o arreglarse, a fin de cuentas la ropa es sólo átomos.
Quizá el tema del arreglo personal pueda parecer algo trivial, pero las
restricciones de parte de ciertas religiones atentan contra diversos aspectos
de la vida personal, por ejemplo, muchos “fanáticos religiosos” permiten que se
les prohíba cierta manera de pensar o de actuar en su vida, con lo cual,
reitero, pierden una de las cosas más valiosas que posee un ser humano, “la libertad”.
Pérdida de la capacidad de pensar o razonar por sí
mismo.
Muchos “fanáticos
religiosos” aceptan ciegamente todas las imposiciones ideológicas que su
religión les impone, esto lo hacen sin siquiera detenerse un poco a pensar o
razonar en si las “ideas o enseñanzas” que están aprendiendo son buenas o malas
para ellos mismos, con lo cual están perdiendo su capacidad crítica, en pocas
palabras su capacidad de discernimiento de las cosas.
“Reflexiona: ¡Vas a
vivir tu vida como otros quieren que la vivas o serás libre!”
Cómo identificar a un fanático religioso
La pasión desmesurada
y obsesiva hacia una religión era muy típica durante la Edad Media. Hoy, en
pleno siglo XXI, ha pasado a ser una conducta que se ve cada vez menos, aún
así, siguen existiendo grupos fuertemente fanáticos y que son capaces de darlo
todo (incluida su propia vida) por el dios o dioses a los que veneran.
Aquellos
con un denotado fanatismo hacia la religión creen tener la verdad absoluta, no
se cuestionan la existencia de ningún otro dios más que el suyo, no son capaces
de razonar de forma civilizada ni lógica cuando alguien pone en duda algunos
valores de su religión. Odian a todos aquellos que no siguen sus doctrinas, y
suelen canalizar ese odio en forma de rabia, insultos o hasta agresiones
físicas.
Otra
característica clara es la fuerza de imposición: los fanáticos religiosos
tratan con frecuencia de imponer sus creencias a los demás, su logro más grande
sería una sociedad en la que todos pensaran como él. Estos sujetos suelen
responder a perfiles intolerantes y normalmente arraigados, clasicistas.
También es corriente que formen parte de sociedades o sectas donde se sienten a
gusto con otras personas que comparten y apoyan sus ideas.
Problemas del fanatismo religioso
Aquel que profesa un
amor desmesurado hacia una religión a menudo deja de lado otras cosas muy
importantes, como los estudios o el trabajo. Es el caso, por ejemplo, de muchos
jóvenes islamistas que desde adolescentes son "atrapados" dentro de
sectas y dejan de lado la escuela, amigos y hasta familiares,
para dedicarse en cuerpo y alma a sus ideas religiosas, que muchas veces vienen
acompañadas también de ideas políticas.
Una
persona fanática generalmente no tiene capacidad de razonar ni pensar, dado que
siempre reacciona de forma impulsiva e intolerante, no desarrolla su mente en
busca de nuevos desafíos y no aumenta su cultura: no acepta otras ideas
religiosas, sociales y/o políticas diferentes a las que profesa su dios.
Evitar el fanatismo religioso
Puedes seguir una
religión, no hay nada de malo en ello, incluso practicar sus ideales. Lo que sí
deberías evitar es caer en el fanatismo, y para ello puedes empezar preguntando
a otra gente si te ven como un fanático. O simplemente, vuelve a leer el primer
punto de este artículo para ver si, siendo sincero contigo mismo, has notado
algunas de esas características cuando te han hablado acerca de tu religión (ira,
violencia verbal o física, tratar de "convencer" a los demás tus
ideas, etc.).
Acude a tu iglesia,
practica tu religión, pero no te limites a ella: existen otras actividades que
hacer a lo largo del día. Tampoco te recomendamos que frecuentes sectas o personas
fanáticas que te puedan introducir en una de ellas, en definitiva, sé tú mismo,
elige libremente la religión que más se adapte a tu pensamiento, pero mantente dispuesto a escuchar y debatir otras ideas, y sobre
todo, sin tratar de imponer tus creencias bajo ninguna circunstancia.
FANATISMO POLÍTICO
Todos tenemos una
ideología política, y eso está bien, ya que ayuda a construir la personalidad y
desarrollar nuestro autoestima, pero el problema viene con la llegada del
fanatismo por esta idea, lo que se transforma en algo que yo llamo "El
caparazón"
¿Por qué se llama así?
1-Porque
se sienten seguros con sus ideologías, ya que son "perfectas",
utópicas.
2-Así como las tortugas se esconden de peligros ajenos, los ultras ven como peligro a las otras ideologías que no sean la suya, por lo que genera violencia.
Pero ¿Cuales son las Ultras ideologías? Podemos nombrar 3 grupos en general:
La ultra derecha o extrema derecha:
2-Así como las tortugas se esconden de peligros ajenos, los ultras ven como peligro a las otras ideologías que no sean la suya, por lo que genera violencia.
Pero ¿Cuales son las Ultras ideologías? Podemos nombrar 3 grupos en general:
La ultra derecha o extrema derecha:
Extrema
derecha o ultraderecha son términos utilizados en política para describir
movimientos y partidos políticos que sostienen un discurso ultranacionalista,
xenófobo y autoritario, con una tendencia populista en defensa de la identidad
nacional que puede no abogar por el mantenimiento de las instituciones y las
libertades democráticas.1 También, se declaran democráticos y sus electores, en
casos, no asocian a estos partidos posturas reaccionarias y antidemocráticas,
aunque sus dirigentes puedan ser admiradores del fascismo, su estilo agresivo y
su carácter excluyente.
La ultra izquierda o extrema izquierda:
La ultra izquierda o extrema izquierda:
La
extrema izquierda, izquierda revolucionaria y ultraizquierda son términos
utilizados en política para describir movimientos, partidos políticos y
gobiernos que promueven y sostienen posiciones radicales de izquierda. La
extrema izquierda promueve el igualitarismo completo. Se opone a un sistema
económico, social o político estratificado. El término se usa frecuentemente
para dar a entender que una persona es extremista o que tiene una posición
política extrema o muy a la izquierda. En algunos casos, el término sirve para
describir posiciones radicales de izquierda fuera del marco institucional
democrático, alegando hacerlo en beneficio del pueblo.
Historia
El término izquierda política tiene su origen en el lugar de la Asamblea Nacional en que se sentaban, durante la francesa los representantes jacobinos, que respaldaban medidas que favorecieran a las clases más pobres de la sociedad. El término extrema izquierda ha sido utilizado para describir personas o grupos que mantienen posiciones extremas de igualdad social y apoyan un cambio radical político y social mediante la fuerza o un cambio abrupto revolucionario.
El Anarquismo
El
anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y
abolición del Estado entendido como gobierno, y por extensión, de toda
autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por
considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Sébastien Faure, filósofo
anarquista francés, dijo: "Cualquiera que niegue la autoridad y luche
contra ella es un anarquista". Bajo una formulación tan simple, pocas
doctrinas o movimientos han manifestado una tan gran variedad de aproximaciones
y acciones, que no siempre fueron bien entendidos por la opinión pública.
Históricamente hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y
en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social
hacia una futura sociedad, en palabras de Proudhon, "sin amo ni
soberano".
Los problemas
que trae la ultra política:
La violencia
La violencia está presente en estos tres grupos. Ellos salen a
"defender" (cosa que es mentira, ya que nadie los ataca) su
ideología, mediante golpes, disparos, insultos y desprecio por las cosas
públicas (como calles, monolitos, etc).
La
discriminación:
Este se da en los dos primeros, ya que la ultra derecha
discrimina lo no nacional, lo no perteneciente a su lugar (eso incluye personas,
religión, etc.) y la ultra izquierda, que discrimina a aquel que no apoye su
ideología (es tratado de facho, nazi u otros insultos).
La difamación
historicista:
Esto
también se da en los 3 grupos. ¿Qué es esto? es la deformación de un hecho histórico
o de alguien para manipularlo en su conveniencia: por ejemplo, Marx es difamado
por los derechistas e idolatrado por los izquierdistas, pero la realidad es que
es un gran economista, filósofo, etc., cuya ideología no nos debe importar, si,
por ejemplo, estudiamos historia.
Ideología
En consecuencia,
podemos afirmar que no todos los grupos de extrema derecha comparten los mismos
ideales, pero la mayoría tiene una visión del mundo conspirativa y
ultranacionalista, que les permite recoger el voto de protesta contra las
imperfecciones de la democracia. Tiene en común al menos alguna de las
siguientes características:
- Nacionalismo:
La idea nacional es una característica común a todos las ideologías de
extrema derecha. La nación se concibe como una unión étnica frente al
nacionalismo político de origen francés.
Pero el nacionalismo
también es la idea que separa a estos movimientos. Así por ejemplo, la extrema
derecha española siempre estará enfrentada con su homóloga británica a causa
de Gibraltar y
estos últimos, a su vez, con los nacionalistas irlandeses a causa de Irlanda del Norte.
Más allá, también tienen diferencias en su concepción de la realidad nacional.
La Liga Norte italiana,
por ejemplo, busca la independencia de su región, mientras la extrema
derecha española busca la cohesión de su nación.
- Antiliberalismo:
Se abarca en general, una oposición al capitalismo liberal. Por otra
parte, no existe ninguna tendencia económica clara entre estos grupos.
Mientras algunos como el nazismo y
el fascismo defendían
cierta intromisión del estado en la economía, hubo otros totalmente
liberales en lo económico, tal como el Gonzaleismo,
e incluso algunos como el franquismo no
tenían un programa definido y su política económica evolucionaba en
función de las circunstancias. Existen también los defensores de la meritocracia.
- Tradicionalismo:
No debe entenderse con esto una defensa de los valores religiosos
tradicionales. En la mayoría de los casos es así, pero existen algunos
episodios históricos en los que ha sucedido todo lo contrario. Por
ejemplo, la Alemania
Nazi se caracterizó por la
instauración de una moral y unos ideales neo
paganos, que rompían con el cristianismo
tradicional.
La religión puede ser
un nexo de unión para un grupo y a su vez puede ser motivo de enfrentamiento
con un grupo de extrema derecha rival. Esto sucede en Irlanda del Norte, donde
los nacionalistas católicos irlandeses
se enfrentan a los protestantes británicos. Ambos son grupos de extrema
derecha porque comparten la característica de su nacionalismo (evidentemente,
desde una perspectiva muy diferente) a diferencia de la extrema izquierda que
tiene una visión universal, como sucede con los extremismos islamistas.
- Conservadurismo:
Es un término que se usa para describir a aquellos conservadores que
defienden promover la cultura y la identidad étnica nacional, como forma
de promover el crecimiento de la sociedad. Existen grupos hegelianos que
defienden que el orden instituido ha sido propuesto directamente por Dios
y no se puede ni debe cambiar. Por ello defenderán la forma de estado
existente por el mero hecho de que es la que se ha impuesto.
- Valores verticalistas: Exaltación
de los valores que se consideran adecuados para la sociedad. En general, son
movimientos que se sirven de los símbolos para desarrollar su política.
Suelen tener cierta tendencia militarista y
de mantención de los valores de la sociedad o una recuperación de estos.
Las políticas nacionalistas y
expansionistas son muy comunes, puesto que muestran el poder que ha
alcanzado la propia nación frente al extranjero decadente.
- Anticomunismo:
Es la oposición al comunismo y especialmente al Marxismo. Ideológicamente
se basa en el rechazo al concepto de materialismo histórico,
y a la diferencia de clases propias de la sociedad civil. Como ejemplo
podemos citar a la agrupación "Flashes Culturales" liderada por
el uruguayo Alexander Torres Mega.
- Xenofobia:
Es el rechazo al extranjero. Estos movimientos rechazan a los extranjeros,
defendiendo la pureza nacional.
Fanatismo deportivo
El fanatismo es
el apasionamiento del fanático, una persona Que se defiende con tenacidad desmedida sus
creencias u opiniones. Un fanático también es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo. El fanatismo
supone una adhesión incondicional a
una causa. La mencionada ceguera que produce el apasionamiento lleva a que el
fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional. El
fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo
que menosprecia las opiniones de los demás.
La falta de racionalidad
puede llegar a tal extremo que, por el fanatismo, una persona mate a otra.
Cuando el fanatismo llega al poder político, suele desarrollar todo un sistema para la imposición
de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel o incluso la muerte.
Como actividad social el deporte hace parte
de nuestro diario vivir. Los fanáticos se encuentran en el corazón de las
organizaciones deportivas. Los eventos deportivos atraen las muchedumbres tanto
a nivel mundial, nacional o regional. Las tasas de retransmisión televisiva o
radiofónica se vuelven los barómetros del éxito comercial de un evento. Las
comanditas, los derechos televisivos, y los productos derivados aparecen como
unos productos indirectos imprescindibles. En el corazón de los eventos
deportivos se encuentran los espectadores, los televidentes y los fanáticos. El
éxito comercial de las organizaciones deportivas se funda en la presencia de
los fanáticos.
Pretende alcanzar varios objetivos. El
primero es definir lo que es realmente un fanático. Aunque el término sea
conocido de todos y que haya sido objeto de múltiples investigaciones a lo
largo de los años, la literatura nos enseña que no existe unanimidad en cuanto
a su definición. Cómo puede un equipo deportivo desarrollar una base de
fanáticos indispensable a la perennidad de sus operaciones comerciales si no
hemos podido llegar a un consenso sobre lo que implica la noción de fanático.
Un segundo objetivo, corolario del primero, es identificar los guiones / rasgos
que caracterizan a un fanático. Para alcanzar ese propósito, la estructura de
esa comunicación se presentará en cuatro partes: el histórico del fanatismo;
sus dos enfoques; la presentación de un modelo integrador y la
conceptualización del fanatismo según un continuum.
