domingo, 14 de abril de 2013

PSICODRAMA


PSICODRAMA


·        Introducción

            El psicodrama es un tipo de psicoterapia desarrollado del enfoque humanista y corresponde a una evolución ocurrida en el seno de la Estructura Social. El psicodrama puede ser utilizado en distintas modalidades, como lo son, individuales y grupales; siendo la primera psicoterapia que incluye el cuerpo en acción y que instrumenta el espacio terapéuticamente.

·        ¿Qué es y en qué consiste el psicodrama?

            El Psicodrama es un método terapéutico y pedagógico, que potencia el crecimiento personal y el aprendizaje en habilidades para la vida trabajando con grupos utilizando técnicas de acción.

            Creado por el Dr. Jacob Levi Moreno, pionero de la psicología social y la psicoterapia grupal, el Psicodrama nace como una disciplina que utiliza técnicas de acción y recursos teatrales en el manejo de grupos humanos convirtiéndolo en el método moderno de mayor potencial en el desarrollo organizacional, la pedagogía y evidentemente en la psicoterapia. El método psicodramático y sus variados recursos enriquece  el manejo de cualquier tipo de grupo humano.

            Consiste en actuar los acontecimientos relevantes de nuestra propia vida en vez de simplemente hablar sobre ellos. Esto implica explorar en la acción, mediante la dramatización, acontecimientos relevantes de nuestra historia, situaciones vitales o dimensiones de nuestra vivencia interior: sean estos pasados, presentes o futuros, reales o imaginarios, externos o internos, experimentándolos al máximo, como si estuvieran sucediendo en el presente.

·        Su función en el área psicoterapéutica.
                 
            El Psicodrama es un tipo de psicoterapia válida para el tratamiento de todo tipo de trastornos mentales, se puede realizar de forma individual (Psicodrama Bipersonal) y grupal, y se utiliza con niños, adultos, parejas y familias.

En el área psicoterapéutica sirve para:

ü  Para darse cuenta de lo que te pasa, de lo que se siente y de lo que se hace en consecuencia.
ü  Para darse cuenta de las circunstancias, tanto de las que  limitan como de las que  facilitan el éxito personal y la conquista de la felicidad.
ü  Y con ello poder decidir sobre aquellos aspectos que se quiere y puede cambiar o mejorar.


·        Fundamentos teóricos del psicodrama

            El Factor E/C (Espontaneidad Creatividad) es el tema angular y fundamental de toda la teoría y técnica morenianas, sus alcances van más allá de una construcción teórica, y tiene implicaciones filosóficas, morales y epistemológicas, encontrando su anclaje en los métodos y técnicas desarrolladas por Moreno (sociometría, psicoterapia de grupos, sociodrama y psicodrama).

            Las raíces de estos conceptos, se pueden rastrear en el movimiento espiritualista religioso de finales del siglo XIX que se desarrolló en Viena en oposición a las corrientes positivistas-deterministas. Uno de los principales exponentes de ésta fue Henri Bergson, quien plantea en sus escritos la imperiosa necesidad de lograr una integración entre ciencia y religión, ideas a las que no era ajeno Moreno. Para Bergson, la evolución era el resultado de un proceso creativo, fundamentado en el impulso vital (élan vital).

            Moreno expresa que la espontaneidad actúa en el presente, esto se refiere a que ésta se da en un momento, puede hacerse uso de “toda” o no, pero no es posible acumularla. Moreno durante toda su vida luchó contra lo que Bantler (2005) plantea como robopatía, que se refiere la tendencia generada en el mundo desde finales del siglo XIX, y que alcanzó su máxima expresión en el siglo XX, cuando se orienta y presiona a los individuos para alejarse de toda respuesta espontánea o creativa, dando preferencia a respuestas y comportamientos rígidos y estereotipados, lo que conlleva a que la persona se alineé con lo que los sistemas culturales, políticos o sociales marcan en el momento, esto por temor a la exclusión, generando como consecuencia la alienación.


·         Moreno y el paradigma sociodramático en los ciclos de vida del individuo y la familia.

            La aplicación de los presupuestos de la medicina científica a la psiquiatría centró el diagnóstico y el tratamiento sobre el organismo individual. Las ideas acerca de un locus supraindividual para la enfermedad provenían, a principios de este siglo, de antropólogos y sociólogos preocupados por temas tales como la cultura, clase o jerarquía social.
            La sociometría y el psicodrama desarrollado por Moreno en la primera mitad del siglo XX, supusieron el primer cambio de orientación desde lo individual a lo grupal. El mismo concepto de identidad de la psicología clásica, la singularización individual, es transformado en el paradigma psicodramático, en especificación grupal. En psicodrama pensamos que es el Yo el que se estructura a partir de los roles psicosomáticos, y que los aspectos captables del Yo son los roles sociales, familiares y psicodramáticos. Sobre estos roles familiares, sobre los vínculos creados en esa zona del átomo social, sobre los afectos y compromisos intercambiados en esos vínculos, va a situarse el intento terapéutico del sociodrama familiar.
            La teoría de los roles  brinda otro de los marcos de referencia con los que operar en sociodrama familiar. Los roles potenciales insuficientemente desarrollados pero requeridos de complementariedad específica, van a buscar estar fuera del grupo familiar, y en la medida en que logren vinculaciones estables, ello influirá positivamente en el desarrollo de la iniciativa y espontaneidad individual del sujeto pero afectará de algún modo a la pertenencia y cohesión del grupo familiar.
            El carácter situacional de la posibilidad de complementar roles, dentro del psicogrupo familiar, de la posibilidad de concretizar en lo real roles que pueden tener un importante desarrollo en el nivel de la fantasía, de la posibilidad de inducir en el otro el desarrollo de sus roles potenciales a través de relaciones de tele positivas y de las coincidencias o superposiciones zonales para determinados conjuntos de roles, van a determinar el difícil equilibrio sociodinámico entre la necesidad de pertenencia-cohesión y la necesidad de desarrollo individual, entre las elecciones de dentro y fuera del grupo y finalmente en el nivel de estructuración sociométrica que puede ser alcanzado por el grupo familiar.
            Moreno estudia los procesos de emparejamiento y matrimonio desde la perspectiva de las relaciones que se establecen entre los átomos social y cultural de cada uno de los miembros de la pareja. El proceso de superposición de los átomos sociales, sus áreas de intersección y exclusión, el carácter de atracción o rechazo de los vínculos que se establecen entre los miembros de los respectivos átomos sociales, van a establecer un equilibrio sociodinámico concreto, diagnosticable por métodos sociométricos y evidenciable por métodos psicodramáticos, que tendrá un valor predictivo sobre los posibles desarrollos de la estructuración sociométrica futura del grupo familiar.


