PSICODRAMA
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Introducción
El psicodrama es un tipo de psicoterapia
desarrollado del enfoque humanista y corresponde a una evolución ocurrida en el
seno de la Estructura Social. El psicodrama puede ser utilizado en distintas
modalidades, como lo son, individuales y grupales; siendo la primera psicoterapia que incluye el cuerpo en acción y que
instrumenta el espacio terapéuticamente.
·
¿Qué es y en qué consiste el
psicodrama?
El Psicodrama es un método
terapéutico y pedagógico, que potencia el crecimiento personal y el aprendizaje
en habilidades para la vida trabajando con grupos utilizando técnicas de
acción.
Creado por el Dr. Jacob Levi Moreno,
pionero de la psicología social y la psicoterapia grupal, el Psicodrama nace
como una disciplina que utiliza técnicas de acción y recursos teatrales en el
manejo de grupos humanos convirtiéndolo en el método moderno de mayor potencial
en el desarrollo organizacional, la pedagogía y evidentemente en la
psicoterapia. El método psicodramático y sus variados recursos enriquece el manejo de cualquier tipo de grupo humano.
Consiste en actuar los
acontecimientos relevantes de nuestra propia vida en vez de simplemente hablar
sobre ellos. Esto implica explorar en la acción, mediante la dramatización,
acontecimientos relevantes de nuestra historia, situaciones vitales o dimensiones
de nuestra vivencia interior: sean estos pasados, presentes o futuros, reales o
imaginarios, externos o internos, experimentándolos al máximo, como si
estuvieran sucediendo en el presente.
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Su función en el área
psicoterapéutica.
El Psicodrama es un tipo de psicoterapia válida para el tratamiento de
todo tipo de trastornos mentales, se puede realizar de forma individual (Psicodrama Bipersonal) y grupal,
y se utiliza con niños, adultos, parejas y familias.
En el área psicoterapéutica sirve para:
ü Para darse cuenta de lo que te pasa, de lo que se
siente y de lo que se hace en consecuencia.
ü Para darse cuenta de las circunstancias, tanto de las
que limitan como de las que facilitan el éxito personal y la conquista de
la felicidad.
ü Y con ello poder decidir sobre aquellos aspectos que se
quiere y puede cambiar o mejorar.
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Fundamentos
teóricos del psicodrama
El
Factor E/C (Espontaneidad Creatividad) es el tema angular y fundamental de toda
la teoría y técnica morenianas, sus alcances van más allá de una construcción
teórica, y tiene implicaciones filosóficas, morales y epistemológicas,
encontrando su anclaje en los métodos y técnicas desarrolladas por Moreno
(sociometría, psicoterapia de grupos, sociodrama y psicodrama).
Las raíces de estos conceptos, se
pueden rastrear en el movimiento espiritualista religioso de finales del siglo
XIX que se desarrolló en Viena en oposición a las corrientes
positivistas-deterministas. Uno de los principales exponentes de ésta fue Henri
Bergson, quien plantea en sus escritos la imperiosa necesidad de lograr una
integración entre ciencia y religión, ideas a las que no era ajeno Moreno. Para
Bergson, la evolución era el resultado de un proceso creativo, fundamentado en
el impulso vital (élan vital).
Moreno expresa que la espontaneidad
actúa en el presente, esto se refiere a que ésta se da en un momento, puede
hacerse uso de “toda” o no, pero no es posible acumularla. Moreno durante toda
su vida luchó contra lo que Bantler (2005) plantea como robopatía, que
se refiere la tendencia generada en el mundo desde finales del siglo XIX, y que
alcanzó su máxima expresión en el siglo XX, cuando se orienta y presiona a los
individuos para alejarse de toda respuesta espontánea o creativa, dando
preferencia a respuestas y comportamientos rígidos y estereotipados, lo que
conlleva a que la persona se alineé con lo que los sistemas culturales,
políticos o sociales marcan en el momento, esto por temor a la exclusión,
generando como consecuencia la alienación.
·
Moreno
y el paradigma sociodramático en los ciclos de vida del individuo y la familia.
La aplicación de los presupuestos de
la medicina científica a la psiquiatría centró el diagnóstico y el tratamiento
sobre el organismo individual. Las ideas acerca de un locus supraindividual para
la enfermedad provenían, a principios de este siglo, de antropólogos y
sociólogos preocupados por temas tales como la cultura, clase o jerarquía
social.
La sociometría y
el psicodrama desarrollado por Moreno en la primera mitad del siglo XX,
supusieron el primer cambio de orientación desde lo individual a lo grupal. El
mismo concepto de identidad de la psicología clásica, la singularización
individual, es transformado en el paradigma psicodramático, en especificación
grupal. En psicodrama pensamos que es el Yo el que se estructura a partir de
los roles psicosomáticos, y que los aspectos captables del Yo son los roles
sociales, familiares y psicodramáticos. Sobre estos roles familiares, sobre los
vínculos creados en esa zona del átomo social, sobre los afectos y compromisos
intercambiados en esos vínculos, va a situarse el intento terapéutico del
sociodrama familiar.
La teoría de los
roles brinda otro de los marcos de
referencia con los que operar en sociodrama familiar. Los roles potenciales
insuficientemente desarrollados pero requeridos de complementariedad
específica, van a buscar estar fuera del grupo familiar, y en la medida en que
logren vinculaciones estables, ello influirá positivamente en el desarrollo de
la iniciativa y espontaneidad individual del sujeto pero afectará de algún modo
a la pertenencia y cohesión del grupo familiar.
El carácter
situacional de la posibilidad de complementar roles, dentro del psicogrupo
familiar, de la posibilidad de concretizar en lo real roles que pueden tener un
importante desarrollo en el nivel de la fantasía, de la posibilidad de inducir
en el otro el desarrollo de sus roles potenciales a través de relaciones de tele positivas y de las coincidencias o
superposiciones zonales para determinados conjuntos de roles, van a determinar
el difícil equilibrio sociodinámico entre la necesidad de pertenencia-cohesión
y la necesidad de desarrollo individual, entre las elecciones de dentro y fuera
del grupo y finalmente en el nivel de estructuración sociométrica que puede ser
alcanzado por el grupo familiar.