Las características asociadas usualmente al
concepto de fanático deportivo y proponer una definición unificadora.
Son: Siete características definen ese
concepto: la pasión, la adhesión, la socialización, el compromiso, la unicidad,
la intolerancia y la violencia.
La
pasión
La pasión es un carácter
extremadamente importante en la comprensión del fanático y del fanatismo.
Destacan que la intensidad es parte integral del carácter pasional del
fanático. Eso implica fuertes emociones que pueden traer a una determinada
forma de intolerancia o subjetividad, o incluso a una determinada violencia. Es
pues esta pasión que tapa, que puede impulsará los fanáticos a actuar de manera
extrema. Pensamos sin embargo, que es importante moderar lo que se entiende por
fuertes emociones. Según la posición que adoptamos, la pasión no es
inevitablemente destructiva. Esta pasión corresponde a un estado de fuertes
emociones hacia un campo de interés particular (un deporte).
La
adhesión
Utilizan distintos
términos para expresar la adhesión en las distintas definiciones, como
compromiso devoción lealtad y conexión. Expresa pues el grado de conexión,
entre el individuo, el fanático y su equipo. La intensidad da la adhesión, está
se utilizó de sobra como base de segmentación. Las motivaciones que causan la
adhesión son variadas: por placer, para expresar su pertenencia, para demostrar
un determinado conocimiento en el ámbito de actividad privilegiada, para el
placer de encontrar el objeto único. Los fanáticos y los aficionados son poco
influenciados por el resultado del partido. Eso implica que las motivaciones
son múltiples y variadas la necesidad de excitación y el materialismo se
conectan positivamente a la identificación y al compromiso.
El concepto de fanatismo
es un fenómeno social donde la presencia de otros fanáticos desempeña un papel
importante en el sustento o en el desarrollo del fanatismo. El fanático se
alimenta de otros fanáticos. El entorno (amigos y familia) es un elemento
inevitable en el desarrollo idéntico del fanático. El deseo de interacción
social se vuelve entonces inevitable en su compromiso. Este experimenta la
necesidad de intercambiar con otros fanáticos o individuos que demuestran un
interés por la misma causa. Por algunos fanáticos o casos excepcionales, la
intensidad de esta necesidad de interacción social puede impulsar al individuo
a aislarse y a no frecuentar personas que no estén comprometidas tanto como él.
Que se podría comparar en un contexto deportivo a las asociaciones de fans violentas
(vándalos).
El
compromiso
El fanático asigna
conscientemente recursos, a saber tiempo, energía o dinero para un interés
particular o una actividad para la cual goza de placer. Esta implicación es
generalmente superior a los no fanáticos, aficionados o individuos demostrando
un interés menos señalado para la cosa. El término compromiso se asocia
usualmente a la pasión. Cuanto más se apasiona el individuo, más tiempo y
dinero entrega a su pasión. El fanático dedica mucho tiempo a su equipo (en la
televisión o en el estadio), en los periódicos para informarse, en Internet, a
discutir de este mismo equipo con otras personas, etc. Cuanto más fuerte se
hace la intensidad o el grado de pasión y de compromiso, más fuerte y visible
se hace el compromiso puesto que el compromiso impulsa al fanático a adoptar
comportamientos cada vez más visibles como llevar los colores de su equipo,
elogiar y defender a su equipo, organizar veladas durante los partidos de su
equipo en un contexto deportivo o hacerse tatuajes el logotipo de su equipo
preferido y de esa manera llegar al concepto de comunidad de marca.
La
unicidad
El fanático se compromete
mucho hacia un deporte en particular, un equipo específico o una estrella. Hay
entonces una personalización de la cosa cuyo objetivo es preciso y tiende a ser
único, permitiendo al fanático concentrar su energía. El fanático desarrolla
una relación íntima con su equipo, un jugador o un instructor que le impulsa a
no interesarse más que por esta cosa que se podría nombrar, el objeto de culto.
De manera innegable, el fanático desarrolla una relación íntima con su equipo o
su objeto de culto, cualquiera que sea el ámbito de actividad. Y es la
importancia que representa la relación a los ojos del fanático.
La
intolerancia
Según la cual el fanático
es completamente intolerante para cualquier cosa que no abunda en su sentido,
es necesario reconocer que el fanático prefiere a su equipo o a sus jugadores.
Por lo tanto, está dispuesto a defender a su equipo o a encontrar pretextos con
el fin de evitar crítica y confrontación. En tal caso, se puede hablar aun más
de subjetividad y de dificultad para tener perspectiva, intentando imponer su
punto de vista. Por ejemplo, su equipo es el mejor porque. ¡Final del debate!
destaca que el fanático nunca duda y que permanece profundamente afianzado a
sus valores y creencias.
En un contexto deportivo y
también en ámbitos como la política, los fanáticos más extremos desprecian a
otros fanáticos que se comprometen y se apasionan menos que ellos. Desarrollan una
forma de intolerancia y de mente cerrada respecto a los que no piensan como
ellos, que puede tomar la forma de una subjetividad anormal. En una visión más
correcta del fanático, es posible hablar de intolerancia, pero sin mencionar
términos como autoritarismo y de mente cerrada. Por supuesto, esta pasión
deslumbrante puede influir en el fanático, en su manera de ver las cosas, pero
no en el punto de volverlo completamente irracional.
Aunque su equipo sea el
último de la clasificación, el fanático aún dirá que es bueno, pero podría
reconocer a medias palabras que, este año, no es lo de siempre.
La
violencia
La violencia se aborda
usualmente cuando uno se interesa por el fanático o por el fanatismo. Pone de
relieve algunos comportamientos extremos de un número reducido de fanáticos. Su
intolerancia, en casos extremos, los empuja a ser violentos, en todos los sentidos
del término. La mayoría de los autores ponen de relieve dos tipos de violencia:
la física y la verbal con una determinada graduación que evoluciona de la
excitación hasta la violencia pura y dura. Según algunos autores, es importante
diferenciar la violencia en Norteamérica, en Europa y Sudamérica. En
Norteamérica, el nivel de violencia no es similar al resto del mundo. Varios
investigadores comparten esta idea. Este fenómeno de violencia vinculado al
fanatismo se marginaliza más en Norteamérica. La violencia en el deporte
alcanza su paroxismo con el vandalismo, fenómeno íntimamente vinculado al
fútbol. El vínculo con una forma de fanatismo extremo es evidente. Los vándalos
a menudo están representados por individuos de estratos sociales desfavorecidos
cuyo grado de frustración, aun antes de llegar al estadio es extremadamente
fuerte, todo aquello acompañado de un consumo de alcohol muy superior al
promedio normal.
Según el enfoque
contemporáneo, algunos fanáticos recurren usualmente a la violencia verbal y
física con el fin de apaciguar su pasión. Pero sólo representan una minoría. El
fanático tal como lo concebimos puede ser violento, pero se limitará
generalmente a una violencia verbal con el fin de demostrar su compromiso a
favor de su equipo y reconociendo y desarrollando su identidad al mismo tiempo
Para los expertos hay que hacer una
diferenciación importante entre ser “fanático” y “adicto” a un determinado
deporte, pues cuando pasa a convertirse en una “obsesión” las cosas se
complican desde el punto de vista psicológico pues genera conductas negativas y
también permite un descuido de las obligaciones reales que tiene la persona.
El fanatismo en los deportes
Ver el fútbol puede ser un momento perfecto para compartir sanamente con los amigos
o la familia, sin embargo, muchas veces las personas se obsesionan de tal forma
que nada basta, pues no importan las horas que tenga que pasar semanalmente
para ver partidos, sí es fútbol está perdonado. Perder el sentido de la
realidad es una de las peores cosas que nos puede ocurrir, por ello hay algunas
directrices que nos sirven de guía para ver en qué estado estamos.
1. ¿Pensamos en fútbol cuando estamos haciendo otra cosa?
2. ¿Nos enojamos cuando nos interrumpen en algún partido?
3. ¿Faltaríamos a un evento familiar para ver un partido de Fútbol?
4. ¿Nos deprimimos excesivamente cuando pierde nuestro equipo?
Quienes demuestren este tipo de conductas (contesten sí a ellas), deberán
preocuparse por su estado pues, según Klapow, hay una adicción evidente y es
capaz de causarnos muchos problemas con las relaciones interpersonales que
tenemos. Como en todo tipo de adicciones, es algo que debemos corregir poco a
poco y no de forma radical de un día para otro, por lo que es importantísimo fijar
un plan de acción y tener paciencia.
El fanatismo deportivo
arriesga la amistad:
Hay
un precepto que asegura que la religión y la política son temas que conviene no
tocar en una reunión. En el caso de la amistad,
podría agregarse a esa lista, el deporte. Este suele generar el denominado fanatismo deportivo por un equipo en particular, especialmente en competiciones
importantes.
Existen
infinidad de casos de amigos, con una relación cercana desde la infancia o la juventud,
que han terminado de un día para el otro a raíz de una discusión por pertenecer
a dos equipos deportivos opuestos. En fin, el fanatismo deportivo arriesga la amistad.
Es
necesario tener en claro que las pasiones son difíciles de controlar, y el deporte
es una verdadera pasión para muchos hombres, y cada vez para más mujeres. Se trata de un
sentimiento que quien no lo experimenta, no lo puede entender en los demás, e
incluso puede parecer irracional, pero que arriesga la amistad.
Por
estas razones, lo más recomendable, con el fin de preservar una
amistad importante, es no hablar del tema, y mucho menos si uno de los
equipos está pasando un mal momento en un campeonato. Después, no será
necesario arrepentirse.
Cómo evitar el
fanatismo deportivo
El fanatismo no conduce a nada, y en el ámbito deportivo,
suele generar más trastornos que disfrute, pero pocas veces nos detenemos a
pensarlo de ese modo. Si eres fanático de un club, presta atención a esta nota.
Los males del fanático
deportivo:
El fanatismo o devoción obsesiva hacia
una figura deportiva - normalmente un equipo -, es muy común hoy en día, y en
muchas ocasiones llega a resultar hasta peligroso. Y no obstante, si nos
paramos a pensarlo bien, no tiene mucho sentido defender a muerte a jugadores o
personas que ganan cien veces más que tú y que, de hecho, ni te conocen.
Y si lo
pensamos desde el lado de un club.
¿Qué sentido
tiene relegar nuestro estado de ánimo a un simple resultado deportivo, o
alegrarnos o entristecernos cuando no hubo mérito alguno de nuestra parte?
Parémonos a
pensar mejor algunos casos y veamos de qué forma puedes evitar caer en el peligroso fanatismo deportivo.
¿Tu nivel de fanatismo te
hace daño?
Puedes seguir a tu equipo de fútbol
preferido porque te identificas con él, porque tiene mejores jugadores, porque
te gusta su estilo, etc., y principalmente, porque te hace pasar buenos
momentos de ocio admirando sus partidos. Pero, ¿realmente lo disfrutas o lo
padeces?
También puede ocurrir que cuando tu
equipo pierda te sientas mal, o que en lugar de disfrutar del espectáculo te la
pases gritando, insultando y sufriendo hasta el último minuto.
Pero cuidado, que también hay un
extremo aún mayor, y es ese típico fanático capaz de llegar a las manos para
defender a "su" equipo, que después de perder le cuesta dormir bien,
o que da prioridad absoluta a ver cualquier partido, incluso por encima de su
salud o su familia.
Analiza
hasta qué punto eso que crees que disfrutes realmente lo es, piensa si ese
sentido de pertenencia te lleva a algún lado."
Si eres de los que
siguen a un deportista o equipo y puedes hablar sobre ello sin alterarte,
aceptas bromas, si no te cuesta conciliar el sueño cuando pierden, o si en
definitiva, te lo tomas como un simple "hobby" más, no hay motivo
para preocuparte: no eres fanático, pero nunca está de más reflexionar y pensar
hasta qué punto disfrutas del juego.
Tomar conciencia sobre el
fanatismo
La mayoría de personas que sufren
fanatismo nunca se han detenido a pensar las ventajas y desventajas que ello
les ofrece. Pero reflexiona por un momento: ¿qué ganas tú?. Buenos momentos de
ocio, euforia, una subida de adrenalina, nada más.
En cambio, si estás obsesionado con un
deporte, cada vez que tu equipo pierde es un calvario, hasta el punto de discutir
acaloradamente con otras personas o impedirte descansar bien. Incluso tu
familia puede verse resentida por tu desmesurada afición: riñas con la pareja,
dejar de realizar actividades con los niños por atender a partidos, mal humor,
etc. De hecho, cada año hay decenas de muertos por enfrentamientos entre
aficionados, principalmente de fútbol, deporte que más fanatismos origina.
Cómo dejar el fanatismo deportivo
Muy bien, pero,
¿cómo hago para no pensar en el fanatismo?
Mentalízate, es
lo único que puedes hacer. Apóyate de familiares y amigos, pregúntales a
ver si también piensan que te tomas el deporte demasiado en serio, pídeles
ayuda si así es, realiza otras actividades, evita discusiones absurdas, despeja
tu mente, especialmente antes de un partido importante. Prueba a seguir otros
deportes, aunque parezca contradictorio, si sigues más de una actividad te será
más difícil centrarte en una sola, y por ende, no debería obsesionarte tanto.
Sé consciente, despierta, analiza hasta qué punto eso que crees un disfrute realmente lo es, piensa si ese sentido de pertenencia te lleva a algún lado, si te aporta beneficios para tu vida de forma directa. Reflexiona y deja de lado esa obsesión por ser esclavo de algo que escapa completamente de tus manos.
“El fanatismo es
una pasión, llevada a la obsesión”
Pasión
La pasión (del verbo en latín, patior, que significa
sufrir o sentir) es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia
una persona, tema, idea u objeto. Así, pues, la pasión es una emoción intensa
que engloba el entusiasmo o deseo por algo.