           
La duplicidad de roles que tiene que mantener la pareja en los roles de esposos y padres con la consiguiente pérdida de privacidad, el establecimiento de vinculaciones triangulares con el riesgo de exclusión, es establecimiento en los hijos de un progresivamente más amplio repertorio de roles que demandan complementariedad fuera del ámbito familiar y el modelo de aprendizaje social resultante, van a ser causa de numerosas fricciones y conflictos.
            En sociodrama se trabaja con métodos de acción profunda relativos a las relaciones intergrupales y a las ideologías colectivas. Los roles que representan ideas y experiencias colectivas son llamados roles sociodramáticos: el padre, la madre, el amante, el empresario, el empleado, etc. Son roles que actúan dentro de estructuras sociales específicas. Por el contrario los roles psicodramáticos son aquellos que representan ideas y experiencias individuales, idénticos consigo mismo, referidos a un individuo particular y que incorporan aspectos de su particular fantasía.
            La teoría psicodramática del desarrollo infantil propone que todo rol está coloreado individualmente por la estructura particular del núcleo del Yo del individuo, pero que está teñido colectivamente en cada cultura por la inclusión del rol complementario ofrecido durante el período de su estructuración en las distintas matrices de identidad. El sociodrama se basa en el supuesto tácito de que el grupo constituido se halla ya organizado por los roles sociales y culturales que en cierto grado comparten todos los integrantes de una determinada cultura. El objetivo es el grupo como totalidad, pero como el grupo no existe por sí mismo, su contenido actual son las personas interrelacionadas que lo componen, no como individuos privados, sino como representantes de la misma cultura.
           

            En sociodrama el manejo de los instrumentos clásicos varía con respecto al psicodrama. En un sentido sociodramático no hay diferencias entre el auditorio y el protagonista, no hay identificaciones, hay identidad colectiva, identidad social. La consideración de los miembros de una comunidad natural como idénticos, es una especie de reflejo colectivo fantástico de aspectos provenientes de la matriz de identidad total indiferenciada, que se proyectan sobre las matrices de identidad familiar y social. Esta fantasía grupal observable en familias de nivel sociogenético bajo y responsable de múltiples trastornos, puede ser realistamente equilibrada a través de experiencias diferenciales que modifiquen el instrumento propiciando el conocimiento de los miembros del exogrupo por los miembros del intragrupo.
            Resulta útil en sociodrama diferenciar la identificación subjetiva en la que existe una proyección de un sentimiento individual sobre otro individuo, identificando a éste con una figura fantaseada subjetiva, de la identificación objetiva o de rol, en la que la experiencia de una imagen o de una situación de otra persona es considerablemente exacta. Sería la diferenciación entre transferencia y tele.
            Una de las formas más importantes de identificación objetiva es la que se produce con los roles jugados por otros individuos o con la imagen que el otro con el que se está vinculado tiene de un tercero con el que ambos se relacionan en una situación triangular. En los grupos naturales, los miembros se sienten relacionados entre sí debido al principio de identidad total que actúa ya al nivel del no conocimiento, para luego, al llegar a conocerse jugando roles en la situación vincular, basar la relación en una identificación objetiva o de rol. Los tres principios, identidad, identificación subjetiva y rol, se hallan generalmente entrelazados, rara vez aparecen separadamente.
            Sin embargo el proceso de identificación rara vez es completo. La mayor parte de los procesos de identificación lo son respecto a aspectos parciales de otra persona. En este sentido, el principio de identidad estaría relacionado con la matriz de identidad total, con la emergencia y desarrollo de los roles psicosomáticos, con el vínculo físico y el establecimiento de lo que denominamos zona, con el átomo social objetivo de la madre como yo-auxiliar primitivo, y sería una identificación de tipo primario, muy condicionada filogenéticamente según un modelo incorporativo.
            La identificación subjetiva estaría más relacionada con la fase mítica de la matriz familiar una vez producida la brecha entre fantasía y realidad, con el desarrollo del imaginar y el pensar, con la recepción de la palabra transmisora de un orden mítico simbólico y por tanto con la capacidad de identificación por proyección de imágenes fantaseadas, siendo una identificación intermedia. La identificación objetiva o de rol estaría más relacionada con la fase mimética de la matriz familiar y con la matriz social, en la que es posible jugar y dramatizar las formas y los contenidos de los roles complementarios ofrecidos en esas matrices con una percepción más simultánea y espacialmente discriminada, siendo entonces una identificación secundaria, más condicionada ontogenéticamente.
La matriz familiar
            Para Moreno la matriz es un locus, un lugar de acontecimientos fundantes, un lugar de acciones y encuentros, donde el ser humano va constituyendo modos de ser propios, unidades de acción dramática, roles que se desarrollan a partir del momento mismo de su emergencia, en un clima emocional determinado por el status sociométrico intragrupo del individuo.
            Moreno distingue una primera fase denominada matriz de identidad total indiferenciada, donde el sí mismo estaría inmerso en lo sincrético, donde el ser y la acción en curso son una misma cosa, la cosa en sí, con una sensación de existir precaria, con el psiquismo aún caótico e indiferenciado y el ser inmerso en lo que denominó hambre de actos, sin poder diferenciar entre el Yo y el no-Yo. En una segunda fase de matriz de identidad total diferenciada, el niño comienza a distinguir los roles complementarios, las personas y los objetos, el Yo y el no-Yo.
            En la matriz de identidad comienzan a desarrollarse los roles psicosomáticos, paralelamente al desarrollo y maduración del sistema límbico (mielinización), durante los dos primeros años de vida. Los roles y modelos psicosomáticos constituyen el primitivo átomo cultural o esquema de roles del niño. Las bases neurofisiológicas de su instauración y desarrollo, las formas vinculares específicas de su complementación y el clima emocional ofrecido por la matriz, van a instaurar en el ser las actitudes básicas o estructurales de la personalidad. Dependerá sobre todo del clima emocional existente durante el desarrollo de cada rol psicosomático, el que la complementariedad de estructuras sea completa o quede carenciada.
            Así, el modelo psicosomático de respirador instaura la actitud básica de la posibilidad de cambio e intercambio. El modelo psicosomático de ingeridor instaura la actitud básica de recibir, incorporar, quedar satisfecho con lo recibido y admitir cierta dependencia de la fuente de satisfacción. El modelo psicosomático de contactador, que como el de ingeridor, está basado en el único sistema neurofisiológico totalmente mielinizado al nacer (laberinto, boca, mano y piel), le permite descubrir lo otro, su presencia o ausencia, la ternura o la brusquedad del contacto, el efecto membrana donde se dan los límites, las situaciones de intercambio y regulación, la función de protección y envoltura.
            Este rol de contactador será fundamental para desarrollar la actitud básica de amor, que permitirá en un futuro un contacto psíquico más profundo y el mejor contacto epidérmico al mismo tiempo y con el mismo ser. También tiene relación con la capacidad de contener y ser contenido, con la pulsión de apego, de agarramiento y de exploración y dominio del campo. La piel será en definitiva, con todas sus funciones biológicas, la base ectodérmica del rol psicosomático de contactador, y la búsqueda de contacto epidérmico y mucoso será un factor esencial en el desarrollo afectivo, cognitivo y social del niño.