Moreno estudia los procesos de emparejamiento
y matrimonio desde la perspectiva de las relaciones que se establecen entre los
átomos social y cultural de cada uno de los miembros de la pareja. El proceso
de superposición de los átomos sociales, sus áreas de intersección y exclusión,
el carácter de atracción o rechazo de los vínculos que se establecen entre los
miembros de los respectivos átomos sociales, van a establecer un equilibrio
sociodinámico concreto, diagnosticable por métodos sociométricos y evidenciable
por métodos psicodramáticos, que tendrá un valor predictivo sobre los posibles
desarrollos de la estructuración sociométrica futura del grupo familiar.
La duplicidad de roles que tiene que mantener la pareja en los
roles de esposos y padres con la consiguiente pérdida de privacidad, el
establecimiento de vinculaciones triangulares con el riesgo de exclusión, es
establecimiento en los hijos de un progresivamente más amplio repertorio de
roles que demandan complementariedad fuera del ámbito familiar y el modelo de
aprendizaje social resultante, van a ser causa de numerosas fricciones y
conflictos.
En sociodrama se
trabaja con métodos de acción profunda relativos a las relaciones intergrupales
y a las ideologías colectivas. Los roles que representan ideas y experiencias
colectivas son llamados roles sociodramáticos: el padre, la madre, el amante,
el empresario, el empleado, etc. Son roles que actúan dentro de estructuras
sociales específicas. Por el contrario los roles psicodramáticos son aquellos
que representan ideas y experiencias individuales, idénticos consigo mismo,
referidos a un individuo particular y que incorporan aspectos de su particular
fantasía.
La teoría
psicodramática del desarrollo infantil propone que todo rol está coloreado
individualmente por la estructura particular del núcleo del Yo del individuo,
pero que está teñido colectivamente en cada cultura por la inclusión del rol
complementario ofrecido durante el período de su estructuración en las distintas
matrices de identidad. El sociodrama se basa en el supuesto tácito de que el
grupo constituido se halla ya organizado por los roles sociales y culturales
que en cierto grado comparten todos los integrantes de una determinada cultura.
El objetivo es el grupo como totalidad, pero como el grupo no existe por sí
mismo, su contenido actual son las personas interrelacionadas que lo componen,
no como individuos privados, sino como representantes de la misma cultura.
En sociodrama el
manejo de los instrumentos clásicos varía con respecto al psicodrama. En un
sentido sociodramático no hay diferencias entre el auditorio y el protagonista,
no hay identificaciones, hay identidad colectiva, identidad social. La
consideración de los miembros de una comunidad natural como idénticos, es una
especie de reflejo colectivo fantástico de aspectos provenientes de la matriz
de identidad total indiferenciada, que se proyectan sobre las matrices de
identidad familiar y social. Esta fantasía grupal observable en familias de
nivel sociogenético bajo y responsable de múltiples trastornos, puede ser
realistamente equilibrada a través de experiencias diferenciales que modifiquen
el instrumento propiciando el conocimiento de los miembros del exogrupo por los
miembros del intragrupo.
Resulta útil en
sociodrama diferenciar la identificación subjetiva en la que existe una
proyección de un sentimiento individual sobre otro individuo, identificando a
éste con una figura fantaseada subjetiva, de la identificación objetiva o de
rol, en la que la experiencia de una imagen o de una situación de otra persona
es considerablemente exacta. Sería la diferenciación entre transferencia y tele.
Una de las formas
más importantes de identificación objetiva es la que se produce con los roles
jugados por otros individuos o con la imagen que el otro con el que se está
vinculado tiene de un tercero con el que ambos se relacionan en una situación
triangular. En los grupos naturales, los miembros se sienten relacionados entre
sí debido al principio de identidad total que actúa ya al nivel del no
conocimiento, para luego, al llegar a conocerse jugando roles en la situación
vincular, basar la relación en una identificación objetiva o de rol. Los tres
principios, identidad, identificación subjetiva y rol, se hallan generalmente
entrelazados, rara vez aparecen separadamente.
Sin embargo el
proceso de identificación rara vez es completo. La mayor parte de los procesos
de identificación lo son respecto a aspectos parciales de otra persona. En este
sentido, el principio de identidad estaría relacionado con la matriz de
identidad total, con la emergencia y desarrollo de los roles psicosomáticos,
con el vínculo físico y el establecimiento de lo que denominamos zona, con el átomo social
objetivo de la madre como yo-auxiliar primitivo, y sería una identificación de
tipo primario, muy condicionada filogenéticamente según un modelo
incorporativo.
La identificación
subjetiva estaría más relacionada con la fase mítica de la matriz familiar una
vez producida la brecha entre fantasía y realidad, con el desarrollo del
imaginar y el pensar, con la recepción de la palabra transmisora de un orden
mítico simbólico y por tanto con la capacidad de identificación por proyección
de imágenes fantaseadas, siendo una identificación intermedia. La
identificación objetiva o de rol estaría más relacionada con la fase mimética
de la matriz familiar y con la matriz social, en la que es posible jugar y
dramatizar las formas y los contenidos de los roles complementarios ofrecidos
en esas matrices con una percepción más simultánea y espacialmente
discriminada, siendo entonces una identificación secundaria, más condicionada
ontogenéticamente.
La matriz familiar
Para Moreno la
matriz es un locus, un lugar de acontecimientos fundantes, un lugar de acciones
y encuentros, donde el ser humano va constituyendo modos de ser propios,
unidades de acción dramática, roles que se desarrollan a partir del momento
mismo de su emergencia, en un clima emocional determinado por el status
sociométrico intragrupo del individuo.
Moreno distingue
una primera fase denominada matriz de identidad total indiferenciada, donde el
sí mismo estaría inmerso en lo sincrético, donde el ser y la acción en curso
son una misma cosa, la cosa en sí, con una sensación de existir precaria, con
el psiquismo aún caótico e indiferenciado y el ser inmerso en lo que denominó
hambre de actos, sin poder diferenciar entre el Yo y el no-Yo. En una segunda
fase de matriz de identidad total diferenciada, el niño comienza a distinguir
los roles complementarios, las personas y los objetos, el Yo y el no-Yo.