El término también se aplica a menudo a un
vivo interés o admiración por una propuesta, causa, actividad, etc.
Se dice que a una persona le apasiona algo
cuando establece una fuerte afinidad, a diferencia del amor que está más bien
relacionado con el afecto y el apego.
En el sentido clásico, la pasión designa
todos los fenómenos en los cuales la voluntad es pasiva, es decir, cuando un
individuo es pasivo por oposición a los estados en los cuales él mismo es la
causa; además, está en especial relacionado con los impulsos del cuerpo.
En cambio, en un sentido moderno, la pasión
es una inclinación exclusiva hacia un objeto, un estado afectivo duradero y
violento en el cual se produce un desequilibrio psicológico (el objeto de la
pasión ocupa excesivamente el espíritu).
Las
pasiones
Según Cuvillier,
puede definirse la pasión diciendo que es una inclinación que,
hipertrofiándose, se convierte poco a poco en el centro de la atracción de toda
la vida afectiva e intelectual, y llega a ejercer en esta un predominio
despótico rompiendo, en provecho suyo, el equilibrio psicológico del sujeto.
Pasiones bajas y pasiones nobles
Obsesión
Obsesión
proviene del término latín obsessĭo que significa asedio (importunar a uno sin
descanso). Se trata de una perturbación anímica producida por una idea fija,
que con tenaz persistencia asalta la mente. La obsesión tiene múltiples facetas
de expresión.
Este
pensamiento, sentimiento o tendencia aparece en desacuerdo con el pensamiento
consciente de la persona, pero persiste más allá de los esfuerzos por librarse
de él.
Las
personas que padecen este desorden son personas de mentalidad extremadamente
rígida e intolerante, incapaces de la espontaneidad y muy dados a respetar
normativas relacionadas con la organización.
La
obsesión amorosa es también una manifestación clínica de este trastorno, en el
que un individuo concentra su atención y desarrolla sentimientos obsesivos en
una persona idealizada. Los individuos que padecen este trastorno tienen por lo
general una baja autoestima y se proyectan en el ser objeto de su amor
intentando poseerlo.
El fanatismo es una
pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa
o política, o hacia un pasatiempo.
Consta de una apasionada
e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y monomanía
persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces
indiscriminado y violento.
El fanatismo puede
referirse a cualquier creencia afín a una persona o grupo. En casos extremos en
los cuales el fanatismo supera la racionalidad, puede llegar a extremos peligrosos,
como matar a seres humanos o encarcelarlos, y puede incluir como síntoma el
deseo incondicional de imponer una creencia, considerada buena para el fanático
o para un grupo de los mismos.
Pasión + Obsesión = Fanatismo
La pasión de una persona, una pasión noble se puede
volver a una pasión baja, que puede ser “mala” y con el paso del tiempo se
queda perturbando la mente del sujeto, en el cual no puede pensar en otra cosa,
solo con su profunda pasión obsesionada.
La pasión es algo mas
intimo de la persona algo “bueno”, esa pasión con el paso del tiempo se vuelve
obsesión. No es una persona de mente abierta, trata de involucrar a otras
personas a sus propias ideas, solo lo que piensa y siente su obsesión (perturba
su mente).
Tratando de atraer e
involucrar a otros a sus propias ideas
“correctas”; este sujeto es un fanático, un fanático a su propia idea, tratando
de contaminar a otros y sigan su ideología. Sin importar las leyes, autoridad y
respeto a los demás, solo complaciéndose a si mismo, aun sin importar la muerte
de otros o su propia muerte.
DIAGNOSTICO Y MANIFESTACIONES
Más
específicamente, puede referirse a un tipo de sensaciones angustiantes, como la
de estar siendo perseguido por fuerzas incontrolables (manía
persecutoria),
o ser el elegido para una alta misión, como la de salvar al mundo (delirio de
grandeza o grandiosidad, atribuido por algunos estudiosos a determinadas
personalidades dictatoriales y gobiernos).
La
paranoia se manifiesta igualmente en los delirios por celos, en el delirio
erotomaníaco, el delirio somático, etc. Es un trastorno de tipo crónico, con
mayor o menor virulencia ocasional, que se presenta mayormente en individuos de
personalidad ególatra y desconfiada.
El
significado del término ha cambiado con el tiempo, y por lo tanto diferentes
psiquiatras pueden entender por él diferentes estados. El diagnóstico moderno
más adecuado para la paranoia es el de trastorno delirante.
El
psiquiatra español Enrique González Duro, en su libro La paranoia (1991), afirma que los factores
desencadenantes de esta enfermedad se encuentran muy activos en individuos que
presentan un acusado narcisismo y que se han visto expuestos a
serias frustraciones, hallándose consecuentemente
dotados de una baja autoestima. Esto provoca que se dispare
en los mismos el mecanismo natural de Proyección, muy estudiado por la psicología, en virtud del cual tendemos
a atribuir a otros aquellos impulsos, fantasías, frustraciones y tensiones que
nos resultan inexplicables, inaceptables e insoportables en nosotros mismos.
"El pensamiento paranoide —sigue González Duro— es rígido e incorregible:
no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le
confirmen el prejuicio, para convertirlo en
convicción."
Muchas
veces un paranoide enfatiza en evitar una acción, aunque la desea, con el
pretexto de no causar conmoción: "Vi una rosa y quise olerla pero tuve
miedo de dejarla sin aroma". Metafóricamente piensa que algo que le agrada
en realidad le ocasionará daño.
¿QUE ES LA
PARANOIA?
Paranoia, estado mental patológico en el que el paciente sufre
delirios (percepciones y creencias sistemáticas y erróneas, desconectadas de la
realidad y resistentes al cambio) de los cuales los más comunes y más conocidos
son los de persecución y de grandeza. A finales del siglo XIX, Sigmund Freud definió la paranoia como un trastorno mental
en el que el síntoma primordial es la extrema desconfianza hacia los demás; la
personalidad paranoide llega a creer que los que le rodean quieren asesinarle.
En la forma más grave, la psicosis conocida como esquizofrenia paranoide, el paciente puede
tener alucinaciones en las que personajes históricos, mitológicos o religiosos
se le aparecen y le transmiten mensajes, alucinaciones obviamente conectadas
con los delirios de grandeza del paciente.
Un trastorno de la
personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de
comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del
sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es
estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto.
Estos trastornos se dan en el fanático (SEGUIDOR):
1. El trastorno
paranoide de la personalidad es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace
que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás. (Grupo A)
2. El trastorno
esquizoide de la personalidad es un patrón de desconexión de las relaciones
sociales y de restricción de la expresión emocional. (Grupo A)
3. El trastorno
esquizotípico de la personalidad es un patrón de malestar intenso en las
relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y
excentricidades del comportamiento (Grupo A).
4. El trastorno de la
personalidad por dependencia es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso
relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado. (grupo C)
Estos trastornos se
dan en la persona LIDER del fanático:
El trastorno
histriónico de la personalidad es un patrón de emotividad excesiva y demanda de
atención. (grupo B)
El trastorno
narcisista de la personalidad es un patrón de grandiosidad, necesidad de
admiración y falta de empatía. (Grupo C)
Trastornos de la personalidad
Estos trastornos
suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C incluye los
trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la
personalidad. Los sujetos con es- tos trastornos suelen parecer ansiosos o
temerosos. Hay que señalar que este sistema de agrupamiento, si bien es útil a
efectos de investigación o docencia, tiene importantes limitaciones y no ha
sido validado de forma consistente. Además, es frecuente que los individuos
presenten al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a
grupos distintos.
Características diagnósticas
Los rasgos de
personalidad con patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y
pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en
contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen
trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando
causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. La
característica principal de un trastorno de la personalidad es un patrón
permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y que se manifiesta en
al menos dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad
interpersonal o del control de los impulsos (Criterio A). Este patrón
persistente e inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones
personales y sociales (Criterio B) y provoca malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral o de otras en áreas importantes de la
actividad del individuo (Criterio C). El patrón es estable y de larga duración
y se puede descubrir que su inicio se remonta al menos en la adolescencia o al
principio de la edad adulta (Criterio D). El patrón no es atribuible a una
manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental (Criterio E) y no es
debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga,
una medicación o la exposición a un tóxico) ni a una enfermedad médica (p. ej.,
traumatismo craneal) (Criterio F). También se proporcionan criterios
diagnósticos específicos para cada uno de los trastornos de la personalidad
incluidos en esta sección. Los ítems en cada grupo de criterios para cada uno
de los trastornos de la personalidad específicos son enumerados en orden de
importancia diagnóstica decreciente según los datos relevantes sobre eficiencia
diagnóstica (cuando existen). El diagnóstico de los trastornos de la
personalidad requiere una evaluación de los patrones de actividad del sujeto a
largo plazo, y las características particulares de la personalidad han de estar
presentes desde el principio de la edad adulta. Los rasgos de personalidad que
definen estos trastornos también tienen que diferenciarse de las
características que surgen como respuesta a estresantes situacionales
específicos o a estados mentales más transitorios (p. ej., trastornos del
estado de ánimo o de ansiedad, intoxicación por sustancias). El clínico tiene
que valorar la estabilidad de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo
y en situaciones diferentes. La evaluación también puede verse complicada por
el hecho de que las características que definen un trastorno de la personalidad
en ocasiones no son consideradas problemáticas por el sujeto (p. ej., los
rasgos son a menudo considerados egosintónicos). Para ayudar a salvar esta
dificultad, es útil la información aportada por otros observadores.
Procedimiento de tipificación
Los trastornos de la
personalidad se codifican en el Eje II. Cuando (como suele ocurrir) el patrón
de comportamiento de un individuo cumple los criterios para más de un trastorno
de la personalidad, el clínico debe hacer constar todos los diagnósticos de los
trastornos de la personalidad pertinentes por orden de importancia. Cuando un
trastorno del Eje I no es el diagnóstico principal o el motivo de consulta, se
insta al clínico a que indique qué trastorno de la personalidad es el
diagnóstico principal o el motivo de consulta, anotando entre paréntesis
«diagnóstico principal» o «motivo de consulta».
En la mayoría de los casos el diagnóstico
principal o el motivo de consulta también es el objeto principal de atención o
de tratamiento. El trastorno de la personalidad no especificado es el
diagnóstico apropiado para los cuadros «mixtos», en los que no se cumplen los
criterios para un trastorno de la personalidad en concreto, pero donde hay
características de varios trastornos de la personalidad que comportan un deterioro
clínicamente significativo. Los rasgos de personalidad desadaptativos
específicos que no traspasan el umbral para algún trastorno de la personalidad
también pueden anotarse en el Eje II. En estos casos no se debe utilizar un
código específico; por ejemplo, el clínico puede registrar «Eje II: Z03.2 Sin
diagnóstico en el Eje II, rasgos histriónicos de personalidad [V71.09]». El
empleo de mecanismos de defensa concretos también se puede indicar en el Eje
II. Por ejemplo, un clínico puede registrar «Eje II: F60.7 Trastorno de la
personalidad por dependencia; utilización frecuente de la negación [301.6]». El
glosario de definiciones para los mecanismos de defensa específicos y la escala
de mecanismos de defensa se exponen en el apéndice B (v. pág. 767). Cuando un
sujeto tiene un trastorno crónico del Eje I (p. ej., esquizofrenia) que fue
precedido por un trastorno de la personalidad (p. ej., esquizotípico,
esquizoide, paranoide), el trastorno de la personalidad tiene que registrarse
en el Eje II, seguido entre paréntesis de «premórbido». Por ejemplo, Eje I:
F20.08 Esquizofrenia, tipo paranoide [295.30]; Eje II: F60.1 Trastorno
esquizoide de la personalidad (premórbido) [301.20].
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
La valoración de la
personalidad debe tener en cuenta los antecedentes étnicos, culturales y sociales
del sujeto. Los trastornos de la personalidad no se deben confundir con
problemas asocia- dos a la adaptación a una cultura diferente que se da tras la
inmigración o con la expresión de hábitos, costumbres o valores religiosos o
políticos propios de la cultura de origen del sujeto. En especial si se evalúa
a alguien de una cultura diferente, resulta útil para el clínico obtener
información de gente que conozca el entorno cultural del sujeto. Las categorías
de los trastornos de la personalidad pueden ser aplicables a niños o
adolescentes en los casos relativamente raros en los que los rasgos de
personalidad desadaptativos particulares del individuo parezcan ser tendentes a
extenderse, a persistir y a no limitarse a una etapa particular del desarrollo
o a un episodio de trastornos del Eje I. Habría que reconocer los rasgos de un
trastorno de la personalidad que aparecen en la niñez y que a menudo no
persisten de la misma forma en la edad adulta. Para diagnosticar un trastorno
de la personalidad en un sujeto de menos de 18 años, las características deben
haber estado presentes durante al menos 1 año. (v. pág. 662). Aunque, por
definición, un trastorno de la personalidad requiere un inicio que no sea
posterior al principio de la edad adulta, puede suceder que los sujetos no sean
objeto de atención clínica hasta una edad más avanzada. Un trastorno de la
personalidad puede exacerbarse tras la pérdida de personas que proporcionaban
un apoyo significativo (p. ej., la esposa) o de situaciones sociales previas
estabilizadoras (p. ej., el trabajo). Sin embargo, la aparición de un cambio de
la personalidad en la edad media de la vida exige una evaluación completa para
establecer la posible presencia de cambios de la personalidad debidos a una
enfermedad médica o a un trastorno relacionado con sustancias. Algunos
trastornos de la personalidad (p. ej., el trastorno antisocial de la
personalidad) se diagnostican más frecuentemente en varones. Otros (p. ej., los
trastornos límite, histriónico y por dependencia) se diagnostican con más
frecuencia en mujeres. Aunque estas diferencias en la prevalencia reflejan
probablemente diferencias sexuales reales, cuando se den estos patrones los
clínicos han de procurar no sobrediagnosticar o infradiagnosticar ciertos tipos
de trastornos de la personalidad en mujeres o en varones como consecuencia de
estereotipos sociales acerca de los papeles y comportamientos típicos de cada
sexo.