            Otros roles psicosomáticos que inician su desarrollo en la matriz de identidad son el rol psicosomático de defecador con sensaciones cenestésicas de surgimiento, oposición, expulsión y pérdida y las correlativas sensaciones o vivencias psicológicas de creación, elaboración, expresión y comunicación. Junto con el modelo de ingeridor conformarán el modelo de relación con el ambiente con una disminución de la omnipotencia primitiva. El rol psicosomático de urinador conformará la actitud básica de planeamiento y realización de acciones para satisfacer deseos internos, así como los modelos femenino y masculino de la personalidad. El rol de perceptor cenestésico para el reconocimiento de las propias reacciones situacionales de temor o protección, el rol kinésico para la experimentación de la independencia deambulatoria en relación a la gravedad, el rol de visor para el descubrimiento de lo que rodea y separa en el espacio, y los roles de olfateador, auditor y degustador para la decodificación del mundo sensorial.
            Los roles psicosomáticos de ingeridor, defecador y urinador, tienen una especial relevancia por tratarse de funciones no automáticas. La teoría de los roles propone que posteriormente, los roles familiares, sociales y psicodramáticos se organizarán en racimo sobre el tronco común de los roles psicosomáticos. Por tanto, éstos completarán su desarrollo en las subsiguientes matrices familiar y social. El átomo social objetivo de la madre, compuesto por el conjunto de vínculos emocionalmente significativos de ésta, va a ofrecer los roles complementarios para el desarrollo de los roles que van a conformar el átomo cultural o esquema de roles primitivo del niño.
            La matriz familiar comienza con el advenimiento al segundo universo donde el niño comienza a separar la fantasía de la realidad. En psicodrama, se considera que el individuo deberá instaurar un particular equilibrio dinámico entre las situaciones que pueden ser resueltas en el nivel de lo real y aquellas que pueden serlo en el nivel de lo fantástico, desarrollando paulatinamente su capacidad para lo simbólico. En esta matriz, el individuo comienza un modo de vinculación real con lo no-yo.
             La mecánica de los acontecimientos es intencional de modo que todo movimiento es vivido como si fuera puesto en juego por alguien (artificialismo) y como dotado de una finalidad determinada (finalismo).
            Durante la llamada fase mitopoyética de la matriz familiar es cuando el niño comienza a desarrollar su capacidad fantástica e imaginaria, sus sueños y ensueños. Un buen desarrollo de esta fase, poblará el mundo interno con imágenes organizadas, lo que le hará tomar distancia con la inmediatez de lo real, para así poder nombrarlo con palabras y advenir más tarde a la función lógica del pensar. Será en esta fase cuando comienza la influencia normativizadora de los mitos familiares y su aprendizaje ritual con características mixtas entre la analogía y el símbolo.
            En la fase mimética de la matriz familiar el niño comienza con sus juegos de emulación identificatoria, copiando los roles de sus yo-auxiliares naturales. Mediante la actividad mimética el niño explora sus contrarroles, descubriendo empíricamente la técnica del cambio de roles, que tanta importancia tendrá luego en el aprendizaje social y en la terapéutica. Moreno plantea que es en esta matriz familiar donde el hambre de actos, ansiedad básica de la matriz de identidad total, es reducida a una tendencia motivadora de logro, a la que denomina <<hambre cósmica de transformación>>, la cual tendría el carácter de una necesidad residual infantil de reeditar la identidad total de un modo sincrético. Esta ansiedad básica va a tener una gran influencia en los movimientos defensivos de dilatación del sí mismo psicológico ante situaciones alarmógenas, y en los trastornos sociodinámicos derivados de los intentos de difusión ilimitada de la expansividad afectiva.
            Moreno describe como este hambre de transformación lleva al individuo a una constante búsqueda de inversión de roles, tanto en lo real como en lo fantástico, descubriendo así los límites de su omnipotencia primitiva al descubrir que con algunos aspectos de lo no-yo, es absolutamente imposible invertir roles.
             En una primera etapa le son ofrecidos al niño unos roles, unas formas sociales con características míticas, bien sea a través de cuentos infantiles, de relatos familiares, o de roles conserva. En esta etapa llamada de memoria, el niño aprende globalmente la forma social ofrecida, primero interesándose en el fondo o tono emocional melódico, para posteriormente destacar de este fondo determinadas formas conocidas, descubriendo así las palabras, la estructura del texto del relato. Así pues, en la etapa de memoria se produce un registro lineal, sucesivo, de los estímulos estructurados, hasta su elaboración como imagen interna.
            En la etapa de juego, el niño tiende a jugar con objetos lo apercibido (relato, mito, esquema, vincular, etc.). Para ello, la imagen debe pasar de la mente al ambiente a través del cuerpo, buscando movimientos acordes con la imagen y estructurando actos que conjuguen la imagen con las leyes naturales (prueba de realidad). Cuando el niño consigue reproducir fielmente en el ambiente la imagen interna que tiene del relato, obtiene lo que se denomina la imagen real.
            En los juegos repetidos, descubre las interacciones y las relaciones espacio-temporales entre los distintos roles conserva, que dejan de ser sucesivas para pasar a ser simultáneas. El descubrimiento de las interacciones durante el juego es el descubrimiento de las formas sociales. La imagen real construida en el ambiente permite una nueva imagen objetivable y perceptible como un todo coherente.
            En la etapa de dramatización, el niño comparte el relato con otros a los que supone conocedores del mismo. Vivencia así los contenidos de las formas sociales, descubriendo el vínculo y la importancia de la complementariedad de roles para generarlo. Puede delegar personajes en otros, y cambiar roles con ellos, hasta agotar las posibilidades y matices del relato.
           
            En el trabajo sociodramático familiar, se pasa revista a estas etapas de la matriz familiar. Interesa diagnosticar todos aquellos relatos, mitos y roles conserva que no han sido jugados ni dramatizados permaneciendo como imágenes internas subjetivas, como fantasías en la mente de los distintos miembros que dificultan la percepción realista de la estructura vincular. La técnica tendrá entonces la función de facilitar el juego y la dramatización de estas imágenes dentro de la matriz terapéutica provista por el campo psicodramático. En los adultos, el juego físico y concreto con las cosas, es cambiado en ocasiones por el juego mental con las huellas mnémicas y las abstracciones. Los modelos de análisis de la realidad aprendidos durante la construcción de las imágenes reales de la etapa de juego, son utilizados como formas estables de cosmovisión en las que se modifican los contenidos de acuerdo a las necesidades situacionales.
            Una matriz familiar adecuada puede suplementar las carencias de una matriz de identidad poco continente, y completar la formación de actitudes básicas. Los roles desarrollados en la matriz familiar, influidos por la cultura familiar brindada por el átomo social objetivo, facilitan la inserción en la matriz social de una manera original y propia. Será en la matriz social donde se complete el proceso de memoria, juego y dramatización o proceso de recepción, interpretación y creación de roles. Tanto en la matriz familiar como en la matriz social se darán intentos de asignación y procesos más o menos oscuros de asunción de roles que podrán enriquecer o empobrecer el átomo cultural del individuo, según sea la conformación de los átomos sociales con los que contacta.
            Al trabajar en el aquí y el ahora de la terapia, sobre el átomo social perceptual (la estructura de elecciones y rechazos esperados pero no objetivos) más o menos distorsionado, se está trabajando sobre un rol en conflicto vincular, y al corregir su estructuración, se modificará a un tiempo la estructura del rol social, del rol familiar y de la actitud básica enracimados con el rol psicosomático en que está fundado ese rol en conflicto.