En la matriz de
identidad comienzan a desarrollarse los roles psicosomáticos, paralelamente al
desarrollo y maduración del sistema límbico (mielinización), durante los dos
primeros años de vida. Los roles y modelos psicosomáticos constituyen el
primitivo átomo cultural o esquema de roles del niño. Las bases
neurofisiológicas de su instauración y desarrollo, las formas vinculares
específicas de su complementación y el clima emocional ofrecido por la matriz,
van a instaurar en el ser las actitudes básicas o estructurales de la
personalidad. Dependerá sobre todo del clima emocional existente durante el
desarrollo de cada rol psicosomático, el que la complementariedad de
estructuras sea completa o quede carenciada.
Así, el modelo
psicosomático de respirador instaura la actitud básica de la posibilidad de
cambio e intercambio. El modelo psicosomático de ingeridor instaura la actitud
básica de recibir, incorporar, quedar satisfecho con lo recibido y admitir
cierta dependencia de la fuente de satisfacción. El modelo psicosomático de
contactador, que como el de ingeridor, está basado en el único sistema
neurofisiológico totalmente mielinizado al nacer (laberinto, boca, mano y
piel), le permite descubrir lo otro, su presencia o ausencia, la ternura o la
brusquedad del contacto, el efecto membrana donde se dan los límites, las
situaciones de intercambio y regulación, la función de protección y envoltura.
Este rol de
contactador será fundamental para desarrollar la actitud básica de amor, que
permitirá en un futuro un contacto psíquico más profundo y el mejor contacto
epidérmico al mismo tiempo y con el mismo ser. También tiene relación con la
capacidad de contener y ser contenido, con la pulsión de apego, de agarramiento
y de exploración y dominio del campo. La piel será en definitiva, con todas sus
funciones biológicas, la base ectodérmica del rol psicosomático de contactador,
y la búsqueda de contacto epidérmico y mucoso será un factor esencial en el desarrollo
afectivo, cognitivo y social del niño.
Otros roles
psicosomáticos que inician su desarrollo en la matriz de identidad son el rol
psicosomático de defecador con sensaciones cenestésicas de surgimiento,
oposición, expulsión y pérdida y las correlativas sensaciones o vivencias
psicológicas de creación, elaboración, expresión y comunicación. Junto con el
modelo de ingeridor conformarán el modelo de relación con el ambiente con una
disminución de la omnipotencia primitiva. El rol psicosomático de urinador
conformará la actitud básica de planeamiento y realización de acciones para
satisfacer deseos internos, así como los modelos femenino y masculino de la
personalidad. El rol de perceptor cenestésico para el reconocimiento de las
propias reacciones situacionales de temor o protección, el rol kinésico para la
experimentación de la independencia deambulatoria en relación a la gravedad, el
rol de visor para el descubrimiento de lo que rodea y separa en el espacio, y
los roles de olfateador, auditor y degustador para la decodificación del mundo
sensorial.
Los roles
psicosomáticos de ingeridor, defecador y urinador, tienen una especial
relevancia por tratarse de funciones no automáticas. La teoría de los roles
propone que posteriormente, los roles familiares, sociales y psicodramáticos se
organizarán en racimo sobre el tronco común de los roles psicosomáticos. Por
tanto, éstos completarán su desarrollo en las subsiguientes matrices familiar y
social. El átomo social objetivo de la madre, compuesto por el conjunto de
vínculos emocionalmente significativos de ésta, va a ofrecer los roles
complementarios para el desarrollo de los roles que van a conformar el átomo
cultural o esquema de roles primitivo del niño.
La matriz
familiar comienza con el advenimiento al segundo universo donde el niño
comienza a separar la fantasía de la realidad. En psicodrama, se considera que
el individuo deberá instaurar un particular equilibrio dinámico entre las
situaciones que pueden ser resueltas en el nivel de lo real y aquellas que pueden
serlo en el nivel de lo fantástico, desarrollando paulatinamente su capacidad
para lo simbólico. En esta matriz, el individuo comienza un modo de vinculación
real con lo no-yo.
La mecánica de los acontecimientos es
intencional de modo que todo movimiento es vivido como si fuera puesto en juego
por alguien (artificialismo) y como dotado de una finalidad determinada
(finalismo).
Durante la
llamada fase mitopoyética de la matriz familiar es cuando el niño comienza a
desarrollar su capacidad fantástica e imaginaria, sus sueños y ensueños. Un
buen desarrollo de esta fase, poblará el mundo interno con imágenes
organizadas, lo que le hará tomar distancia con la inmediatez de lo real, para
así poder nombrarlo con palabras y advenir más tarde a la función lógica del
pensar. Será en esta fase cuando comienza la influencia normativizadora de los
mitos familiares y su aprendizaje ritual con características mixtas entre la
analogía y el símbolo.
En la fase
mimética de la matriz familiar el niño comienza con sus juegos de emulación
identificatoria, copiando los roles de sus yo-auxiliares naturales. Mediante la
actividad mimética el niño explora sus contrarroles, descubriendo empíricamente
la técnica del cambio de roles, que tanta importancia tendrá luego en el aprendizaje
social y en la terapéutica. Moreno plantea que es en esta matriz familiar donde
el hambre de actos, ansiedad básica de la matriz de identidad total, es
reducida a una tendencia motivadora de logro, a la que denomina <<hambre
cósmica de transformación>>, la cual tendría el carácter de una necesidad
residual infantil de reeditar la identidad total de un modo sincrético. Esta
ansiedad básica va a tener una gran influencia en los movimientos defensivos de
dilatación del sí mismo psicológico ante situaciones alarmógenas, y en los
trastornos sociodinámicos derivados de los intentos de difusión ilimitada de la
expansividad afectiva.
Moreno describe
como este hambre de transformación lleva al individuo a una constante búsqueda
de inversión de roles, tanto en lo real como en lo fantástico, descubriendo así
los límites de su omnipotencia primitiva al descubrir que con algunos aspectos
de lo no-yo, es absolutamente imposible invertir roles.
En una primera etapa le son ofrecidos al niño
unos roles, unas formas sociales con características míticas, bien sea a través
de cuentos infantiles, de relatos familiares, o de roles conserva. En esta
etapa llamada de memoria, el niño aprende globalmente la forma social ofrecida,
primero interesándose en el fondo o tono emocional melódico, para
posteriormente destacar de este fondo determinadas formas conocidas,
descubriendo así las palabras, la estructura del texto del relato. Así pues, en
la etapa de memoria se produce un registro lineal, sucesivo, de los estímulos
estructurados, hasta su elaboración como imagen interna.