Curso
Las características
de un trastorno de la personalidad suelen hacerse reconocibles durante la adolescencia
o al principio de la edad adulta. Por definición, un trastorno de la
personalidad es un patrón persistente de formas de pensar, sentir y comportarse
que es relativamente estable a lo largo del tiempo. Algunos tipos de trastornos
de la personalidad (especialmente los trastornos antisocial y lí- mite de la
personalidad) tienden a atenuarse o a remitir con la edad, lo que no parece ser
el caso en algunos otros tipos (p. ej., trastornos obsesivo-compulsivo y
esquizotípico de la personalidad).
Diagnóstico diferencial
Muchos de los
criterios específicos para los trastornos de la personalidad describen
características (p. ej., suspicacia, dependencia, insensibilidad) que también
son típicas de los episodios de los trastornos mentales del Eje I. Sólo se debe
diagnosticar un trastorno de la personalidad cuando las características
definitorias aparezcan antes del comienzo de la edad adulta, sean típicas del
funcionamiento a largo plazo del sujeto y no aparezcan exclusivamente durante
un episodio de un trastorno del Eje I. Puede ser especialmente difícil (y no
demasiado útil) diferenciar los trastornos de la personalidad de los trastornos
del Eje I (p. ej., el trastorno distímico) que tienen un inicio temprano y un
curso crónico y relativamente estable. Algunos trastornos de la personalidad
tienen relación con el «espectro» de alguna enfermedad del Eje I (p. ej., el
trastorno esquizotípico de la personalidad con la esquizofrenia; el trastorno
de la personalidad por evitación con la fobia social) basándose en las
similitudes fenomenológicas o biológicas o en la incidencia familiar. Para los
tres trastornos de la personalidad que pueden estar relacionados con los
trastornos psicóticos (p. ej., paranoide, esquizoide y esquizotípico), hay un
criterio de exclusión que señala que el patrón de comportamiento no debe haber
aparecido exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno
del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico. Cuando
un sujeto tiene un trastorno psicótico crónico del Eje I (p. ej.,
esquizofrenia) que fue pre- cedido por un trastorno de la personalidad, también
se debe registrar el trastorno de la personalidad en el Eje II, seguido entre
paréntesis por «premórbido». El clínico tiene que ser prudente en el
diagnóstico de trastornos de la personalidad durante un episodio de un
trastorno del estado de ánimo o un trastorno de ansiedad, porque estos estados
pueden tener características sintomáticas transversales que se asemejen a los
rasgos de personalidad y pueden hacer más difícil evaluar retrospectivamente
los patrones de funcionamiento del sujeto a largo plazo. Cuando los cambios de
personalidad surgen y persisten después de que el sujeto haya estado expuesto a
un estrés extremo, hay que tomar en consideración el diagnóstico de un trastorno
por estrés postraumático (v. pág. 434). Cuando una persona tiene un trastorno
relacionado con sustancias, es importante que no se realice un diagnóstico de
trastorno de la personalidad que se base únicamente en comportamientos que son
consecuencia de la intoxicación por o la abstinencia de la sustancia, o que
estén asociadas a las actividades destinadas a mantener la dependencia (p. ej.,
el comportamiento antisocial). Cuando los cambios persistentes de la personalidad
aparecen como resultado de los efectos fisiológicos directos de una enfermedad
médica (p. ej., un tumor cerebral), hay que tener en cuenta el diagnóstico de
un cambio de personalidad debido a enfermedad médica (v. pág. 176). Los
trastornos de la personalidad deben distinguirse de los rasgos de personalidad
que no alcanzan el umbral para un trastorno de la personalidad. Los rasgos de
personalidad sólo se
648 Trastornos de la personalidad
Se diagnostican como
trastornos de la personalidad cuando son inflexibles, desadaptativos y persistentes,
y ocasionan un deterioro funcional o un malestar subjetivo significativos.
Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación
de la CIE-10
Los Criterios
Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios generales del DSM-
IV para los trastornos de la personalidad son iguales en líneas generales.
Modelos dimensionales para los trastornos de la
personalidad
El enfoque
diagnóstico utilizado en este manual representa la perspectiva categorial de
que los trastornos de la personalidad representan síndromes clínicos cualitativamente
distintos. Una alternativa al enfoque categorial es la perspectiva dimensional
de que los trastornos de la personalidad representan variantes desadaptativas
de los rasgos de personalidad que se imbrincan imperceptiblemente con la
normalidad y entre ellos mismos. Ha habido muchos intentos diferentes.
■ Criterios diagnósticos generales para un trastorno de
la personalidad
A. Un patrón
permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se mani-
fiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:
(1) Cognición (p.
ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los de- más y a los
acontecimientos) (2) afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y
adecuación de la res- puesta emocional) (3) actividad interpersonal (4) control
de los impulsos
B. Este patrón
persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones
personales y sociales.
C. Este patrón
persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. El patrón es
estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia
o al principio de la edad adulta.
E. El patrón
persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro
trastorno mental.
F. El patrón
persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej.,
traumatismo craneal).
de identificar las
dimensiones fundamentales que subyacen a la totalidad del campo del funcionamiento
normal y patológico de la personalidad. Un modelo consiste en las cinco
dimensiones siguientes: neuroticismo, intraversión versus extraversión, rechazo
o disponibilidad para experimentar, hostilidad versus amabilidad y
escrupulosidad. Otro enfoque describe áreas más específicas de la disfunción de
la personalidad, pudiendo incluir 15 a 40 dimensiones (p. ej., reactividad
afectiva, aprensión social, distorsión cognoscitiva, impulsividad,
insinceridad, egocentrismo). Otras dimensiones que han sido estudiadas
comprenden búsqueda de novedades, dependencia de recompensas, evitación del
peligro, dominancia, afiliación, compulsividad, persistencia, emocionalidad
positiva versus negativa, búsqueda del placer versus evitación del daño,
acomodación pasiva versus modificación activa y autocrecimiento versus
dependencia. Los gru- pos de trastorno de la personalidad del DSM-IV (p. ej.,
raro-excéntrico, dramático-emocional y ansioso-temeroso) también pueden
considerarse dimensiones que representan el espectro de dis- funciones de la personalidad
en un continuum con los trastornos mentales del Eje I. Las relacio- nes de los
diferentes modelos dimensionales con las categorías diagnósticas de los
trastornos de la personalidad y con diversos aspectos de la disfunción de la
personalidad siguen siendo activamente investigadas.
F60.0 Trastorno
paranoide de la personalidad [301.0]
Características diagnósticas
La característica
esencial del trastorno paranoide de la personalidad es un patrón de desconfianza
y suspicacia general hacia los otros, de forma que las intenciones de éstos son
interpreta- das como maliciosas. Este patrón empieza al principio de la edad
adulta y aparece en diversos con- textos. Los individuos con este trastorno dan
por hecho que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer daño o
les van a engañar, aunque no tengan pruebas alguna que apoye estas previsiones
(Criterio A1). Con pocas o ninguna prueba, tienen base suficiente para
sospechar que los de- más están urdiendo algún complot en su contra y que
pueden ser atacados en cualquier momento, de repente y sin ninguna razón.
Frecuentemente, sin que haya prueba objetiva de ello, sienten que han sido
ofendidos profunda e irreversiblemente por otra persona o personas. Están
preocupados por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de
sus amigos y socios, cuyos actos son escrutados minuciosamente en busca de
pruebas de intenciones hostiles (Criterio A2). Cualquier desviación que
perciban en la fidelidad o la lealtad sirve como prueba a sus suposiciones. Cuando
algún amigo o socio se muestra leal con ellos, están tan sorprendidos, que no
pueden tener confianza o creer en él. Si se encuentran con problemas, piensan
que lo que van a hacer sus amigos o socios es atacarles o ignorarles. Los
sujetos con este trastorno son reacios a confiar o intimar con los demás,
porque temen que la información que compartan sea utilizada en su contra
(Criterio A3). Pueden negarse a contestar preguntas personales diciendo que esa
información «no es asunto de los demás». En las observaciones o los hechos más
inocentes vislumbran significados ocultos que son degradantes o amenazantes
(Criterio A4). Por ejemplo, un sujeto con este trastorno puede malinterpretar
un error legítimo de un dependiente de una tienda como un intento deliberado de
no dar bien el cambio o puede ver una observación humorística de un compañero
de trabajo como si fuera un ataque en toda regla.
Los halagos son
frecuentemente malinterpretados (p. ej., un elogio de algo que acaban de
comprar puede malinterpretarse como una crítica por ser egoísta; un halago por
algún logro se malinterpreta como un intento de coartar una actuación mejor).
Pueden ver una oferta de ayuda como una crítica en el sentido de que no lo
están haciendo suficientemente bien ellos solos. Los individuos con este
trastorno suelen albergar rencores y son incapaces de olvidar los insultos,
injurias o desprecios de que creen haber sido objeto (Criterio A5). El menor
desprecio provoca una gran hostilidad, que persiste durante mucho tiempo.
Puesto que siempre están pendientes de las malas intenciones de los demás,
sienten a menudo que su persona o su reputación han sido atacadas o que se les
ha mostrado desconsideración de alguna otra manera. Contraatacan con rapidez y
reaccionan con ira ante los ultrajes que perciben (Criterio A6). Los sujetos
con este tras- torno pueden ser patológicamente celosos, sospechando a menudo
que su cónyuge o su pareja les es infiel sin tener una justificación adecuada
(Criterio A7). Pueden reunir «pruebas» triviales y circunstanciales para
confirmar sus sospechas, quieren mantener un control total sobre las personas
con las que tienen relaciones íntimas para evitar ser traicionados y
constantemente pueden hacer preguntas y cuestionar los movimientos, los actos,
las intenciones y la fidelidad del cónyuge o la pareja. No debe diagnosticarse
el trastorno paranoide de la personalidad si el patrón de comporta- miento
aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del
estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico, o si es debido
a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad neurológica (p. ej.,
epilepsia del lóbulo temporal) o de otro tipo (Criterio B).
Síntomas y trastornos asociados
Los sujetos con
trastorno paranoide de la personalidad son personas con las que generalmente es
difícil llevarse bien y suelen tener problemas en las relaciones personales. Su
suspicacia y hostilidad excesivas pueden expresarse mediante las protestas
directas, las quejas recurrentes o por un distanciamiento silencioso claramente
hostil. Puesto que están excesivamente atentos a las posibles amenazas, pueden
comportarse de una forma cautelosa, reservada o tortuosa y aparentan ser
«fríos» y no tener sentimientos de compasión. Aunque a veces parecen objetivos,
racionales y no emotivos, con mayor frecuencia muestran una gama afectiva lábil
en la que predominan las expresiones de hostilidad, obstinación y sarcasmo. Su
naturaleza combativa y suspicaz puede provocar en los demás una respuesta
hostil, que, a su vez, sirve para confirmar al sujeto sus expectativas
iniciales. Como los individuos con trastorno paranoide de la personalidad no
confían en los demás, tienen una necesidad excesiva de ser autosuficientes y un
fuerte sentido de autonomía. También necesitan contar con un alto grado de
control sobre quienes les rodean. A menudo son rígidos, críticos con los demás
e incapaces de colaborar, aunque tienen muchas dificultades para aceptar las
críticas. Son capaces de culpar a los demás de sus propios errores. Debido a su
rapidez para contraatacar en respuesta a las amenazas que perciben a su
alrededor, pueden ser litigantes y frecuentemente se ven envueltos en pleitos
legales. Los sujetos con este trastorno tratan de confirmar sus concepciones
negativas preconcebidas respecto a la gente o las situaciones que les rodean
atribuyendo malas intenciones a los demás que son proyecciones de sus propios
miedos. Pueden mostrar fantasías de grandiosidad no realistas y escasamente
disimuladas, suelen estar pendientes de los temas de poder y jerarquía y
tienden a desarrollar estereotipos negativos de los otros, en especial de los
grupos de población distintos del suyo propio. Se sienten atraídos por las
formulaciones simplistas del mundo y frecuentemente recelan de las situaciones
ambiguas. Pueden ser vistos como «fanáticos» y formar parte de grupos de
«culto» fuertemente cohesionados, junto a otros que comparten su sistema de
creencias paranoides.
Los individuos con
este trastorno pueden experimentar episodios psicóticos muy breves (que duran
minutos u horas) sobre todo en respuesta al estrés. En algunos casos el
trastorno paranoide de la personalidad aparece como antecedente premórbido de
un trastorno delirante o una esquizofrenia. Los sujetos con este trastorno
pueden presentar un trastorno depresivo mayor y tener un mayor riesgo de
presentar agorafobia y trastorno obsesivo-compulsivo. Es frecuente el abuso o
la dependencia del alcohol o de otras sustancias. Los trastornos de la personalidad
que con más frecuencia se presentan conjuntamente con el trastorno paranoide de
la personalidad parecen ser el esquizotípico, el esquizoide, el narcisista, el
trastorno por evitación y el límite.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
Algunos
comportamientos que están influidos por los contextos socioculturales o por
determinadas circunstancias de la vida pueden ser calificados equivocadamente
como paranoides e incluso pueden ser reforzados por el proceso de evaluación
clínica. Los miembros de los grupos minoritarios, los inmigrantes, los
refugiados políticos y económicos o los sujetos con diferentes antecedentes
étnicos pueden mostrar comportamientos recelosos o defensivos debido al desconocimiento
(p. ej., por las barreras lingüísticas o la ignorancia de las normas o las
leyes) o a la percepción de desprecio o de indiferencia por parte de la
sociedad mayoritaria. A su vez, estos comportamientos pueden generar ira y
frustración en las personas que tratan con ellos, creándose así un círculo
vicioso de desconfianza mutua, que no se debe confundir con el trastorno
paranoide de la personalidad. Algunos grupos étnicos presentan también
comportamientos relacionados con su cultura que pueden malinterpretarse como
paranoides. El trastorno paranoide de la personalidad puede manifestarse por
primera vez en la infancia o la adolescencia a través de actitudes y
comportamientos solitarias, relaciones escasas con los compañeros, ansiedad
social, bajo rendimiento escolar, hipersensibilidad, pensamiento y lengua- je
peculiares y fantasías idiosincrásicas. Estos niños pueden parecer «raros» o
«excéntricos» y atraer las burlas de los otros. En la población clínica parece
que se diagnostica con más frecuencia en varones.