            Un átomo social perceptual muy alejado del átomo social objetivo, estará lleno de pseudoroles (rol del que se tiene información pero no formación y sustentado por una situación social dada), percibiéndose erróneamente elecciones y rechazos, con un gran prejuicio de reciprocidad diádica y una falta de límites en la expansividad afectiva. En sociodrama familiar se trabaja terapéuticamente con los átomos sociales perceptuales y objetivos de cada uno de los miembros de la familia. Cada vínculo necesitará de un caldeamiento específico, y las dificultades podrán tener un doble origen, bien en el status sociométrico que el individuo designado en cada vínculo tiene en su átomo social, bien en la deficiente estructuración de uno o varios roles durante el proceso matricial descrito.
·        Diferencia entre actuación  y representación.
            Actuación es el proceso de investigación personal que hace el actor para descubrir a un futuro personaje a representar. Dicho proceso comienza desde una interiorización para conocer el principio de dicho personaje y traerlo desde lo más profundo y transformarlo en un personaje integrado. La actuación es descrita como acciones hechas por un personaje dentro de la representación teatral. Aunque dichas acciones son auténticas, deberían por lo menos estar cargadas de una intención que permita que el observador se estimule y logre recibir el mensaje en su totalidad. El actor es quien ejecuta la acción.

            La representación teatral libre con fines terapéuticos y diagnósticos, es donde los pacientes representan situaciones dramáticas relacionadas con ellos o con alguno de los presentes, de este modo facilita la exteriorización de conflictos personales.
                          




·        Componentes del psicodrama de Moreno.

            Los componentes básicos del psicodrama incluyen los siguientes roles: el director, el protagonista, los egos auxiliares, el público y el escenario.

ü  El director es el facilitador capacitado que produce, observa, actúa como un catalizador y guía la acción del grupo.
ü  El protagonista es la persona que presenta un problema o tema a ser explorado.
ü   Los miembros del grupo que asumen los roles de los demás involucrados significativamente en el suceso, ya sea que estén vivos o muertos en la vida de la protagonista, incluso objetos inanimados, mascotas u otros objetos con carga emocional serán catalogados como egos auxiliares.
ü   El público está compuesto por los miembros del grupo que son testigos del drama y sirven como una especie de espejo exterior.
ü   El escenario es el espacio físico en el que el drama se lleva a cabo.

·        Tipos de dramatización

            Existen diversos tipos de dramatizaciones las cuales se las utiliza según la dinámica en la cual se encuentre el grupo:

ü  Dramatización explorativa

            “Poner en evidencia los síntomas, conflictos, mecanismos de defensa de un paciente; también las fantasías de un grupo, sus expectativas, etc.”  Este tipo de dramatización busca la mayor recopilación de información sobre la situación actual del paciente, de la demanda que presenta verbalmente y relacionarla con la primera construcción grupal su familia y llevarla a la dramatización. Esto posibilita que el grupo conozca mucho más a fondo la dinámica de sus miembros y se identifique con las proyecciones que tendrán lugar en el espacio dramático.

            Este tipo de dramatizaciones buscas recopilar información tanto individual como grupal. Puede mediante una dramatización poner en esa las defensas que está elaborando el grupo, con sus diferentes fantasías e ilusiones grupales. En un inicio esta nueva forma de abordar en el grupo busca romper las defensas mediante técnicas lúdicas, el lenguaje verbal esta mucho más vetado por el Super yo, es aquí cuando la corporalidad toma importancia en el proceso de análisis, pues la expresión mediante el uso del cuerpo y relato dramatizado permite una mayor proyección de objetos persecutorios en el individuo.

ü  Dramatización descriptiva.

            Muchas veces va acompañada de dramatización explorativa, pero esta es propuesta por el paciente y construida por el mismo pues quiere demostrar algo en ella al grupo, es una expresión por parte de la demanda del participante que pone en escena y decide los diferentes roles que se ejecutaran para esta dramatización.

ü  Dramatización expresiva
           
            Esta dramatización va mas cargada de expresión de orden simbólico del sujeto, esto permite que una experiencia individual, se elabore como una catarsis grupal, que permita una mayor conformación en grupo y sea vivido como experiencia semejantes a su realidad personal.

“Es aquella que sirve adecuadamente para la manifestación del paciente y del grupo; es vehículo de la fantasía individual o grupal o de ambas; en ella, el mundo interno del paciente o la fantasía grupal parecen cobrar espacialidad. Por todo lo anterior estas dramatizaciones suelen ser sentidas con intensidad por los pacientes particularmente debido a que el afecto, propio del momento vivido, encuentra libre curso” (PAVLOSKY)


            Este tipo de sesiones suelen terminar con un insight grupal de la experiencia, en la escena se pudo proyectar el objeto de tal manera que se logro una identificación grupal y en lo simbólico evocar recuerdos y manejarlos en el trabajo de grupo

ü  Dramatización elaborativa

            Es la escenificación de un tema anteriormente tratado de forma verbal o dramatizada.

ü  Dramatización defensiva

            Este tipo de dramatización se da en grupos con cantidad de defensas, es muy importante que el terapeuta interprete en estas escenas, puesto que los sujetos muestran roles defensivos para encubrir las verdaderas fantasías o angustias inconscientes como el sujeto puede actuar mucho en varias escenas, dramatizar pero esto no da cuenta de que no tenga altos los niveles de defensa, suele presentarse las escenas muy estereotipadas y repetitivas. El participantes busca ejecutar los mismos roles para no tomar otro rol angustioso. De la misma manera puede sugerir al grupo escenas las cuales no son la causa de su verdadero conflicto.

ü  Dramatización demostrativa

            En la psicoterapia grupal el terapeuta puede estar muy claro de lo que ocurre al grupo, pero no puede ser apropiado un insight mediante la interpretación en ese momento y se necesita, que la clarificación salga del propio grupo, un paciente trae una problema a la sesión y el terapeuta permitirá que con escena dramáticas y poniendo diferentes dispositivos el mismo u otro participante le clarifique de lo que está ocurriendo.

·        Modelo sistemático de la sesión psicodramática.