En la etapa de
juego, el niño tiende a jugar con objetos lo apercibido (relato, mito, esquema,
vincular, etc.). Para ello, la imagen debe pasar de la mente al ambiente a
través del cuerpo, buscando movimientos acordes con la imagen y estructurando
actos que conjuguen la imagen con las leyes naturales (prueba de realidad).
Cuando el niño consigue reproducir fielmente en el ambiente la imagen interna
que tiene del relato, obtiene lo que se denomina la imagen real.
En los juegos
repetidos, descubre las interacciones y las relaciones espacio-temporales entre
los distintos roles conserva, que dejan de ser sucesivas para pasar a ser
simultáneas. El descubrimiento de las interacciones durante el juego es el
descubrimiento de las formas sociales. La imagen real construida en el ambiente
permite una nueva imagen objetivable y perceptible como un todo coherente.
En la etapa de
dramatización, el niño comparte el relato con otros a los que supone
conocedores del mismo. Vivencia así los contenidos de las formas sociales,
descubriendo el vínculo y la importancia de la complementariedad de roles para
generarlo. Puede delegar personajes en otros, y cambiar roles con ellos, hasta
agotar las posibilidades y matices del relato.
En el trabajo
sociodramático familiar, se pasa revista a estas etapas de la matriz familiar.
Interesa diagnosticar todos aquellos relatos, mitos y roles conserva que no han
sido jugados ni dramatizados permaneciendo como imágenes internas subjetivas,
como fantasías en la mente de los distintos miembros que dificultan la
percepción realista de la estructura vincular. La técnica tendrá entonces la
función de facilitar el juego y la dramatización de estas imágenes dentro de la
matriz terapéutica provista por el campo psicodramático. En los adultos, el
juego físico y concreto con las cosas, es cambiado en ocasiones por el juego
mental con las huellas mnémicas y las abstracciones. Los modelos de análisis de
la realidad aprendidos durante la construcción de las imágenes reales de la
etapa de juego, son utilizados como formas estables de cosmovisión en las que
se modifican los contenidos de acuerdo a las necesidades situacionales.
Una matriz
familiar adecuada puede suplementar las carencias de una matriz de identidad
poco continente, y completar la formación de actitudes básicas. Los roles desarrollados en la matriz familiar, influidos por la
cultura familiar brindada por el átomo social objetivo, facilitan la inserción
en la matriz social de una manera original y propia. Será en la matriz social
donde se complete el proceso de memoria, juego y dramatización o proceso de
recepción, interpretación y creación de roles. Tanto en la matriz familiar como
en la matriz social se darán intentos de asignación y procesos más o menos
oscuros de asunción de roles que podrán enriquecer o empobrecer el átomo
cultural del individuo, según sea la conformación de los átomos sociales con
los que contacta.
Al trabajar en el
aquí y el ahora de la terapia, sobre el átomo social perceptual (la estructura
de elecciones y rechazos esperados pero no objetivos) más o menos
distorsionado, se está trabajando sobre un rol en conflicto vincular, y al
corregir su estructuración, se modificará a un tiempo la estructura del rol
social, del rol familiar y de la actitud básica enracimados con el rol
psicosomático en que está fundado ese rol en conflicto.
Un átomo social
perceptual muy alejado del átomo social objetivo, estará lleno de pseudoroles
(rol del que se tiene información pero no formación y sustentado por una
situación social dada), percibiéndose erróneamente elecciones y rechazos, con
un gran prejuicio de reciprocidad diádica y una falta de límites en la
expansividad afectiva. En sociodrama familiar se trabaja terapéuticamente con
los átomos sociales perceptuales y objetivos de cada uno de los miembros de la
familia. Cada vínculo necesitará de un caldeamiento específico, y las
dificultades podrán tener un doble origen, bien en el status sociométrico que
el individuo designado en cada vínculo tiene en su átomo social, bien en la
deficiente estructuración de uno o varios roles durante el proceso matricial
descrito.
·
Diferencia entre
actuación y representación.
Actuación es el proceso de investigación personal que
hace el actor para descubrir a un futuro personaje a representar. Dicho proceso
comienza desde una interiorización para conocer el principio de dicho personaje
y traerlo desde lo más profundo y transformarlo en un personaje integrado. La
actuación es descrita como acciones hechas por un personaje dentro de la
representación teatral. Aunque dichas acciones son auténticas, deberían por lo
menos estar cargadas de una intención que permita que el observador se estimule
y logre recibir el mensaje en su totalidad. El actor es quien ejecuta la
acción.
La
representación teatral libre con fines terapéuticos y diagnósticos, es donde
los pacientes representan situaciones dramáticas relacionadas con ellos o con
alguno de los presentes, de este modo facilita la exteriorización de conflictos
personales.
·
Componentes del
psicodrama de Moreno.
Los componentes básicos del
psicodrama incluyen los siguientes roles: el director, el protagonista, los
egos auxiliares, el público y el escenario.
ü El director es el facilitador capacitado que produce,
observa, actúa como un catalizador y guía la acción del grupo.
ü El protagonista es la persona que presenta un problema
o tema a ser explorado.
ü Los miembros
del grupo que asumen los roles de los demás involucrados significativamente en
el suceso, ya sea que estén vivos o muertos en la vida de la protagonista,
incluso objetos inanimados, mascotas u otros objetos con carga emocional serán
catalogados como egos auxiliares.
ü El público está
compuesto por los miembros del grupo que son testigos del drama y sirven como
una especie de espejo exterior.
ü El escenario es
el espacio físico en el que el drama se lleva a cabo.
·
Tipos de
dramatización
Existen diversos tipos de dramatizaciones las cuales se
las utiliza según la dinámica en la cual se encuentre el grupo:
ü Dramatización
explorativa
“Poner en evidencia los síntomas, conflictos, mecanismos
de defensa de un paciente; también las fantasías de un grupo, sus expectativas,
etc.” Este tipo de dramatización busca
la mayor recopilación de información sobre la situación actual del paciente, de
la demanda que presenta verbalmente y relacionarla con la primera construcción
grupal su familia y llevarla a la dramatización. Esto posibilita que el grupo
conozca mucho más a fondo la dinámica de sus miembros y se identifique con las
proyecciones que tendrán lugar en el espacio dramático.