Prevalencia
Se ha señalado que la
prevalencia del trastorno paranoide de la personalidad es del 0,5-2,5 % en la
población general, del 10-20 % en los hospitales psiquiátricos y del 2-10 % en
los pacientes psiquiátricos ambulatorios.
Patrón familiar
Existen algunos datos
que apuntan hacia un aumento de la prevalencia del trastorno paranoide de la
personalidad en los familiares de los probandos con esquizofrenia crónica y
hacia una relación familiar específica con el trastorno delirante, tipo
persecutorio.
Diagnóstico diferencial
El trastorno
paranoide de la personalidad puede diferenciarse del trastorno delirante, tipo
persecutorio, la esquizofrenia, tipo paranoide, y el trastorno del estado de
ánimo con síntomas psicóticos, porque todos estos trastornos están
caracterizados por un período de síntomas psicóticos persistentes (p. ej.,
ideas delirantes y alucinaciones).
Para realizar un
diagnóstico adicional de trastorno paranoide de la personalidad, el trastorno
de la personalidad debe haberse manifestado antes de iniciarse los síntomas
psicóticos y ha de persistir cuando los síntomas psicóticos estén en remisión.
Cuando un individuo presenta un trastorno psicótico crónico en el Eje I (p.
ej., esquizofrenia) que fue precedido por un trastorno paranoide de la
personalidad, el tras- torno paranoide de la personalidad debe anotarse en el
Eje II, seguido entre paréntesis por «pre- mórbido». El trastorno paranoide de
la personalidad ha de distinguirse del cambio de la personalidad debido a una
enfermedad médica, en el que los rasgos aparecen debido a los efectos directos
de una enfermedad del sistema nervioso central. También ha de ser diferenciada
de los síntomas que pueden aparecer asociados al consumo crónico de sustancias
(p. ej., tras- torno relacionado con la cocaína no especificado). Finalmente,
también se ha de distinguir de los rasgos paranoides asociados a la aparición
de minusvalías físicas (p. ej., deterioro auditivo). Se puede confundir el
trastorno paranoide de la personalidad con otros trastornos de la personalidad
que tienen alguna característica en común. Por tanto, es importante diferenciar
estos trastornos en base a las diferencias de sus síntomas característicos. Sin
embargo, si un individuo tiene características de personalidad que cumplen los
criterios para uno o más trastornos de la personalidad, además del trastorno
paranoide de la personalidad, pueden diagnosticarse todos esos trastornos. El
trastorno paranoide de la personalidad y el trastorno esquizotípico de la
personalidad comparten los rasgos de suspicacia, distanciamiento interpersonal
o ideación paranoide, pero el trastorno esquizotípico de la personalidad
también incluye síntomas como pensamiento mágico, experiencias perceptivas poco
habituales y rarezas del pensamiento y el lenguaje. Los sujetos cuyo comportamiento
cumple los criterios para un trastorno esquizoide de la personalidad suelen ser
percibidos como extraños, excéntricos, fríos y distan- tes, pero no suelen
presentar una ideación paranoide importante. La tendencia de los sujetos con un
trastorno paranoide de la personalidad a reaccionar con ira a pequeños
estímulos se observa también en el trastorno límite de la personalidad y en el
trastorno histriónico de la personalidad. Sin embargo, estos trastornos no
están necesariamente asociados a una suspicacia generalizada. Las personas con
trastorno de la personalidad por evitación pueden así- mismo ser remisas a
confiar en los demás, si bien más por miedo a encontrarse agobiadas o a no
saber qué hacer que por temor a las malas intenciones ajenas. Aunque el comportamiento
antisocial se observa en algunos individuos con trastorno paranoide de la
personalidad, no suele estar motivado por un deseo de provecho personal o de
explotación de los demás, como en el trastorno antisocial de la personalidad,
sino que más bien se debe a un deseo de vengan- za. A veces los sujetos con un
trastorno narcisista de la personalidad muestran recelo, aislamiento social o
alienación, pero ello es consecuencia de sus temores a que se descubran sus
imperfecciones o defectos. Los rasgos paranoides pueden ser adaptativos, en
especial en un entorno amenazante. El tras- torno paranoide de la personalidad
sólo se debe diagnosticar cuando estos rasgos sean inflexibles, desadaptativos
y persistentes, y cuando provoquen deterioro funcional significativo o malestar
subjetivo.
Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación
de la CIE-10
Los Criterios
Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para el
trastorno paranoide de la personalidad son diferentes, pero definen en líneas
generales el mismo trastorno.
Trastornos de la personalidad del grupo A 653
F60.1 Trastorno
esquizoide de la personalidad [301.20]
Características diagnósticas
La característica
esencial del trastorno esquizoide de la personalidad es un patrón general de
distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión
emocional en el plano interpersonal. Este patrón comienza al principio de la
edad adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos con trastorno esquizoide
de la personalidad no demuestran tener deseos de intimi- dad, parecen
indiferentes a las oportunidades de establecer relaciones personales y no
parece que les satisfaga demasiado formar parte de una familia o de un grupo
social (Criterio A1). Prefieren emplear el tiempo en sí mismos, más que estar
con otras personas. Suelen estar socialmente aislados o ser «solitarios» y casi
siempre escogen actividades solitarias o aficiones que no requieran
interacciones con otras personas (Criterio A2). Prefieren las tareas mecánicas
o abstractas como los juegos de ordenador o matemáticos. Pueden mostrar un
interés muy escaso en tener experiencias sexuales con otra persona (Criterio
A3) y les gusta muy pocas o ninguna actividad.
■ Criterios para el
diagnóstico de F60.0 Trastorno paranoide de la personalidad [301.0]
A. Desconfianza y suspicacia
general desde el inicio de la edad adulta, de forma que las intenciones de los
demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en diversos contextos,
como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:
(1) sospecha, sin
base suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer
daño o les van a engañar (2) preocupación por dudas no justificadas acerca de
la lealtad o la fidelidad de los amigos y socios (3) reticencia a confiar en
los demás por temor injustificado a que la informa- ción que compartan vaya a
ser utilizada en su contra (4) en las observaciones o los hechos más inocentes
vislumbra significados ocultos que son degradantes o amenazadores (5) alberga
rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o
desprecios (6) percibe ataques a su persona o a su reputación que no son
aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a
contraatacar (7) sospecha repetida e injustificadamente que su cónyuge o su
pareja le es in- fiel
B. Estas características no
aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del
estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico y no son debidas
a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.
Nota: Si se cumplen
los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir «premórbido», por
ejemplo, «trastorno paranoide de la personalidad (premórbido)».
A4). Suele haber una
reducción de la sensación de placer a partir de experiencias sensoriales,
corporales o interpersonales, como pasear por una playa tomando el sol o hacer
el amor. Estos individuos no tienen amigos íntimos o personas de confianza, a
excepción de algún familiar de primer grado (Criterio A5). Los sujetos con
trastorno esquizoide de la personalidad suelen parecer indiferentes a la aprobación
o la crítica de los demás y no muestran preocupación alguna por lo que los
demás puedan pensar de ellos (Criterio A6). Pueden abstraerse de las sutilezas
normales en la interacción social y a menudo no responden adecuadamente a las
normas sociales, de forma que parecen socialmente ineptos o superficiales y
enfrascados en sí mismos. Habitualmente, muestran un aspecto «blando» sin reactividad
emocional observable y con pocos gestos o expresiones faciales de reciprocidad,
como sonrisas o cabeceo (Criterio A7). Refieren que rara vez experimentan
emociones fuertes como ira o alegría. Frecuentemente manifiestan una
afectividad restringida y se muestran fríos y distantes. Sin embargo, en las
raras ocasiones en que estos individuos se sienten, aunque sea temporalmente,
cómodos hablando de sí mismos, puede reconocer que tienen sentimientos desagradables,
en especial en lo que se relaciona con las interacciones sociales. El trastorno
esquizoide de la personalidad no debe diagnosticarse si el patrón de
comportamiento aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un
trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, otro trastorno psicótico
o un trastorno generalizado del desarrollo, o si es debido a los efectos
fisiológicos directos de una enfermedad neurológica o de otro tipo (p. ej.,
epilepsia del lóbulo temporal) (Criterio B).
Síntomas y trastornos asociados
Los sujetos con
trastorno esquizoide de la personalidad pueden tener dificultades especiales
para expresar la ira, incluso en respuesta a la provocación directa, lo que
contribuye a la impresión de que no tienen emociones. A veces, sus vidas
parecen no ir a ninguna parte y dejan sus ob- jetivos a merced del azar. Estos
individuos suelen reaccionar pasivamente ante las circunstancias adversas y
tienen dificultades en responder adecuadamente a los acontecimientos vitales
importantes. Debido a su falta de habilidades sociales y a la falta de deseo de
experiencias sexuales, los sujetos con este trastorno tienen pocas amistades,
es poco frecuente que salgan con alguien y no suelen casarse. La actividad
laboral puede estar deteriorada, sobre todo si se requiere una implicación
interpersonal, aunque los sujetos con este trastorno pueden desenvolverse bien
cuando trabajan en condiciones de aislamiento social. Los individuos con este
trastorno pueden experimentar episodios psicóticos muy breves (que duran
minutos u horas), especialmente, en respuesta al estrés. En algunos casos el
trastorno esquizoide de la personalidad puede aparecer como el ante- cedente
premórbido del trastorno delirante o la esquizofrenia. Algunas veces, los
sujetos con este trastorno presentan un trastorno depresivo mayor. El trastorno
esquizoide de la personalidad se observa con más frecuencia simultáneamente con
los trastornos de la personalidad, esquizotípico, paranoide y por evitación.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
Sujetos de varios
tipos de entornos culturales pueden mostrar comportamientos defensivos y
estilos interpersonales que pueden ser calificados erróneamente como
esquizoides. Por ejemplo, las personas que han cambiado de un entorno rural a
uno urbano pueden reaccionar con un «enfriamiento emocional» que puede durar
varios meses y manifestarse por actividades solitarias, afectividad restringida
y otros déficit en la comunicación. Los inmigrantes de otros países son vis-
tos a veces erróneamente como fríos, hostiles o indiferentes.
El trastorno
esquizoide de la personalidad puede hacerse patente por primera vez en la
infancia o la adolescencia a través de actitudes y comportamientos solitarios,
pobres relaciones con los compañeros y bajo rendimiento escolar, lo que señala
como diferentes a estos niños o adolescentes y les hace sujetos de burlas. El
trastorno esquizoide de la personalidad se diagnostica un poco más
frecuentemente y puede causar más incapacidad en los varones.
Prevalencia
El trastorno
esquizoide de la personalidad es poco frecuente en el entorno clínico.
Patrón familiar
El trastorno
esquizoide de la personalidad puede ser más prevalente en los familiares de los
sujetos con esquizofrenia o con trastorno esquizotípico de la personalidad.
Diagnóstico diferencial
El trastorno
esquizoide de la personalidad puede diferenciarse del trastorno delirante, la
esquizofrenia y el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos por el
hecho de caracterizarse por un período de síntomas psicóticos persistentes (p.
ej., ideas delirantes y alucinaciones). Para realizar un diagnóstico adicional
de trastorno esquizoide de la personalidad, el trastorno de la personalidad
debe haberse manifestado desde antes de iniciarse los síntomas psicóticos y
debe persistir cuando los síntomas psicóticos estén en remisión. Cuando un
individuo presenta un trastorno psicótico crónico en el Eje I (p. ej.,
esquizofrenia) que fue precedido por un trastorno esquizoide de la
personalidad, el trastorno esquizoide de la personalidad debe registrarse en el
Eje II, seguido entre paréntesis por «premórbido». Puede haber grandes
dificultades para distinguir a los sujetos con trastorno esquizoide de la
personalidad de quienes presentan formas leves de trastorno autista y trastorno
de Asperger. Las formas leves del trastorno autista y del trastorno de Asperger
se distinguen por un deterioro más grave de la interacción social y por
comportamientos e intereses estereotipados. El trastorno esquizoide de la
personalidad ha de distinguirse de un cambio de la personalidad debido a
enfermedad médica, en el que los rasgos aparecen debidos a los efectos directos
de una enfermedad del sistema nervioso central. También ha de ser diferenciado
de los síntomas que pueden desarrollarse asociados al consumo crónico de
sustancias (p. ej., trastorno relacionado con la cocaína no especificado). Se
puede confundir el trastorno esquizoide de la personalidad con otros trastornos
de la personalidad que tienen algunas características en común. Por tanto, es
importante diferenciar estos tras- tornos en base a las diferencias en sus
rasgos característicos. Sin embargo, si un individuo tiene características de
personalidad que cumplen los criterios para uno o más trastornos de la
personalidad además del trastorno esquizoide de la personalidad, pueden
diagnosticarse todos esos trastornos. Aunque las características de aislamiento
social y afectividad restringida son comunes a los trastornos de la
personalidad esquizoide, esquizotípico y paranoide, el trastorno esquizoide de
la personalidad puede diferenciarse del trastorno esquizotípico de la personalidad
por la falta de distorsiones perceptivas y del trastorno paranoide de la
personalidad por la falta de suspicacia e ideación paranoide. El aislamiento
social del trastorno esquizoide de la personalidad puede diferenciarse del que
se observa en el trastorno de la personalidad por evitación, que es debido al
temor a encontrarse agobiado o a no saber qué hacer y a la anticipación
excesiva de rechazo. Por el contrario, las personas con trastorno esquizoide de
la personalidad tienen un mayor distanciamiento y un deseo muy limitado de
familiarizarse con los demás. Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de
la personalidad también pueden mostrar un distanciamiento social que surge de
la devoción al trabajo y del malestar con las emociones, pero poseen una
capacidad interna para relacionarse. Los individuos «solitarios» pueden mostrar
rasgos de personalidad que pueden considerarse esquizoides. Sólo constituyen un
trastorno esquizoide de la personalidad cuando estos rasgos son inflexibles y
desadaptativos y provocan un deterioro funcional o un malestar subjetivo.