A.   Apertura de la sesión:

·     Se debe preparar el ámbito psicodramático colocando las dos sillas, que simbolizan el Psicodrama, en el centro del Escenario. Deben estar en una posición determinada contactando por una de sus patas delanteras en un ángulo de 90º, aproximadamente.
·     Esta posición corresponde "al encuentro", al contrario que en el teatro donde los personajes juegan los papeles previamente aprendidos que no precisan interaccionar para desarrollar un vínculo.
·     Las sillas, además, remarcan el Escenario y constituyen desde antes de sesión un foco de estímulos con respecto a la técnica a utilizar.
·     La sesión se abre de dos formas, dependiendo de si el Psicodrama es Público o no. En el Psicodrama Público o con un Auditorio muy numeroso, se inicia el Caldeamiento desde el Auditorio, en los habituales se abre desde el escenario, tomando como punto de partida la parte posterior de las sillas-símbolo.

B.   Apertura de la dramatización:

·     Corresponde al momento en que el Director separa las dos sillas-símbolos, a modo de un telón, lo cual sucede después del encuentro entre Director y Protagonista y pasarse a la construcción de un contexto dramático.

C.   Cierre de la dramatización:

·     Corresponde al cierre de la última escena, al igual que el cierre de todas las escenas, se marca con la aproximación de las sillas, que equivaldría al cierre del telón en el teatro.

· El Protagonista y los Yo-auxiliares salen del Escenario o el Protago­nista continua en el Escenario, según sean las circunstancias. Si esto sucede se centran en su persona los comentarios. Esto es adecuado cuando ha habido una movilización afectiva intensa que precisa ser elaborada en torno de aquél y con su especial participación. La movilización afectiva desencadenada por la Dramatización ha invadido el Contexto Grupal hasta el punto que los miembros del Auditorio se han identificado con determinados Roles, perdiendo la visión grupal de la situación. Mientras esto continúe el Director mantendrá al Protagonista en el Escenario. Cuando empiece a aparecer material correspondiente al grupo en sí y no a los personajes de la Dramatización, el Director indicará al Protagonista que vuelva al Auditorio. En este momento se considera cerrada la Dramatización y se pasa del Contexto Dramático al Grupal.

D.   Cierre de la sesión:

·     Varía, en función del tipo de Psicodrama.
·     En un Psicodrama público o de grandes grupos, donde no hay una situación contractual previa, el cierre lo indica el director cuando lo considera conveniente.
·     En lo Psicodramas con horarios prefijados, la finalización la marcará el tiempo, pero el Director debe adecuar el manejo terapéutico al tiempo disponible para la sesión, haciendo que coincida con las etapas del Psicodrama.









·        Fases de la sesión psicodramática.


1.    Caldeamiento:

            Son un conjunto de procedimientos que intervienen en la preparación de un organismo con el objetivo de que se encuentre en condiciones óptimas para la acción.
            Distinguimos dos tipos de Caldeamiento: Inespecífico y Específico.

ü  Caldeamiento Inespecífico:
            Son un conjunto de procedimientos destinados a centralizar la atención del Auditorio, disminuir los estados de tensión y facilitar la interacción. Corresponde al primer período de la sesión, cuando se pone en contacto Director y Auditorio.

            Es el Director quien debe llevar a cabo estos procedimientos. Se inicia con las primeras palabras que dirige al Auditorio y se continúan con los comentarios que hace sobre lo observado en este primer contacto con el grupo.

ü  Caldeamiento Específico:
            Es el que se realiza con el Protagonista emergente del grupo.
            Son un conjunto de procedimientos destinados a la preparación del Protagonista para que se encuentre en las mejores condiciones para dramatizar. El calentamiento específico para el rol se realiza con el Protagonista en acción mientras juega el rol por lo que algunas escenas tendrán más significado de Caldeamiento que de Dramatización.

            En algunas dramatizaciones puede ser necesario invertir los roles y será necesario un nuevo Caldeamiento para ese nuevo rol.          Caldeamiento y Dramatización van muy unidos en la etapa de Dramatización ya que son diferentes aspectos de un mismo proceso.
2.    Dramatización:

            Es la segunda etapa de la sesión de Psicodrama y heredará de la escena teatral, pero a diferencia con ésta no existe un guión a seguir por los actores. El libreto es la vida del Protagonista.

            Los orígenes de la Dramatización son el hombre mismo durante su proceso evolutivo, independiente de las épocas y las culturas. Hay un período en el que los niños juegan personajes de su entorno sin que le sea indicado y como parte de su actividad lúdica: Dramatización espontánea. Es parte del proceso de aprendizaje natural indispensable para la socialización del individuo. Si el ser humano es biológicamente social, estará determinado a comprender al otro y para ello necesita asumir múltiples personajes que lo rodean y actuarlos "como si fuera" ellos.       La representación teatral no es más que la culturización de una actividad natural del hombre, y el psicodrama la recuperación con fines terapéuticos de esa capacidad humana.

            La Dramatización es el núcleo del Psicodrama y la caracteriza. El material aportado por el Protagonista es tratado con técnicas activas para concreti­zarlo en el Escenario y plasmarlo en un contexto particular y tratarlo dentro de un campo terapéutico que permita:

            -Observar "in vivo" y en el "aquí y ahora" toda la estructura del material a investigar simultánea y no sucesiva.
            -Estudiar sus psicodinamismos.
            -Transformar el material anecdótico en material presente vivencial que comprometa afectivamente a los participantes.
            -Operar terapéuticamente en el "aquí y ahora".
            -Verificar las modificaciones ocurridas por la introducción de elementos terapéuticos y su estabilidad.
            -Controlar la evolución del cuadro clínico a través de pruebas de realidad experimental.
            El Protagonista da el tema, las situaciones, los personajes y el Director los encuadra en la metodología Psicodramática. El material aportado por el Protagonista es puesto en escena con la mayor fidelidad posible. Se toma el material específico y el inespecífico para saber la estructura que el Protagonista le da a su material y sus interacciones.

            Al comienzo de la Dramatización tiene poca carga afectiva, poco a poco con ayuda del Yo-auxiliar se van ajustando los roles y va adquiriendo visos de realidad y repercute en el espectador como cierta a pesar de estar en el "como sí".

            Hay dos responsables directos:

            -El director, el principal, conductor de todo el proceso terapéutico general.
            -El Yo-auxiliar responsable del desempeño de roles complementarios que den lugar al desarrollo de un vínculo con el Protagonista durante la Dramatización.

            La Dramatización es el medio terapéutico por excelencia en el Psicodrama, de tal forma que todas las técnicas y recursos que se emplean han de ser instrumentales en tal sentido, incluida la palabra.