Este tipo de dramatizaciones buscas recopilar información tanto individual como grupal.
Puede mediante una dramatización poner en esa las defensas que está elaborando
el grupo, con sus diferentes fantasías e ilusiones grupales. En un inicio esta nueva
forma de abordar en el grupo busca romper las defensas mediante técnicas
lúdicas, el lenguaje verbal esta mucho más vetado por el Super yo, es aquí
cuando la corporalidad toma importancia en el proceso de análisis, pues la expresión
mediante el uso del cuerpo y relato dramatizado permite una mayor proyección de
objetos persecutorios en el individuo.
ü Dramatización
descriptiva.
Muchas veces va acompañada de dramatización explorativa,
pero esta es propuesta por el paciente y construida por el mismo pues quiere
demostrar algo en ella al grupo, es una expresión por parte de la demanda del
participante que pone en escena y decide los diferentes roles que se ejecutaran
para esta dramatización.
ü
Dramatización expresiva
Esta
dramatización va mas cargada de expresión de orden simbólico del sujeto, esto permite
que una experiencia individual, se elabore como una catarsis grupal, que
permita una mayor conformación en grupo y sea vivido como experiencia
semejantes a su realidad personal.
“Es aquella que sirve
adecuadamente para la manifestación del paciente y del grupo; es vehículo de la
fantasía individual o grupal o de ambas; en ella, el mundo interno del paciente
o la fantasía grupal parecen cobrar espacialidad. Por todo lo anterior estas
dramatizaciones suelen ser sentidas con intensidad por los pacientes
particularmente debido a que el afecto, propio del momento vivido, encuentra
libre curso” (PAVLOSKY)
Este
tipo de sesiones suelen terminar con un insight grupal de la experiencia, en la
escena se pudo proyectar el objeto de tal manera que se logro una
identificación grupal y en lo simbólico evocar recuerdos y manejarlos en el
trabajo de grupo
ü
Dramatización elaborativa
Es la escenificación de un tema
anteriormente tratado de forma verbal o dramatizada.
ü
Dramatización defensiva
Este
tipo de dramatización se da en grupos con cantidad de defensas, es muy
importante que el terapeuta interprete en estas escenas, puesto que los sujetos
muestran roles defensivos para encubrir las verdaderas fantasías o angustias
inconscientes como el sujeto puede actuar mucho en varias escenas, dramatizar
pero esto no da cuenta de que no tenga altos los niveles de defensa, suele
presentarse las escenas muy estereotipadas y repetitivas. El participantes
busca ejecutar los mismos roles para no tomar otro rol angustioso. De la misma
manera puede sugerir al grupo escenas las cuales no son la causa de su
verdadero conflicto.
ü
Dramatización demostrativa
En
la psicoterapia grupal el terapeuta puede estar muy claro de lo que ocurre al
grupo, pero no puede ser apropiado un insight mediante la interpretación en ese
momento y se necesita, que la clarificación salga del propio grupo, un paciente
trae una problema a la sesión y el terapeuta permitirá que con escena
dramáticas y poniendo diferentes dispositivos el mismo u otro participante le
clarifique de lo que está ocurriendo.
·
Modelo sistemático de la sesión psicodramática.
A. Apertura de la sesión:
· Se debe preparar el ámbito
psicodramático colocando las dos sillas, que simbolizan el Psicodrama, en el
centro del Escenario. Deben estar en una posición determinada contactando por
una de sus patas delanteras en un ángulo de 90º, aproximadamente.
· Esta posición corresponde
"al encuentro", al contrario que en el teatro donde los personajes
juegan los papeles previamente aprendidos que no precisan interaccionar para
desarrollar un vínculo.
· Las sillas, además, remarcan el
Escenario y constituyen desde antes de sesión un foco de estímulos con respecto
a la técnica a utilizar.
· La sesión se abre de dos
formas, dependiendo de si el Psicodrama es Público o no. En el Psicodrama
Público o con un Auditorio muy numeroso, se inicia el Caldeamiento desde el
Auditorio, en los habituales se abre desde el escenario, tomando como punto de
partida la parte posterior de las sillas-símbolo.
B. Apertura de la dramatización:
· Corresponde al momento en que
el Director separa las dos sillas-símbolos, a modo de un telón, lo cual sucede
después del encuentro entre Director y Protagonista y pasarse a la construcción
de un contexto dramático.
C. Cierre de la dramatización:
· Corresponde al cierre de la
última escena, al igual que el cierre de todas las escenas, se marca con la
aproximación de las sillas, que equivaldría al cierre del telón en el teatro.
· El Protagonista y los Yo-auxiliares salen del Escenario o el Protagonista
continua en el Escenario, según sean las circunstancias. Si esto sucede se
centran en su persona los comentarios. Esto es adecuado cuando ha habido una
movilización afectiva intensa que precisa ser elaborada en torno de aquél y con
su especial participación. La movilización afectiva desencadenada por la Dramatización ha
invadido el Contexto Grupal hasta el punto que los miembros del Auditorio se
han identificado con determinados Roles, perdiendo la visión grupal de la
situación. Mientras esto continúe el Director mantendrá al Protagonista en el
Escenario. Cuando empiece a aparecer material correspondiente al grupo en sí y
no a los personajes de la
Dramatización , el Director indicará al Protagonista que
vuelva al Auditorio. En este momento se considera cerrada la Dramatización y se
pasa del Contexto Dramático al Grupal.
D. Cierre de la sesión:
· Varía, en función del tipo de
Psicodrama.
· En un Psicodrama público o de
grandes grupos, donde no hay una situación contractual previa, el cierre lo
indica el director cuando lo considera conveniente.
· En lo Psicodramas con horarios
prefijados, la finalización la marcará el tiempo, pero el Director debe adecuar
el manejo terapéutico al tiempo disponible para la sesión, haciendo que
coincida con las etapas del Psicodrama.
·
Fases de la sesión psicodramática.
1. Caldeamiento:
Son un conjunto de procedimientos
que intervienen en la preparación de un organismo con el objetivo de que se
encuentre en condiciones óptimas para la acción.