Relación con los
Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10
Los Criterios
Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para el
trastorno esquizoide de la personalidad son diferentes, pero definen en líneas
generales el mismo trastorno.
F21 Trastorno
esquizotípico de la personalidad [301.22]
Características diagnósticas
La característica
esencial del trastorno esquizotípico de la personalidad es un patrón general de
déficit sociales e interpersonales caracterizados por un malestar agudo y una
capacidad reducida para
■ Criterios para el
diagnóstico de F60.1 Trastorno esquizoide de la personalidad [301.20]
A. Un patrón general de
distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión
emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de la edad
adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los
siguientes puntos:
(1) ni desea ni
disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia
(2) escoge casi siempre actividades solitarias (3) tiene escaso o ningún
interés en tener experiencias sexuales con otra persona (4) disfruta con pocas
o ninguna actividad (5) no tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte
de los familiares de primer grado (6) se muestra indiferente a los halagos o
las críticas de los demás (7) muestra frialdad emocional, distanciamiento o
aplanamiento de la afectividad
B. Estas características no
aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del
estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico y no son
debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.
Nota: Si se cumplen
los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir «premórbido», por
ejemplo, «trastorno esquizoide de la personalidad (premórbido)».
Las relaciones
personales, así como por distorsiones cognoscitivas o perceptivas y
excentricidades del comportamiento. Este patrón comienza al inicio de la edad
adulta y se observa en diversos contextos. Los individuos con trastorno
esquizotípico de la personalidad suelen tener ideas de referencia (p. ej.,
interpretaciones incorrectas de incidentes casuales y acontecimientos externos
como poseedores de un significado especial e inhabitual específico para esa
persona) (Criterio A1). Esto debe diferenciarse de las ideas delirantes de
referencia en las que las creencias son mantenidas con una convicción
delirante. Estos sujetos pueden ser supersticiosos o estar preocupados por
fenómenos paranormales ajenos a las normas de su propia subcultura (Criterio
A2). Pueden sentir que tienen poderes especiales para notar los hechos antes de
que sucedan o para leer los pensamientos de los demás. Pueden creer que tienen
un control mágico sobre los demás, que puede ser utilizado di- rectamente (p.
ej., creer que el que la esposa saque el perro a pasear es el resultado directo
de que uno pensase que debía hacerlo una hora antes) o indirectamente a través
de realizar rituales mágicos (p. ej., pasar tres veces por encima de un
determinado objeto para evitar que ocurra alguna desgracia). Pueden presentarse
alteraciones perceptivas (p. ej., sentir que otra persona está presente u oír
una voz murmurar su nombre) (Criterio A3). Su lenguaje puede incluir frases o
construcciones raras o idiosincrásicas. Frecuentemente es indefinido,
disgresivo o vago, pero sin un verdadero descarrilamiento o incoherencia
(Criterio A4). Las respuestas pueden ser demasiado concretas o demasiado abstractas
y las palabras y los conceptos se aplican algunas veces de for- mas poco
habituales (p. ej., la persona puede decir que no es «hablable» en el trabajo).
Los individuos con este trastorno suelen ser recelosos y pueden presentar
ideación paranoide (p. ej., creer que sus colegas en el trabajo están tratando
de manchar su reputación ante su jefe) (Criterio A5). Frecuentemente, no son
capaces de hacer servir todo el abanico de afectos y habilidades
interpersonales necesarias para relacionarse adecuadamente y, por tanto, suelen
interactuar con los demás de una manera inapropiada, inflexible o constreñida
(Criterio A6). Estos sujetos son considerados frecuentemente raros o
excéntricos a causa de sus manierismos poco corrientes, una forma tosca de
vestir que «no se lleva» y una falta de atención a las convenciones sociales
habituales (p. ej., la persona puede evitar el contacto visual, vestir ropas
teñidas y mal hechas y ser incapaz de participar en las bromas con los
compañeros del trabajo) (Criterio A7). Los sujetos con trastorno esquizotípico
de la personalidad interpretan como problemáticas las relaciones
interpersonales y no se encuentran cómodos relacionándose con otras personas.
Aunque pueden expresar infelicidad debido a la falta de relaciones, su comportamiento
sugiere una falta de deseos de contactos íntimos. Como resultado, acostumbran a
tener pocos o ningún amigo íntimo o persona de confianza aparte de los
familiares de primer grado (Criterio A8). Se sienten ansiosos en situaciones
sociales, especialmente en las que implican a gente desconocida (Criterio A9).
Interactúan con otros cuando tienen que hacerlo, pero prefieren encerrarse en
sí mismos, porque sienten que ellos son diferentes de los demás y no «encajan».
Su ansiedad social no disminuye fácilmente, incluso cuando pasan más tiempo en
un lugar o cuando se familiarizan más con los demás, porque su ansiedad tiende
a estar asociada con un recelo de las intenciones ajenas. Por ejemplo, al
acudir a una cena de amigos, el sujeto con trastorno esquizotípico de la
personalidad no se va relajando a medida que pasa el tiempo, sino que más bien
se encuentra cada vez más tenso y suspicaz. El trastorno esquizotípico de la
personalidad no debe diagnosticarse si el patrón de comportamiento aparece sólo
en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con
síntomas psicóticos, otro trastorno psicótico o un trastorno generalizado del
desarrollo (Criterio B).
Síntomas y trastornos asociados
Los individuos con
trastorno esquizotípico de la personalidad suelen buscar tratamiento para los
síntomas asociados de ansiedad, depresión u otros estados de ánimo disfóricos,
más que para las características del trastorno de la personalidad per se. Los
sujetos con este trastorno de la personalidad pueden experimentar episodios
psicóticos transitorios (que duran minutos u horas), especialmente en respuesta
al estrés, aunque en general son de una duración insuficiente para merecer el
diagnóstico adicional de un trastorno psicótico breve o un trastorno esquizofreniforme.
En algunos casos se presentan síntomas psicóticos significativos que cumplen
los criterios para un trastorno psicótico breve, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o una esquizofrenia.
Más de la mitad
tienen historia de al menos un episodio depresivo mayor. Entre el 30 y el 50 %
de las personas diagnosticadas de este trastorno reciben un diagnóstico
concurrente de trastorno depresivo mayor cuando son admitidos en un centro
clínico. El trastorno esquizotípico de la personalidad se presenta con más
frecuencia simultáneamente con los trastornos de la personali- dad esquizoide,
paranoide, por evitación y límite.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
Las distorsiones
cognoscitivas y perceptivas han de ser evaluadas en el contexto del medio
cultural de cada sujeto. Las características determinadas culturalmente, en
especial las referidas a las creencias y rituales religiosos, pueden ser vistas
como esquizotípicas por un profano desinfor- mado (p. ej., budú, hablar otras
lenguas, la vida después de la muerte, chamanismo, leer la men- te, sexto
sentido, ojo del diablo y creencias mágicas relacionadas con la salud y la
enfermedad). El trastorno esquizotípico de la personalidad puede hacerse
patente por primera vez en la infan- cia o la adolescencia a través de
actividades y comportamientos solitarios, una pobre relación con los
compañeros, ansiedad social, bajo rendimiento escolar, hipersensibilidad,
pensamiento y lenguaje peculiares y fantasías extrañas. Estos niños pueden parecer
«raros» o «excéntricos» y atraer las burlas. El trastorno esquizotípico de la
personalidad es un poco más frecuente en los varones.
Prevalencia
Se ha descrito que el
trastorno esquizotípico de la personalidad se observa aproximadamente en el 3 %
de la población general.
Curso
El trastorno
esquizotípico de la personalidad tiene un curso relativamente estable y
únicamente un pequeño número de sujetos desarrollan una esquizofrenia u otro
trastorno psicótico.
Patrón familiar
El trastorno
esquizotípico de la personalidad es de incidencia familiar y más prevalente en
los familiares de primer grado de los individuos con esquizofrenia que en la
población general. También puede haber un ligero aumento de esquizofrenia y
otros trastornos psicóticos en los familiares de los probandos con trastorno
esquizotípico de la personalidad.
Diagnóstico diferencial
El trastorno
esquizotípico de la personalidad puede diferenciarse del trastorno delirante,
la esquizofrenia y el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos
porque todos estos trastornos están caracterizados por un período de síntomas
psicóticos persistentes (p. ej., ideas delirantes y alucinaciones). Para
realizar un diagnóstico adicional de trastorno esquizotípico de la
personalidad, el trastorno de la personalidad debe haberse manifestado desde
antes de iniciarse los síntomas psicóticos y ha de persistir cuando los síntomas
psicóticos estén en remisión. Cuando un sujeto presenta un trastorno psicótico
crónico en el Eje I (p. ej., esquizofrenia) que fue precedido por un trastorno
esquizotípico de la personalidad, el trastorno esquizotípico de la personalidad
debe anotarse en el Eje II, seguido entre paréntesis de «premórbido». Puede
haber grandes dificultades para distinguir a los niños con trastorno
esquizotípico de la personalidad del grupo heterogéneo de los niños solitarios
y raros cuyo comportamiento está mar- cado por un acusado aislamiento social,
excentricidades o peculiaridades en el lenguaje, y cuyos diagnósticos
probablemente incluirían las formas leves de trastorno autista, trastorno de
Asperger y de trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. Los trastornos
de la comunicación pueden ser diferenciados por la predominancia y gravedad del
trastorno del lenguaje acompañados por los esfuerzos compensatorios que realiza
el niño para comunicarse de otras maneras (p. ej., mediante gestos) y por los
rasgos característicos del deterioro del lenguaje que se detectan en una
evaluación especializada del lenguaje. Las formas leves del trastorno autista y
del trastorno de Asperger se distinguen por la falta aún mayor de contacto
social y de reciprocidad emocional y por los comportamientos e intereses
estereotipados. El trastorno esquizotípico de la personalidad ha de distinguirse
del cambio de la personalidad debido a enfermedad médica, en el que los rasgos
surgen debido a los efectos directos de una enfermedad del sistema nervioso
central. También ha de ser diferenciado de los síntomas que pueden presentarse
asociados al consumo crónico de sustancias (p. ej., trastorno relacionado con
la cocaína no especificado). Se puede confundir el trastorno esquizotípico de
la personalidad con otros trastornos de la personalidad que tienen algunas
características en común. Por tanto, es importante diferenciar estos trastornos
en base a las diferencias en sus rasgos característicos. Sin embargo, si un
sujeto tiene características de personalidad que cumplen los criterios para uno
o más trastornos de la personalidad además del trastorno esquizotípico de la
personalidad, pueden diagnosticarse todos esos trastornos. Aunque los
trastornos paranoide y esquizoide de la personalidad también pueden
caracterizarse por el distanciamiento social y la efectividad restringida, el
trastorno esquizotípico de la personalidad se diferencia de estos dos
diagnósticos por la presencia de distorsiones cognoscitivas o perceptivas y por
una acusada excentricidad o rarezas. Las relaciones personales es- tán
limitadas tanto en el trastorno esquizotípico de la personalidad como en el
trastorno de la personalidad por evitación; sin embargo, en el trastorno de la
personalidad por evitación el de- seo activo de relacionarse es reprimido por
el temor al rechazo, mientras que en el trastorno esquizotípico de la
personalidad hay una falta de deseo de relacionarse y un distanciamiento persistente.
Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad también pueden mostrar
suspicacia, aislamiento social o alienación, pero en el trastorno narcisista de
la personalidad estas cualidades derivan principalmente de los temores a que se
descubran las imperfecciones o los defectos. Los individuos con trastorno
límite de la personalidad también pueden presentar transitoriamente síntomas
similares a los psicóticos, pero éstos están en general más estrechamente re-
lacionados con los cambios afectivos en respuesta al estrés (p. ej., ira
intensa, ansiedad o contrariedad) y habitualmente están más disociados (p. ej.,
desrealización o despersonalización). Por el contrario, los sujetos con
trastorno esquizotípico de la personalidad son más propensos a tener síntomas
parecidos a los psicóticos permanentes y que pueden empeorar bajo el estrés,
pero con menor probabilidad de que se asocien a síntomas afectivos acusados.
Aunque el aislamiento social se puede dar en el trastorno límite de la
personalidad, normalmente esto es secundario a los fracasos interpersonales
repetidos debidos a los arranques de ira y a los cambios frecuentes del humor,
más que al resultado de una falta persitente de contactos sociales y de deseos
de intimidad. Además, los sujetos con trastorno esquizotípico de la
personalidad no suelen presentar los comportamientos impulsivos o manipulativos
de los sujetos con un trastorno límite de la personalidad. Sin embargo, hay una
alta frecuencia de simultaneidad entre los dos trastornos, de forma que no
siempre es factible hacer la distinción. Las características esquizotípicas durante
la adolescencia pueden ser reflejo de una tormenta emocional transitoria, más
que un trastorno de la personalidad permanente.