            Moreno considera que para que la Dramatización cumpla su acción terapéu­tica, debe cumplir una serie de requisitos:

            a) Alcanzar un alto grado de espontaneidad.
            b) Obtener una buena puesta en escena, adecuada a la situación y al Protagonista.
            c) Quedar envuelto y comprometido en la acción. No es suficiente la puesta en escena, es necesario el compromiso afectivo y emocional.
            d) Externalizar y jugar los diferentes personajes, reales o imaginarios, concretando las imágenes.


            e) Permitir la introducción en la acción dramática de todo indicio que dé el Protagonista.
            f) No perder jamás el contacto con el Auditorio.
            g) Mantener congruencia entre la dramatización y la línea vital del individuo.
           
3.    Comentario y análisis:

            Es la última etapa de cada sesión psicodramática. La atención estará en el Auditorio, solicitándose de sus miembros opiniones y comentarios, referentes al Protagonista, a la Dramatización y a ellos mismos.

            Se tiene en consideración el punto de partida de la sesión, lo que se dramatizó y el material actual del grupo. Se trata de integrar los aspectos individuales con los grupales y sus interacciones dentro del marco de la sesión.
En la dinámica de la sesión se considera al Protagonista como un emergente del grupo y luego de la Dramatización, al grupo como emergente del individuo. La Dramatización, focaliza la atención en los personajes del Escenario, facilitando el afloramiento de las vivencias desencadenadas por dichos personajes. Estas vivencias deben ser investigadas por el Director. El trabajo esclarecedor del terapeuta se realiza sobre un material del "aquí y ahora", un material concreto y compartido por todos y no referido a un pasado remoto.

            La búsqueda sistemática de las vivencias experimentadas por el Auditorio tiene también un sentido de apoyo para el Protagonista ya que disminuye considerablemente la "persecutoriedad" del grupo.







·        Técnicas que auxilian al psicodrama.


ü  El doble

            El yo-auxiliar se coloca al lado del protagonista tratando de adoptar al máximo su actitud postural y afectiva. Su objetivo es el de expresar todos los pensamientos, sentimiento y sensaciones que por distintos motivos el Protagonista no percibe o no quiere explicar. Es una especie de conciencia auxiliar. se pueden utilizar varios dobles e incluso ponerlos en pugna.

ü  Diálogo (Diálogo-Interacción)

            El Yo-auxiliar interpreta en el diálogo el rol complementario de acuerdo con la línea de argumentación propuesta por el Protagonista, guiándose por el conocimiento previo, por las consignas que reciba de Director, o por su espontaneidad e intuición. Si el Protagonista no está conforme con el rol complementario dramati­zado, es posible efectuar una inversión de roles para mostrar al Yo-auxiliar el carácter del personaje que se quiere jugar.

            Es la técnica básica del Psicodrama moreniano, a partir de las cuales se dan las técnicas mást utilizadas: Doble, Inversión de roles, Espejo, etc. Consiste en la puesta en escena de la situación o material conflictivo que aporta el Protagonista, bajo forma de un dialogo en situación en el que éste asume su papel y es complementado por uno o varios Yo-auxiliares profesionales o espontáneos.

ü  Autopresentación:

            El Protagonista se presenta a si mismo verbalmente y va mostrando en dramatizaciones simples como es él, cuáles son los papeles que juega habitualmente en su vida, como es su núcleo familiar, su trabajo y sus particularidades. Puede ser secundado por uno o varios Yo-auxiliares.
ü  Espejo:

            En su forma clásica lo realiza el Yo-auxiliar de dos maneras:

            1) Sin avisar al paciente, cuando termina la escena sale del escenario y observa desde afuera, desde el contexto grupal, al Yo-auxiliar reproduciendo lo Dramatizado.
            2) El Yo-auxiliar se ubica frente al Protagonista en plena dramati­zación y hace lo que él hace.

            Su uso debe ser muy cuidadoso, ya que individuos con características paranoides lo pueden vivir como una burla. Puede ser utilizado una grabación de video, es lo que Rojas-Bermúdez llama "espejo tecnológico" que evita la distorsión que puede haber en la interpretación del Yo-auxiliar.

ü  Soliloquio:

            El Protagonista, cuando se lo solicita el Director o espontáneamente, expresa durante un diálogo lo que siente o piensa de la escena que está dramatizando. Es un "pensar en voz alta", puede darse cuando el sujeto representa una situación en que está a solas. No debe confundirse con los monólogos (hablar a solas) ya que aquí se trata de verbalizar pensamientos, fantasías y sentimientos.

            Cuando se realice durante un diálogo, se le sugiere al Protagonista que indique de alguna forma que está haciendo un soliloquio para diferenciarlo de lo que dice a su interlocutor. El uso excesivo por parte de un paciente puede indicar una cierta resistencia a comprometer­se o dejarse envolver por la ciencia dramática.


ü  Inversión de Roles:

            En la interacción o en el diálogo entre el Protagonista y el interlo­cutor, el Director da la consigna de que cambien sus papeles o roles, ubicándose cada uno en el lugar del otro y encarne su personaje, adoptando la actitud física del rol complementario, compenetrándose con su manera de ser. Esto no siempre es posible, sobre todo si la actitud del Protagonista es muy rígida o estereotipada.
Permite ver desde adentro la realidad del otro y confrontado con lo que pensábamos de él, desde afuera, teniendo la vivencia simultánea de dos roles contrapuestos, ayudando a la comprensión mutua.
                       
            Moreno define en un poema la filosofía del encuentro:

            " Un encuentro de dos: ojo a ojo, cara a cara,
            y cuando esté cerca arrancaré tos ojos
            y los colocaré en el lugar de los míos
            y tu arrancarás mis ojos
            y los colocarás en el lugar de los tuyos
            entonces, yo te miraré con tus ojos
            y tu me mirarás con los míos.

ü  Roda viva:

            Es una variante de la inversión de roles introducida por Rojas-Bermudez que se utiliza preferentemente en Sociodrama para hacer emerger el tema o el conflicto grupal, aunque también puede ser utilizado en Psicodrama.

            Consiste en hacer sentar en círculo en el Escenario a todos los integrantes del grupo y hacerlos girar para ocupar el asiento de su vecino, pasando cada uno a jugar el rol de la persona que estaba en ese lugar. El diálogo continuará donde se había interrumpido antes de la rotación. Se facilita la explicitación de conflictos interrumpidos, eludiendo el enfrentamiento directo.
ü  Proyección hacia el futuro:

            En una sesión de Psicodrama no sólo se pueden trabajar situaciones pasadas, sino que también podemos adelantarnos al futuro mediante la dramatización de la visión que el Protagonista tiene acerca de situacio­nes significativas esperadas en su proyecto vital. Aparecen deseos, pronósticos, presagios que se desarrollen con todos los elementos posibles.

            Se pueden trabajar las dos dimensiones: El futuro probable y el futuro ideal, lo que nos permite discriminar la distancia que hay entre sus expectativas de probabilidad cierta y el cumplimiento de sus deseos si las circunstancias se dan en su favor. La proyección al futuro es muy útil en orientación vocacional y en depresivos para dramatizar las fantasías suicidas y sus consecuencias.