Distinguimos dos tipos de
Caldeamiento: Inespecífico y Específico.
ü Caldeamiento Inespecífico:
Son un conjunto de procedimientos
destinados a centralizar la atención del Auditorio, disminuir los estados de
tensión y facilitar la interacción. Corresponde al primer período de la sesión,
cuando se pone en contacto Director y Auditorio.
Es el Director quien debe llevar a
cabo estos procedimientos. Se inicia con las primeras palabras que dirige al
Auditorio y se continúan con los comentarios que hace sobre lo observado en
este primer contacto con el grupo.
ü Caldeamiento Específico:
Es el que se realiza con el
Protagonista emergente del grupo.
Son un conjunto de procedimientos
destinados a la preparación del Protagonista para que se encuentre en las
mejores condiciones para dramatizar. El calentamiento específico para el rol se
realiza con el Protagonista en acción mientras juega el rol por lo que algunas
escenas tendrán más significado de Caldeamiento que de Dramatización.
En algunas dramatizaciones puede ser
necesario invertir los roles y será necesario un nuevo Caldeamiento para ese
nuevo rol. Caldeamiento y Dramatización van muy unidos en la etapa de
Dramatización ya que son diferentes aspectos de un mismo proceso.
2. Dramatización:
Es la segunda etapa de la sesión de
Psicodrama y heredará de la escena teatral, pero a diferencia con ésta no
existe un guión a seguir por los actores. El libreto es la vida del
Protagonista.
Los orígenes de la Dramatización son el
hombre mismo durante su proceso evolutivo, independiente de las épocas y las
culturas. Hay un período en el que los niños juegan personajes de su entorno
sin que le sea indicado y como parte de su actividad lúdica: Dramatización
espontánea. Es parte del proceso de aprendizaje natural indispensable para la
socialización del individuo. Si el ser humano es biológicamente social, estará
determinado a comprender al otro y para ello necesita asumir múltiples
personajes que lo rodean y actuarlos "como si fuera" ellos. La representación teatral no es más que
la culturización de una actividad natural del hombre, y el psicodrama la
recuperación con fines terapéuticos de esa capacidad humana.
-Observar "in vivo" y en
el "aquí y ahora" toda la estructura del material a investigar
simultánea y no sucesiva.
-Estudiar sus psicodinamismos.
-Transformar el material anecdótico
en material presente vivencial que comprometa afectivamente a los
participantes.
-Operar terapéuticamente en el
"aquí y ahora".
-Verificar las modificaciones
ocurridas por la introducción de elementos terapéuticos y su estabilidad.
-Controlar la evolución del cuadro
clínico a través de pruebas de realidad experimental.
El Protagonista da el tema, las
situaciones, los personajes y el Director los encuadra en la metodología
Psicodramática. El material aportado por el Protagonista es puesto en escena
con la mayor fidelidad posible. Se toma el material específico y el
inespecífico para saber la estructura que el Protagonista le da a su material y
sus interacciones.
Al comienzo de la Dramatización tiene
poca carga afectiva, poco a poco con ayuda del Yo-auxiliar se van ajustando los
roles y va adquiriendo visos de realidad y repercute en el espectador como
cierta a pesar de estar en el "como sí".
Hay dos responsables directos:
-El director, el principal,
conductor de todo el proceso terapéutico general.
-El Yo-auxiliar responsable del
desempeño de roles complementarios que den lugar al desarrollo de un vínculo
con el Protagonista durante la Dramatización.
Moreno considera que para que la Dramatización cumpla
su acción terapéutica, debe cumplir una serie de requisitos:
a)
Alcanzar un alto grado de espontaneidad.
b) Obtener una buena puesta en
escena, adecuada a la situación y al Protagonista.
c) Quedar envuelto y comprometido en
la acción. No es suficiente la puesta en escena, es necesario el compromiso
afectivo y emocional.
d) Externalizar y jugar los
diferentes personajes, reales o imaginarios, concretando las imágenes.
e) Permitir la introducción en la
acción dramática de todo indicio que dé el Protagonista.
f) No perder jamás el contacto con
el Auditorio.
g) Mantener congruencia entre la
dramatización y la línea vital del individuo.
3. Comentario y análisis:
Es la última etapa de cada sesión
psicodramática. La atención estará en el Auditorio, solicitándose de sus
miembros opiniones y comentarios, referentes al Protagonista, a la Dramatización y a
ellos mismos.
Se tiene en consideración el punto
de partida de la sesión, lo que se dramatizó y el material actual del grupo. Se
trata de integrar los aspectos individuales con los grupales y sus
interacciones dentro del marco de la sesión.
En
la dinámica de la sesión se considera al Protagonista como un emergente del
grupo y luego de la
Dramatización , al grupo como emergente del individuo. La Dramatización ,
focaliza la atención en los personajes del Escenario, facilitando el
afloramiento de las vivencias desencadenadas por dichos personajes. Estas
vivencias deben ser investigadas por el Director. El trabajo esclarecedor del
terapeuta se realiza sobre un material del "aquí y ahora", un
material concreto y compartido por todos y no referido a un pasado remoto.
La búsqueda sistemática de las
vivencias experimentadas por el Auditorio tiene también un sentido de apoyo
para el Protagonista ya que disminuye considerablemente la
"persecutoriedad" del grupo.
·
Técnicas que auxilian al
psicodrama.
ü El doble
El yo-auxiliar se coloca al lado del
protagonista tratando de adoptar al máximo su actitud postural y afectiva. Su
objetivo es el de expresar todos los pensamientos, sentimiento y sensaciones
que por distintos motivos el Protagonista no percibe o no quiere explicar. Es
una especie de conciencia auxiliar. se pueden utilizar varios dobles e incluso
ponerlos en pugna.
ü Diálogo
(Diálogo-Interacción)
El Yo-auxiliar interpreta en el
diálogo el rol complementario de acuerdo con la línea de argumentación
propuesta por el Protagonista, guiándose por el conocimiento previo, por las
consignas que reciba de Director, o por su espontaneidad e intuición. Si el
Protagonista no está conforme con el rol complementario dramatizado, es
posible efectuar una inversión de roles para mostrar al Yo-auxiliar el carácter
del personaje que se quiere jugar.