Relación con los
Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10
Los Criterios
Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para el
trastorno esquizotípico de la personalidad son diferentes, pero definen en
líneas generales el mis- mo trastorno. La CIE-10 no considera esta alteración
como un verdadero trastorno de la personalidad y la incluye en la sección donde
figuran la esquizofrenia, el trastorno esquizotípico y el tras- torno
delirante.
■ Criterios para el
diagnóstico de F21 Trastorno esquizotípico de la personalidad [301.22]
A. Un patrón general
de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una
capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones
cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan
al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indi-
can cinco (o más) de los siguientes puntos:
(1) ideas de
referencia (excluidas las ideas delirantes de referencia) (2) creencias raras o
pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las
normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia,
telepatía o «sexto sentido»; en niños y adolescentes, fantasías o
preocupaciones extrañas) (3) experiencias perceptivas inhabituales, incluidas
las ilusiones corporales (4) pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial,
metafórico, sobreelaborado o estereotipado) (5) suspicacia o ideación paranoide
(6) afectividad inapropiada o restringida (7) comportamiento o apariencia rara,
excéntrica o peculiar (8) falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los
familiares de primer grado (9) ansiedad social excesiva que no disminuye con la
familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con
juicios negativos sobre uno mismo
B. Estas
características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia,
un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno
psicótico o de un trastorno generalizado del desarrollo.
Nota: Si se cumplen
los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir «premórbido», por
ejemplo, «Trastorno esquizotípico de la personalidad (premórbido)». F60.7
Trastorno de la personalidad por dependencia [301.6]
TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR DEPENDENCIA
Características diagnósticas
La característica
esencial del trastorno de la personalidad por dependencia es una necesidad
general y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona un comportamiento de
sumisión y adhesión y temores de separación. Este patrón empieza al principio
de la edad adulta y se da en di- versos contextos. Los comportamientos dependientes
y sumisos están destinados a provocar atenciones y surgen de una percepción de
uno mismo como incapaz de funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás.
Los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia tienen grandes
dificultades para tomar las decisiones cotidianas (p. ej., qué color de camisa
escoger para ir a trabajar o si llevar paraguas o no), si no cuentan con un
excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás (Criterio 1).
Estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que los demás
(frecuentemente una única persona) tomen las iniciativas y asuman la
responsabilidad en las principales parcelas de su vida (Criterio 2). Es típico
que los adultos con este trastorno dependan de un progenitor o del cónyuge para
decidir dónde deben vivir, qué tipo de trabajo han de tener y de quién tienen
que ser amigos. Los adolescentes con este trastorno permitirán que sus padres
decidan qué ropa ponerse, con quién tienen que ir, cómo tienen que emplear su
tiempo libre y a qué escuela o colegio han de ir. Esta necesidad de que los
demás asuman las responsabilidades va más allá de lo que es apropiado para la
edad o para la situación en cuanto a pedir ayuda a los demás (p. ej., las
necesidades específicas de los niños, las personas mayores y los minusválidos).
El trastorno de la personalidad por dependencia puede darse en un sujeto con
una enfermedad médica o una incapacidad grave, pero en estos casos la
dificultad para asumir responsabilidades debe ir más lejos de lo que normalmente
se asocia a esa enfermedad o incapacidad. Los sujetos con trastorno de la
personalidad por dependencia suelen tener dificultades para ex- presar el
desacuerdo con los demás, sobre todo con aquellos de quienes dependen, porque
tienen miedo de perder su apoyo o su aprobación (Criterio 3). Estos sujetos se
sienten tan incapaces de funcionar solos, que se mostrarán de acuerdo con cosas
que piensan que son erróneas antes de arriesgarse a perder la ayuda de aquellos
de quienes esperan que les dirijan. No muestran el enfado que sería apropiado
con aquellos cuyo apoyo y protección necesitan por temor a contrariarles. El
comportamiento no se debe considerar indicador de trastorno de la personalidad
por dependencia si las preocupaciones por las consecuencias de expresar el
desacuerdo son realistas (p. ej., te- mores realistas de venganza por parte de
un cónyuge agresivo). A los sujetos con este trastorno les es difícil iniciar
proyectos o hacer las cosas con independencia (Criterio 4). Les falta confianza
en sí mismos y creen que necesitan ayuda para empezar y llevar a cabo las
tareas. Esperarán a que los demás empiecen a hacer las cosas, porque piensan
que, por regla general, lo hacen mejor que ellos. Estas personas están
convencidas de que son incapaces de funcionar de forma independiente y se ven a
sí mismos como ineptos y necesitados de ayuda constante. Sin embargo, pueden
funcionar adecuadamente si se les da la seguridad de que alguien más les está
supervisando y les aprueba. Pueden tener miedo a hacerse o a parecer más
competentes, ya que piensan que esto va a dar lugar a que les abandonen. Puesto
que confían en los demás para solucionar sus problemas, frecuentemente no
aprenden las habilidades necesarias para la vida independiente, lo que perpetúa
la dependencia. Los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia
pueden ir demasiado lejos llevados por su deseo de lograr protección y apoyo de
los demás, hasta el punto de presentarse voluntarios para tareas desagradables
si estos comportamientos les van a proporcionar los cuidados que necesitan
(Criterio 5). Están dispuestos a someterse a lo que los demás quieran, aunque
las demandas sean irrazonables. Su necesidad de mantener unos vínculos
importantes suele comportar unas relaciones desequilibradas y distorsionadas.
Pueden hacer sacrificios extraordinarios o tolerar malos tratos verbales,
físicos o sexuales. (Debe tenerse en cuenta que este comportamiento sólo debe
considerarse indicador de trastorno de la personalidad por dependencia cuando
quede clara- mente demostrado que el sujeto dispone de otras posibilidades.)
Los sujetos con este trastorno se sienten incómodos o desamparados cuando están
solos debido a sus temores exagerados a ser incapaces de cuidar de sí mismos
(Criterio 6). Pueden ir «pegados» a otros únicamente para evitar estar solos,
aun cuando no estén interesados o involucrados en lo que está sucediendo.
Cuando termina una relación importante (p. ej., la ruptura con un amante o la
muerte de alguien que se ocupaba de ellos), los individuos con trastorno de la
personalidad por dependencia buscan urgentemente otra relación que les
proporcione el cuidado y el apoyo que necesitan (Criterio 7). Su creencia de
que son incapaces de funcionar en ausencia de una relación estrecha con alguien
motiva el que estos sujetos acaben, rápida e indiscriminadamente, ligados a
otra persona. Los sujetos con este trastorno suelen estar preocupados por el miedo
a que les abandonen y tengan que cuidar de sí mismos (Criterio 8). Se ven a sí
mismos tan dependientes del consejo y la ayuda de otra persona importante, que
les preocupa ser abandonados por dicha persona aunque no haya fundamento alguno
que justifique esos temores. Para ser considerados indicadores de este
criterio, los temores deben de ser excesivos y no realistas. Por ejemplo, un
anciano con cáncer que se muda a casa de su hijo para que le cuide estaría
presentando un comportamiento dependiente que es apropiado dadas las
circunstancias de esa persona.
Síntomas y trastornos asociados
Los sujetos con
trastorno de la personalidad por dependencia se caracterizan por el pesimismo y
la inseguridad en sí mismos, tienden a minimizar sus capacidades y sus valores
y pueden referirse constantemente a sí mismos como «estúpidos». Toman las
críticas y la desaprobación como pruebas de su inutilidad y pierden la fe en sí
mismos. Buscan la sobreprotección y ser dominados por los demás. La actividad
laboral puede estar deteriodada si se requiere una iniciativa independiente.
Evitan las posiciones de responsabilidad y experimentan ansiedad al enfrentarse
a las decisiones a tomar. Las relaciones sociales tienden a limitarse a las pocas
personas de quienes el sujeto es dependiente. Puede haber un riesgo elevado de
trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad y trastornos adaptativos.
El trastorno de la personalidad por dependencia se asocia frecuentemente a
otros trastornos de la personalidad, en especial a los trastornos de la
personalidad límite, por evitación e histriónico. Puede predisponer a
desarrollar este trastorno el que el sujeto haya presentado una enfermedad
médica crónica o un trastorno de ansiedad por separación en la infancia o la
adolescencia.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
El grado en que los
comportamientos dependientes se consideran adecuados varía sustancial- mente
según la edad y los grupos socioculturales. La edad y los factores culturales
han de ser tenidos en cuenta para evaluar el umbral diagnóstico de cada
criterio. El comportamiento dependiente sólo debe considerarse característico
del trastorno cuando sea claramente excesivo para las normas culturales del
sujeto o refleje preocupaciones no realistas. En algunas sociedades es
característico poner énfasis en la pasividad, la cortesía y el trato
respetuoso, lo que puede ser malinterpretado como rasgos de trastorno de la
personalidad por dependencia. Del mismo modo, la sociedad puede promover o
desalentar el comportamiento dependiente de una forma diferente en varones y
mujeres. En los niños y adolescentes este diagnóstico debe utilizarse con gran
precaución, si es que se utiliza, ya que el comportamiento dependiente puede
ser apropiado en el proceso de desarrollo. En el marco clínico, el trastorno se
ha diagnosticado con mayor frecuencia en mujeres; sin embargo, la proporción
según el sexo de este trastorno no es significativamente diferente que la
proporción según el sexo de mujeres en el marco clínico. Por otra parte,
algunos estudios que han utilizado evaluaciones estructuradas describen unas
tasas de prevalencia similares en varones y mujeres.
Prevalencia
El trastorno de la
personalidad por dependencia está entre los trastornos de la personalidad encontrados
con más frecuencia en las clínicas de salud mental.
Diagnóstico diferencial
El trastorno de la
personalidad por dependencia debe diferenciarse de la dependencia que surge
como consecuencia de trastornos del Eje I (p. ej., los trastornos del estado de
ánimo, el trastorno de angustia y la agorafobia) y como resultado de
enfermedades médicas. El trastorno de la personalidad por dependencia tiene un
inicio temprano, un curso crónico y un patrón de comportamiento que no aparece
exclusivamente en el transcurso de un trastorno del Eje I o el Eje III. Otros
trastornos de la personalidad se pueden confundir con el trastorno de la personalidad
por dependencia porque tienen algunas características en común. Por tanto, es importante
distinguir entre estos trastornos basándose en las diferencias en sus rasgos
característicos. Sin embargo, si un sujeto presenta características de
personalidad que cumplen criterios para más de un trastorno de la personalidad
además del trastorno de la personalidad por dependencia, pueden diagnosticarse
todos estos trastornos. Aunque muchos trastornos de la personalidad se
caracterizan por los rasgos de dependencia, el trastorno de la personalidad por
dependencia puede distinguirse por el predominio del comportamiento de
sumisión, reactiva y de adhesión. Tanto el trastorno de la personalidad por
dependencia como el trastorno límite de la personalidad se caracterizan por el
temor al abandono; sin embargo, el individuo con trastorno límite de la
personalidad reacciona al abandono con sentimientos de vacío emocional, rabia y
demandas, mientras que el individuo con tras- torno de la personalidad por
dependencia reacciona con un aumento de la mansedumbre y la sumisión y busca
urgentemente una relación de reemplazo que proporcione cuidados y apoyo.
Además, el trastorno límite de la personalidad puede distinguirse del trastorno
de la personalidad por dependencia por el típico patrón de relaciones
inestables e intensas. Los sujetos con trastorno histriónico de la
personalidad, al igual que los que tienen trastorno de la personalidad por
dependencia, experimentan una gran necesidad de reafirmación y aprobación, y
pueden parecer infantiles y pegajosos. Sin embargo, a diferencia del trastorno
de la personalidad por dependencia, que se caracteriza por la anulación de uno
mismo y un comportamiento dócil, el trastorno histriónico de la personalidad se
caracteriza por la extravagancia gregaria con demandas activas de atención.
Tanto el trastorno de la personalidad por dependencia como el trastorno de la
personalidad por evitación están caracterizados por sentimientos de
inferioridad, hipersensibilidad a las críticas y necesidad de reafirmación; sin
embargo, los sujetos con trastorno de la personalidad por evitación tienen un
temor tan fuerte a la humillación y al rechazo, que se aíslan hasta que están
seguros de ser aceptados. Por el contrario, los sujetos con trastorno de la
personalidad por dependencia tienen más bien un patrón de búsqueda y
mantenimiento de los contactos con las personas importantes para ellos, que de
evitación y alejamiento de las relaciones. El trastorno de la personalidad por
dependencia tiene que diferenciarse de un cambio de la personalidad debido a
una enfermedad médica, en la que los rasgos aparecen como un efecto directo de
una enfermedad del sistema nervioso central. También se debe distinguir de los
síntomas que se pueden presentar en asociación con el consumo crónico de
sustancias (p. ej., el trastorno relacionado con la cocaína no especificado).
Muchos sujetos muestran rasgos de dependencia de la personalidad. Estos rasgos
sólo constituyen un trastorno de la personalidad por dependencia cuando son
inflexibles, desadaptativos y persistentes, y ocasionan deterioro funcional
significativo o malestar subjetivo.
Relación con los
Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10
Los Criterios
Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para el
trastorno de la personalidad por dependencia son diferentes, pero definen en
líneas generales el mismo trastorno.