ü  Interpolación de resistencias:

            El Protagonista nos presenta una escena dramática, según su visión subjetiva, con el desarrollo y el desenlace que tuvo en el contexto social. El Director en el transcurso de la Dramatización, modifica las características de los roles complementarios puestos en juego, mediante consignas dadas al Yo-auxiliar, procurando que éstos pasen desaperci­bidos para el Protagonista.

             Con estas modificaciones se hace que lo impulsamos a actuar en el "aquí y ahora" y se descubre así si existe o no posibilidad de adaptación plástica ante un vínculo cambiante.






ü  Improvisaciones con personajes ficticios o imaginarios:

            Se da libre curso a la fantasía de los participantes, alejándolos así de lo cotidiano, creando personajes o tomándolos del cine o la televisión impregnándolos con su idiosincrasia. Se anima a dramatizar lo que la vida usualmente les niega, lo que no podría ser en el contexto social. Telas, disfraces, elementos de maquillaje o máscaras pueden ser utilizadas o construidas por el propio sujeto.

            En los comentarios se van dando los paralelismos entre el sujeto y el Rol imaginario representado, que pasan a ser sumidos como una parte de sí más controlable y objetivada. En el Caldeamiento de puede dar la consigna de que cada participante elija un animal, una planta, etc. y lo represente.

            Es una buena técnica proyectiva, por lo que significa para el que lo juega, la asunción del rol y por lo que resulta de la interacción con los demás.

ü  Eco o amplificación de la voz:

            Cuando el Protagonista habla en voz muy baja y el Auditorio no entiende, el Yo-auxiliar repite lo que dice en voz alta y clara, a solicitud del Director, a modo de eco. Si hay un elevado compromiso emocional y la atención está muy centrada en la Dramatización no se debe utilizar esta técnica.

            En individuos inhibidos, el eco opera como un reforzador que los reasegura e induce a ir aumentando, sin darse cuenta su volumen de voz.





ü  Situaciones típicas de la vida:

Es una traslación al escenario de la realidad laboral, familiar o social del Protagonista. Es un procedimiento diagnóstico, que puede ser ampliado con la prepa­ración para afrontar situaciones nuevas, descubriendo las posibilidades del rol.

ü  Sin palabras:

            Incluye varias técnicas. Una de las más utilizadas consiste en la representación plástica de una situación, un estado de ánimo, una fantasía, etc., con utilización de sonidos. Es muy útil con individuos con inhibiciones para gritar o expresar estados de ánimo agresivas.

            El Protagonista utilizará una vocal y con modificaciones del tono expresar su estado de ánimo. Puede producir resistencias, en un principio, por temor al ridículo pero se acepta progresivamen­te al percibir sus beneficios.

ü  Técnica " de espalda ":

            Al protagonista se le coloca de espalda al Auditorio, como si no estuviera en la sala. Los demás hablan "del ausente", expresando sus criterios, acerca de como es, de sus virtudes y defectos. El sujeto escucha dejando sus comentarios para la siguiente etapa.

ü  La silla vacía:

Se coloca una silla vacía en el centro del escenario y se les pide a los participantes que durante unos minutos imaginen un personaje real o de ficción sentado en ella y que entren en comunicación con él y que luego expresen lo que han sentido ante dicho personaje. Es una técnica muy utilizada por los gestalistas.
ü  Construcción de imágenes:

            Es un aparte teórico-práctico del autor Rojas-Bermúdez a la etapa de Dramatización y a la comprensión de su dinámica. Moreno centra en la Dramatización el potencial terapéutico. En el caso de un hijo muy sometido a su padre, las dramatizaciones estarán dirigidas a la superación de dicho conflicto. El Protagonista jugará tanto el rol de hijo como el de padre, hasta modificar el tipo de vínculo establecido entre ellos. Lo esencial será la Dramatización, por lo tanto, la vivencia y el compromiso total con el rol jugado.

            Este mismo ejemplo, con técnica de imágenes se haría de la siguiente forma:
            -Se pide al Protagonista la reproducción de una situación real ocurrida con su padre, en su escenario, utilizando el Yo-auxiliar.        Es como una reproducción fotográfica que denominaremos imagen real. El Protagonista no debe quedar incluido, en esta etapa.
            -El Director y Auditorio conjuntamente con el Protagonista tratarán de comprender la imagen real y sus circunstancias.
            -El Protagonista pasará al lugar de cada uno de los personajes, por indicación del Director, y hará el soliloquio correspondiente a cada uno de ellos.
            -El Protagonista construirá la imagen previa o posterior a la situación real plantada, hasta tener un número suficiente de cuadros para que se puedan esclarecer, con la secuencia, la dinámica de los hechos y sus condicionamientos.
            -Elaboración con el grupo de las imágenes construidas en el Escenario.                        -Dramatización, a partir de alguna imagen real, para verificar cambios o para vivenciar alguna circunstancia en particular.
            -Se pide al Protagonista que construya una nueva imagen que simbolice lo planteado en la imagen real: es una imagen simbólica. Esto permitirá:
Ø  Ver la capacidad de simbolización del Protagonista.
Ø  Observar que elementos selecciona de la imagen real para construir la imagen Simbólica.

            - El orden no tiene por qué ser siempre el mismo, así se puede comenzar por la imagen simbólica o por una Dramatización.
           
            La imagen real permite al Protagonista la confrontación de su imagen interna con la imagen externa construida y sus mutuas influencias. Es una técnica útil cuando se desea que el Protagonista tenga una visión estructural de los hechos que facilite su comprensión. La Construcción de Imágenes es una técnica dirigida al intelecto, la Dramatización está dirigida a obtener una vivencia determinada.

ü  Objeto Intermediario:

            Rojas-Bermudez en 1965 al aplicar el Psicodrama con Psicóticos crónicos deteriorados se encontró con varios problemas: incomunicación verbal, inmovilidad y rigidez corporal.

            Fue en la etapa de Caldeamiento donde comenzaron las primeras dificul­tades al no poder focalizar su atención que tampoco se conseguía en la Dramatización. Pensando en la fuerza del espectáculo y en la capacidad de atracción de los estímulos estéticos decide introducir los títeres para la etapa de Caldeamiento. En breves minutos se consiguió la atención, incluso algunos descontrajeron el rostro y con ciertos estímulos más directos y otras escenas, se logró que se levantaran de los asientos y se acercaron al teatro de títeres, siendo muy llamativa la necesidad de alguno de ellos de tocar los títeres.

            Si consideramos que el animal humano es biológicamente un ser social, toda alteración en la intercomunicación personal regida por las formas naturales genéticas señala graves trastornos estructurales. En estas circunstancias, la figura humana se vuelve persecutoria por incompren­sible. De esta forma el mensaje verbal queda involucrado en esta desaten­ción y rechazo de los estímulos humanos. El títere, por sus caracterís­ticas y peculiaridades, atrae sobre sí la atención del paciente psicótico, facilitando la recepción del mensaje verbal. El títere actúa así como un objeto por cuya intervención se logra establecer la comunicación inte­rrumpida: es por ello un objeto intermediario.