Es la técnica básica del Psicodrama
moreniano, a partir de las cuales se dan las técnicas mást utilizadas: Doble,
Inversión de roles, Espejo, etc. Consiste en la puesta en escena de la
situación o material conflictivo que aporta el Protagonista, bajo forma de un
dialogo en situación en el que éste asume su papel y es complementado por uno o
varios Yo-auxiliares profesionales o espontáneos.
ü Autopresentación:
El Protagonista se presenta a si
mismo verbalmente y va mostrando en dramatizaciones simples como es él, cuáles
son los papeles que juega habitualmente en su vida, como es su núcleo familiar,
su trabajo y sus particularidades. Puede ser secundado por uno o varios
Yo-auxiliares.
ü Espejo:
En su forma clásica lo realiza el
Yo-auxiliar de dos maneras:
1) Sin avisar al paciente, cuando
termina la escena sale del escenario y observa desde afuera, desde el contexto
grupal, al Yo-auxiliar reproduciendo lo Dramatizado.
2) El Yo-auxiliar se ubica frente al
Protagonista en plena dramatización y hace lo que él hace.
Su uso debe ser muy cuidadoso, ya
que individuos con características paranoides lo pueden vivir como una burla. Puede
ser utilizado una grabación de video, es lo que Rojas-Bermúdez llama
"espejo tecnológico" que evita la distorsión que puede haber en la
interpretación del Yo-auxiliar.
ü Soliloquio:
El Protagonista, cuando se lo
solicita el Director o espontáneamente, expresa durante un diálogo lo que
siente o piensa de la escena que está dramatizando. Es un "pensar en voz
alta", puede darse cuando el sujeto representa una situación en que está a
solas. No debe confundirse con los monólogos (hablar a solas) ya que aquí se
trata de verbalizar pensamientos, fantasías y sentimientos.
Cuando se realice durante un
diálogo, se le sugiere al Protagonista que indique de alguna forma que está
haciendo un soliloquio para diferenciarlo de lo que dice a su interlocutor. El
uso excesivo por parte de un paciente puede indicar una cierta resistencia a
comprometerse o dejarse envolver por la ciencia dramática.
ü Inversión de
Roles:
En la interacción o en el diálogo
entre el Protagonista y el interlocutor, el Director da la consigna de que
cambien sus papeles o roles, ubicándose cada uno en el lugar del otro y encarne
su personaje, adoptando la actitud física del rol complementario,
compenetrándose con su manera de ser. Esto no siempre es posible, sobre todo si
la actitud del Protagonista es muy rígida o estereotipada.
Permite
ver desde adentro la realidad del otro y confrontado con lo que pensábamos de
él, desde afuera, teniendo la vivencia simultánea de dos roles contrapuestos,
ayudando a la comprensión mutua.
Moreno define en un poema la
filosofía del encuentro:
" Un encuentro de dos: ojo a
ojo, cara a cara,
y cuando esté cerca arrancaré tos
ojos
y los colocaré en el lugar de los
míos
y tu arrancarás mis ojos
y los colocarás en el lugar de los
tuyos
entonces, yo te miraré con tus ojos
y tu me mirarás con los míos.
ü Roda viva:
Es una variante de la inversión de
roles introducida por Rojas-Bermudez que se utiliza preferentemente en
Sociodrama para hacer emerger el tema o el conflicto grupal, aunque también
puede ser utilizado en Psicodrama.
Consiste en hacer sentar en círculo
en el Escenario a todos los integrantes del grupo y hacerlos girar para ocupar
el asiento de su vecino, pasando cada uno a jugar el rol de la persona que
estaba en ese lugar. El diálogo continuará donde se había interrumpido antes de
la rotación. Se facilita la explicitación de conflictos interrumpidos,
eludiendo el enfrentamiento directo.
ü Proyección hacia
el futuro:
En una sesión de Psicodrama no sólo
se pueden trabajar situaciones pasadas, sino que también podemos adelantarnos
al futuro mediante la dramatización de la visión que el Protagonista tiene
acerca de situaciones significativas esperadas en su proyecto vital. Aparecen
deseos, pronósticos, presagios que se desarrollen con todos los elementos
posibles.
Se pueden trabajar las dos
dimensiones: El futuro probable y el futuro ideal, lo que nos permite
discriminar la distancia que hay entre sus expectativas de probabilidad cierta
y el cumplimiento de sus deseos si las circunstancias se dan en su favor. La
proyección al futuro es muy útil en orientación vocacional y en depresivos para
dramatizar las fantasías suicidas y sus consecuencias.
ü Interpolación de
resistencias:
El Protagonista nos presenta una
escena dramática, según su visión subjetiva, con el desarrollo y el desenlace
que tuvo en el contexto social. El Director en el transcurso de la Dramatización ,
modifica las características de los roles complementarios puestos en juego,
mediante consignas dadas al Yo-auxiliar, procurando que éstos pasen desapercibidos
para el Protagonista.
Con estas modificaciones se hace que lo
impulsamos a actuar en el "aquí y ahora" y se descubre así si existe
o no posibilidad de adaptación plástica ante un vínculo cambiante.
ü Improvisaciones
con personajes ficticios o imaginarios:
Se da libre curso a la fantasía de
los participantes, alejándolos así de lo cotidiano, creando personajes o tomándolos
del cine o la televisión impregnándolos con su idiosincrasia. Se anima a
dramatizar lo que la vida usualmente les niega, lo que no podría ser en el
contexto social. Telas, disfraces, elementos de maquillaje o máscaras pueden
ser utilizadas o construidas por el propio sujeto.
En los comentarios se van dando los
paralelismos entre el sujeto y el Rol imaginario representado, que pasan a ser
sumidos como una parte de sí más controlable y objetivada. En el Caldeamiento
de puede dar la consigna de que cada participante elija un animal, una planta,
etc. y lo represente.
Es una buena técnica proyectiva, por
lo que significa para el que lo juega, la asunción del rol y por lo que resulta
de la interacción con los demás.
ü Eco o
amplificación de la voz:
Cuando el Protagonista habla en voz
muy baja y el Auditorio no entiende, el Yo-auxiliar repite lo que dice en voz
alta y clara, a solicitud del Director, a modo de eco. Si hay un elevado
compromiso emocional y la atención está muy centrada en la Dramatización no se
debe utilizar esta técnica.