■ Criterios para el diagnóstico de F60.7
Trastorno de la personalidad por dependencia [301.6]
Una necesidad general
y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona un comportamiento de sumisión
y adhesión y temores de separación, que empieza al inicio de la edad adulta y
se da en varios contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes
ítems:
(1) tiene dificultades para tomar las decisiones
cotidianas si no cuenta con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte
de los demás (
(2) necesidad de
que otros asuman la responsabilidad en las principales parce- las de su vida
(3) tiene
dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al te- mor a la
pérdida de apoyo o aprobación. Nota: No se incluyen los temores o la
retribución realistas
(4) tiene
dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido
a la falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una
falta de motivación o de energía)
(5) va demasiado
lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el
punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables
(6) se siente
incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a ser
incapaz de cuidar de sí mismo
(7) cuando termina
una relación importante, busca urgentemente otra relación que le proporcione el
cuidado y el apoyo que necesita (8) está preocupado de forma no realista por el
miedo a que le abandonen y ten- ga que cuidar de sí mismo.
TRATAMIENTO PSICOLOGICO
Para ayudar a
las personas Fanáticas, tiene que llevar 2 tratamientos tanto Psicológico y
como Psiquiátrico los dos ligados para
un resultado eficaz.
Primeramente
se define el perfil (Conducta, adicción, obsesión, si pose algún trastorno de
la personalidad y así verificar si es fanático o no.
Tratamiento
del Trastorno de la personalidad Esquizoide y Esquizotípico
-Trastorno de la personalidad Esquizoide y Esquizotípico
Su
tratamiento es a través de terapias como:
Terapia
dinámica
Personas
Esquizoides se les da 1 o 2 sesiones por semana
En las
personas Esquizotipicas les es más favorable ir a sesión más frecuencia ,3
sesiones por semana.
Objetivo de la terapia
Dinámica
En los
esquizotipicos lograr una estabilidad y
comodidad en una relación personal estrecha.
En los Esquizoides ayudar que sus vidas solitarias sean más gratificantes a través del deporte, música y
pintura.
Psicoterapia de apoyo
La
Psicoterapia de apoyo se basa en escuchar
simpáticamente, en el consejo, la exhortación, la educación sobre el
mundo interpersonal y laboral, la resolución de problemas y los desarrollos de
habilidades sociales alcanzando así lenta mente para lograr un eficaz resultado
Terapia Cognitiva -Conductual
El objetivo
de esta Terapia es que el paciente se sienta más cómodo en situaciones sociales como también llegar
una vida más satisfactoria cambiando sus pensamientos negativos a positivos y
algunas conductas o hábitos que le afectan.
Terapia en Grupo
Es una
terapia muy eficaz ya que ayuda al paciente
a mejorar las habilidades de socialización y puede eliminar las ideas negativas que se
tiene acerca de la gente al darse cuenta que las otras personas lo escuchan con
atención y que es valioso
Terapia Familiar
El objetivo
de esta terapia es ayudar a entender a
la persona Esquizotimia o esquizoide así
trabajando tanto emocionalmente con el paciente como también con la familia
para si lograr un apoyo incondicional de la familia al paciente y tenga una estabilidad
emocional él y su familia.
Tratamiento Psiquiátrico
Se le da de
medicamento:
•
Antipsicótico
•
Ansiolíticos
,Para controla su ansiedad
-Tratamiento Psicológico del Trastorno Histriónico de la personalidad
El
tratamiento es a través de la Terapia Cognitiva conductual con ayuda de la Técnica
Terapia
Racional Emotiva Conductual (TREC)
Se enfoca en resolver problemas emocionales y
Conductuales.
Ayudando a
cambiar los pensamientos negativos por los positivos reforzando así las emociones asiéndolas mas
efectivas.
Tratamiento Psiquiátrico
•
El
medicamento que se receta es:
•
Antidepresivos
-Tratamiento Psicológico del Trastorno Narcisista de la
Personalidad
Enfoque
Psicoanalítico
Psicoterapia
psicoanalítica Individual
El objetivo
de ella es la resolución del self
grandioso y hacer una autoexploración a través de:
La
transferencia para entender
mejor al paciente y así el paciente proyecta sentimientos con el terapeuta, que
tiene que ver con otra persona importante en su vida
Enfoque
Psicoanalítico
Usando
también la Introspección, haciendo así consiente lo inconsciente .
Aceptando así
el paciente sus fracasos
Otras estrategias Terapéuticas
Educación
Esta
estrategia, se adapta a traes de los principios de la terapia de conducta
dialéctica ayuda a atraer la
inteligencia del paciente, y se echan los simientes para trabajar el problema
en colaboración
Validación
Terapia
Cognitiva conductual Dialéctica, esta estrategia sirve para reducir
sentimientos de vergüenza, autocritica y autoculpa.
Identificación
de conducta diana
Esta fase
consiste en llegar un acuerdo con
respecto a sus objetivos, a través de una ficha de puntuación semanal para observar los progresos del individuo
Tratamiento Psiquiátrico
•
Medicamentos
para la ansiedad: Estos
medicamentos pueden ser administrados para reducir ansiedad y ayudar a que
usted se sienta más calmado y relajado.
•
Antidepresivo: Se administra este medicamento para reducir o suspender
síntomas de depresión. También se puede usar para tratar otros problemas de
comportamiento.
•
Antipsicóticos: Usualmente se administra este medicamento para reducir
síntomas de agitación severa (grave).
-Tratamiento del Trastorno obsesivo –compulsivo de la
personalidad
Se
utiliza la Psicoterapia individual
Es un factor
muy importante esta Psicoterapia porque
nada más se centra en una sola persona
ayudándola más a profundo.
Psicoterapia
dinámica
Ayuda al
individuo a liberar las creencias
limitadoras que lo impiden tener un
comportamiento agradable y pueda tomar decisiones beneficiosas.
Terapia
Cognitiva- Conductual
El objetivo
de esta terapia es cambiar los pensamientos irracionales que la persona tiene
por pensamientos positivos a través de ello obtener emociones positivas.
Otras Terapias
Terapia
de Apoyo
El Objetivo
de esta terapia es ayudar al individuo a utilizar sus capacidades de las que ya
dispone para manejar sus problemas.
Terapia
en grupo:
Es una
terapia más eficaz ya que ayuda al individuo a enfrentar y modificar su
conducta y a la toma de decisiones sintiéndose más confiado.
Terapia
Familiar
El objetivo
de esta terapia es que la familia pueda ayudar a la persona que posee este
trastorno para sí animarlo ya que la familia es un factor para que el paciente
pueda salir adelante y tenga un resultado eficaz
Tratamiento Psiquiátrico
La medicación
ofrece muy buenos resultados terapéuticos el uso de:
•
Antidepresivos tricíclicos, especialmente la clomipramina.
•
Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina (ISRS),
fluoxetina, fluvoxamina, entre otros.
•
Tratamiento
del Trastorno de la personalidad por dependencia
•
Tratamiento
del Trastorno de la personalidad por dependencia
-Tratamiento
del Trastorno de la personalidad por dependencia
El tratamiento es similar al del trastorno de la personalidad Obsesivo
compulsivo
Se
utiliza la Psicoterapia individual
Es un factor
muy importante esta Psicoterapia porque
nada más se centra en una sola persona
ayudándola más a profundo.
Psicoterapia
dinámica
Ayuda al
individuo a disminuir conflictos de dependencia, pueda tomar decisiones y pueda
manejar los niveles de ansiedad
Terapia
Cognitiva- Conductual
El objetivo
de esta terapia que el terapeuta ayude
al paciente a seleccionar respuestas
más sanas desarrollando así esquemas positivos.
Otras Terapias
Terapia
de Apoyo
El Objetivo
de esta terapia es ayudar al individuo a utilizar sus capacidades de las que ya
dispone para manejar sus problemas.
Terapia
en grupo:
Es una
terapia más eficaz ya que ayuda al individuo a enfrentar y modificar su
conducta y a la toma de decisiones
sintiéndose apoyado.
Terapia
Familiar
El objetivo
de esta terapia es que la familia pueda ayudar a la persona que posee este
trastorno para sí animarlo ya que la familia es un factor para que el paciente
pueda salir adelante y tenga un resultado eficaz.
Tratamiento Psiquiátrico
El
medicamento que se receta es :
•
Imipramina
•
Antidepresivos
para la depresión
Caso político fanatismo
Hay personajes en que alimentan su ego induciendo fanatismo
entre sus seguidores, solo para sacar ventaja personal.
Es el caso del candidato del, Andrés Manuel López
Obrador, que ha generado un ambiente de incertidumbre y desconfianza en México
en las últimas semanas.
AMLO, como se le conoce, es un ejemplo de un
manipulador de masas para obtener respaldo a sus planes o a sus reclamos.
Al ver que las encuestas no lo favorecían diseminó la
duda de que se maquinaba un fraude electoral. Después de las elecciones pidió
un recuento de votos que tampoco lo benefició.
En los comicios de 2006, AMLO convocó a protestas e
invitó a la resistencia popular, acusando que le habían robado las elecciones.
Al parecer se volvió experto en incitar luchas de clases y revivir odios
ancestrales que pudieran causar enfados peligrosos en este tiempo difícil en
México.
Resistencia también era el plan ideado por Manuel
Zelaya, un líder de Honduras que llevaba a su país hacia la izquierda,
aliándose con Hugo Chávez, para instaurar el socialismo del siglo 21, pero,
ciertos sectores políticos, presagiando la llegada del comunismo, resolvieron
deponerlo de la presidencia.
Entonces, Zelaya creó grupos clandestinos y
ahora opera políticamente bajo la sombra para retomar el poder trabajando
concienzudamente y en continua nutrición del fanatismo de sus partidarios.
Por su parte, en Venezuela, Chávez ha fragmentado el
país con un discurso populista que pudiera llevarlo a una guerra civil, el día
en que gane otro candidato o cuando grupos sombríos, que desean el poder,
resuelvan arrebatárselo. El caso de Chávez es el extremo del uso de las masas
fanáticas dispuestas a morir por su jefe.
La ultraderecha no se queda atrás. En Colombia, el ex
presidente Álvaro Uribe es artífice de una cruzada retorcida para mostrarle al
mundo que él derrotó a las Farc y que el presidente actual, Juan Manuel Santos,
las revivió.
A los fanáticos de Uribe se les llama “furibistas” y
hacen honor a su nombre cuando lo defienden como incultos salvajes, insultando
y en ciertos caso amenazando con perversidad.
Por lo visto, la ambición está por encima de las
consecuencias. Oí decir que el fanatismo es el deporte de la ignorancia y el
caos es su principal elemento.
Caso deportivo
La Procuraduría General de Justicia del
Estado informa que elementos de la Dirección de Investigación del Delito
efectuaron la detención de MARCOS GONZÁLEZ FRAIRE, por su probable
responsabilidad en la comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO en agravio de
Erik Emanuel Trejo Estrada, ocurrido el pasado 31 de julio.
De acuerdo con la averiguación previa
III-A/1126/2010, el día de los hechos se llevó a cabo un partido de futbol en
la comunidad de La Piedad, , entre equipos representativos de dos empresas
distintas. Durante el juego, se originó un altercado verbal y físico entre el
ofendido y otro jugador del equipo contrario, resultando que al final del
encuentro, ambos se liaron a golpes en los baños del campo deportivo.
Una vez que el ofendido superó a su
contrincante, este último se retiró del lugar y regresó momentos después pero
acompañado de varias personas, quienes corretearon al agraviado hasta un
tianguis cercano. En determinado momento, uno de los agresores arrojó una
piedra que golpeó la cabeza del ofendido y provocó que cayera al suelo, momento
que aprovechó MARCOS GONZÁLEZ FRAIRE para golpear a la víctima en repetidas
ocasiones. Posteriormente, arribaron al sitio los amigos del ofendido y lo
trasladaron a un Hospital en el municipio de San Juan del Río; sin embargo,
debido a la gravedad de las lesiones que presentaba fue canalizado finalmente a
la Ciudad de México, donde murió al siguiente día.Con la necropsia practicada a
la víctima se pudo establecer que la causa de muerte fue traumatismo
craneoencefálico y cérvico medular, producto del golpe recibido en la cabeza.
Una vez que la autoridad ministerial
tomó conocimiento de los hechos, se desahogaron los testimonios de diversos
testigos presenciales, los cuales coincidieron en manifestar que el día de los
hechos, MARCOS GONZÁLEZ FRAIRE golpeó al ofendido en repetidas ocasiones, por
lo que se ordenó su detención por caso urgente.
Una vez que el sujeto fue detenido por
elementos de la Dirección de Investigación del Delito y rindió su declaración
ante el Ministerio Público, aceptó su participación en los hechos que se le
imputaban; refirió que el altercado inicial fue con uno de sus amigos; sin
embargo, se sumó al pleito y terminó golpeando al ofendido; incluso manifestó
que en algún momento del altercado, pretendió arrojar una piedra sobre la
cabeza de la víctima, esto después de haberlo golpeado varias veces pero esta
acción fue impedida por algunas personas.
Ante esta situación, el Representante
Social ordenó diversos peritajes y diligencias que permitieron corroborar con
toda exactitud y científicamente la versión del imputado; por lo anterior, la
autoridad ministerial al reunir los elementos probatorios suficientes, en las
próximas horas ejercitará acción penal en contra de MARCOS GONZÁLEZ FRAIRE por
el delito de HOMICIDIO CALIFICADO.
Caso religioso
El pasado miércoles 9 de septiembre, Jósmar Flores Pereira, un
pastor religioso de origen boliviano, secuestró un avión de Aeroméxico que
viajaba de Cancún a la Ciudad de México. El pastor, confesó que fue una
revelación divina lo que lo hizo llevar acabo dicho acto. Dijo que era una
fecha especial, 9 de septiembre de 2009, es decir, 9, 9, 9, que de forma
inversa dan como resultado 6, 6, 6 que un terrible terremoto llegaría a México
y que secuestrar el avión era la única manera de prevenir a la población
mexicana de dicha catástrofe.
Genial
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTienes fuentes?
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminarexiste algún instrumento científico para medir el fanatismo?
ResponderEliminarMuy interesante, sería estupendo que puedan analizar el fanatismo del siglo 21, antinatalistas, veganos y pseudofeministas.
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