ü  Psicodanza:

            Es una técnica psicoterapéutica derivada del Psicodrama iniciada en 1961, reglada y sistematizada, que utiliza el cuerpo y la danza como vehículos comunicacionales preferenciales y la música como soporte de dicha comunicación. Aunque puede ser incluida en la etapa de Caldeamiento, es mucho más que una técnica de caldeamiento ya que con su encuadre puede llevarse a cabo una psicoterapia y a la vez puede ser una técnica coadyuvante de otras psicoterapias.

            Es una técnica muy adecuada para la aplicación en trastornos propios de comunicación verbal ya sea por exceso como por defecto. La música sumerge a quien la escucha en un medio maravilloso y puede hacer vibrar a una multitud, cada uno será un receptor aislado, que vivencia en su intimidad el estímulo musical si no da ninguna respuesta motora.

            Si el individuo acepta ser movido por la música es un compromiso mayor, es una mayor entrega al estímulo musical ya que tiene que sobreponer a la autovaloración que haga de sus movimientos. El no querer o no poder responder al estímulo musical puede ser fruto del temor al ridículo o de la desvalorización de su capacidad expresiva en relación a la música y el cuerpo pasa a ser el foco de atención de las críticas.

            Las primeras sesiones son de caldeamiento. Es necesario concienciar al cuerpo para luego olvidarlo. En general, al poner el estímulo musical todos tienden a dar una versión de la música, a interpretarla con su cuerpo. Esto significa la participación cortical en los movimientos, con todas sus limitaciones. Con el Caldeamiento se va a intentar eliminar paulatinamente dicho control, hasta lograr que los movimientos sean respuestas directas a los estímulos musicales. Cuando se llega a este punto, se suele experimentar la unidad Música-Cuerpo, sintiendo la música como un medio natural que rodea al cuerpo, para pasar luego a sentirse atravesado, incorporado y diluido en la misma.

            Esto no es una experiencia que se logre con facilidad, precisa tiempo y adecuación de los recursos técnicos a las circunstancias de los Protago­nistas, pero una vez alcanzando el nivel óptimo de Caldeamiento la vivencia es casi explosiva y el Protagonista que la encuentra es de pronto espectador y actor de su propio mundo interior.

            Una sesión de Psicodanza mantiene el encuadre psicodramático de la Escuela Argentina, es decir, los cinco Instrumentos fundamentales, las tres Etapas y los tres Contextos. La diferencia radica en que el Yo-auxiliar es quien realiza el Caldeamiento y para ello utiliza su cuerpo en movimiento.

ü  Máscaras:

            La máscara es introducida por Rojas-Bermudez como un elemento neutrali­zador de la expresividad del rostro. Comprobó que en muchos casos en que se había interrumpido la comunicación, al igual que ocurría con los títeres, se restablecía, lo cual indicaba que el bloqueo de la comuni­cación estaba mas bien en relación con la cantidad de estímulos ofrecidos que con la figura humana como estructura. La máscara focalizará la atención del paciente y el mensaje verbal llega a término.

            Para la construcción de la máscara se utiliza una cartulina blanca de la cual se corta un rectángulo, lo suficientemente larga como para rodear la cabeza y se puedan unir los extremos. A la altura de los ojos se hacen pos perforaciones. La máscara puede actuar como objeto intermediario o intraintermediario.

            En el desarrollo de la sesión se pueden individualizar las siguientes fases:

Ø  Caldeamiento previo con el fin de relajar al paciente.
            Ya sea individual o grupal la sesión de psicodrama, se pide que se coloquen la máscara blanca, observándose generalmente una vivencia de desinhibición que se hace visible en los movimientos y actos. En este caso la máscara funciona como Objeto Intermediario.

Ø  Se entrega a los participantes espejos, pinturas, pinceles y agua dando la consigna: << Píntese la máscara libremente, usando los colores que quiera y tomando el tiempo que necesite pero debe tener la máscara puesta en su cara >>.

            El individuo trabaja en soledad, siendo dueño de manejar el pincel según su necesidad, e incluso negarse a hacerlo, acepta volar sus contenidos como si se tratase de un juego, sin reparar en el posible "significado" de la imagen pintada. El Yo-auxiliar y Director procesan los elementos que van apareciendo y elaborando hipótesis.

Ø  Una vez que todos terminaron su obra, se retira todo el material del Escenario y pasa al mismo el Yo-auxiliar, quien se podrá la máscara para que el Protagonista pueda verla "fuera de si mismo".
           
Se puede continuar de dos formas:

a.    Construyendo una imagen: se pedirá que complete la imagen del resto del cuerpo, colocando al Yo-auxiliar en una posición acorde con la forma de la máscara.


b.    Pasando la máscara al Yo-auxiliar y abriendo una Dramati­zación libre en la que el Yo-auxiliar deberá expresarse con predominio corporal, complementando la actitud del paciente. Suele producir una reacción de sorpresa e impacto emocional en el Protagonista.

Ø  La máscara vuelve al Protagonista y la Dramatización continua libre y espontánea. El paciente comienza a dramatizar influenciado por la imagen que vio en la fase anterior pero favorecido por la máscara que oculta el rostro.

Ø  La máscara pasa de nuevo al Yo-auxiliar y se le pide al paciente que intente vincularse con el mismo. El Yo-auxiliar tomará el rol complementario, incorporando lo percibido en las fases anteriores.

Ø  Se hace un "Cambio de roles". El Protagonista se coloca su máscara y el Yo-auxiliar tomo el rol que juega el Protagonista en la fase V. Se repetirán sucesivos "Cambios de roles" que permitirán la progre­siva aparición en escena del material movilizado, lo cual era el objetivo de la técnica.




 Elaborado por: Vianey B. Jaime Alcántar
Lic. Psicologia VIII
Turno Vespertino



·       Referencias:

ü  Blatner A. (2005). Bases del psicodrama. México: Pax México.

ü  Blatner A. (2005). El psicodrama en la práctica. México: Pax México.

ü  Psicodrama. Recuperado de http://www.psicodramamonterrey.com/5092.html, abril 2013.

ü   Sampó, C. (2012). Psicodrama: un método potente y breve. Recuperado de http://www.artesanadelavida.com/2012/02/12/psicodrama-un-metodo-potente-y-breve/ abril 2013.

ü  Álvarez, P. Psicodrama y niveles sociogeneticos I: Teoría del sociodrama familiar.  Recuperado de http://www.psicodrama.info/drama1a.html, abril 2013.

ü  López, E. Apuntes de Psicodrama Moreniano. Recuperado de http://grupopsicodrama.com/documents/Introducci%C3%B3nPsicodramaMoreno.pdf, abril 2013.

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