En individuos inhibidos, el eco
opera como un reforzador que los reasegura e induce a ir aumentando, sin darse
cuenta su volumen de voz.
ü Situaciones
típicas de la vida:
Es una traslación al escenario de la realidad laboral,
familiar o social del Protagonista. Es
un procedimiento diagnóstico, que puede ser ampliado con la preparación para
afrontar situaciones nuevas, descubriendo las posibilidades del rol.
ü Sin palabras:
Incluye varias técnicas. Una de las
más utilizadas consiste en la representación plástica de una situación, un
estado de ánimo, una fantasía, etc., con utilización de sonidos. Es muy útil
con individuos con inhibiciones para gritar o expresar estados de ánimo
agresivas.
El Protagonista utilizará una vocal
y con modificaciones del tono expresar su estado de ánimo. Puede producir
resistencias, en un principio, por temor al ridículo pero se acepta
progresivamente al percibir sus beneficios.
ü Técnica "
de espalda ":
Al protagonista se le coloca de
espalda al Auditorio, como si no estuviera en la sala. Los demás hablan
"del ausente", expresando sus criterios, acerca de como es, de sus
virtudes y defectos. El sujeto escucha dejando sus comentarios para la
siguiente etapa.
ü La silla vacía:
Se
coloca una silla vacía en el centro del escenario y se les pide a los
participantes que durante unos minutos imaginen un personaje real o de ficción
sentado en ella y que entren en comunicación con él y que luego expresen lo que
han sentido ante dicho personaje. Es una técnica muy utilizada por los
gestalistas.
ü Construcción de
imágenes:
Es un aparte teórico-práctico del
autor Rojas-Bermúdez a la etapa de Dramatización y a la comprensión de su
dinámica. Moreno centra en la
Dramatización el potencial terapéutico. En el caso de un hijo
muy sometido a su padre, las dramatizaciones estarán dirigidas a la superación
de dicho conflicto. El Protagonista jugará tanto el rol de hijo como el de
padre, hasta modificar el tipo de vínculo establecido entre ellos. Lo esencial
será la Dramatización ,
por lo tanto, la vivencia y el compromiso total con el rol jugado.
Este mismo ejemplo, con técnica de
imágenes se haría de la siguiente forma:
-Se pide al Protagonista la
reproducción de una situación real
ocurrida con su padre, en su escenario, utilizando el Yo-auxiliar. Es como una reproducción fotográfica que
denominaremos imagen real. El
Protagonista no debe quedar incluido, en esta etapa.
-El Director y Auditorio
conjuntamente con el Protagonista tratarán de comprender la imagen real y sus
circunstancias.
-El Protagonista pasará al lugar de
cada uno de los personajes, por indicación del Director, y hará el soliloquio
correspondiente a cada uno de ellos.
-El Protagonista construirá la
imagen previa o posterior a la situación real plantada, hasta tener un número
suficiente de cuadros para que se puedan esclarecer, con la secuencia, la
dinámica de los hechos y sus condicionamientos.
-Elaboración con el grupo de las
imágenes construidas en el Escenario. -Dramatización,
a partir de alguna imagen real, para verificar cambios o para vivenciar alguna
circunstancia en particular.
-Se pide al Protagonista que
construya una nueva imagen que simbolice lo planteado en la imagen real: es una
imagen simbólica. Esto permitirá:
Ø Ver la capacidad de simbolización del Protagonista.
Ø Observar que elementos selecciona de la imagen real
para construir la imagen Simbólica.
- El orden no tiene por qué ser
siempre el mismo, así se puede comenzar por la imagen simbólica o por una
Dramatización.
La imagen real permite al
Protagonista la confrontación de su imagen interna con la imagen externa
construida y sus mutuas influencias. Es una técnica útil cuando se desea que el
Protagonista tenga una visión estructural de los hechos que facilite su comprensión.
La Construcción
de Imágenes es una técnica dirigida al intelecto, la Dramatización está
dirigida a obtener una vivencia determinada.
ü Objeto
Intermediario:
Rojas-Bermudez en 1965 al aplicar el
Psicodrama con Psicóticos crónicos deteriorados se encontró con varios
problemas: incomunicación verbal, inmovilidad y rigidez corporal.
Fue en la etapa de Caldeamiento
donde comenzaron las primeras dificultades al no poder focalizar su atención
que tampoco se conseguía en la Dramatización. Pensando en la fuerza del
espectáculo y en la capacidad de atracción de los estímulos estéticos decide
introducir los títeres para la etapa de Caldeamiento. En breves minutos se
consiguió la atención, incluso algunos descontrajeron el rostro y con ciertos
estímulos más directos y otras escenas, se logró que se levantaran de los
asientos y se acercaron al teatro de títeres, siendo muy llamativa la necesidad
de alguno de ellos de tocar los títeres.
Si consideramos que el animal humano
es biológicamente un ser social, toda alteración en la intercomunicación
personal regida por las formas naturales genéticas señala graves trastornos
estructurales. En estas circunstancias, la figura humana se vuelve persecutoria
por incomprensible. De esta forma el mensaje verbal queda involucrado en esta
desatención y rechazo de los estímulos humanos. El títere, por sus características
y peculiaridades, atrae sobre sí la atención del paciente psicótico,
facilitando la recepción del mensaje verbal. El títere actúa así como un objeto
por cuya intervención se logra establecer la comunicación interrumpida: es por
ello un objeto intermediario.
ü Psicodanza:
Es una técnica psicoterapéutica
derivada del Psicodrama iniciada en 1961, reglada y sistematizada, que utiliza
el cuerpo y la danza como vehículos comunicacionales preferenciales y la música
como soporte de dicha comunicación. Aunque puede ser incluida en la etapa de
Caldeamiento, es mucho más que una técnica de caldeamiento ya que con su
encuadre puede llevarse a cabo una psicoterapia y a la vez puede ser una
técnica coadyuvante de otras psicoterapias.
Es una técnica muy adecuada para la
aplicación en trastornos propios de comunicación verbal ya sea por exceso como
por defecto. La música sumerge a quien la escucha en un medio maravilloso y
puede hacer vibrar a una multitud, cada uno será un receptor aislado, que
vivencia en su intimidad el estímulo musical si no da ninguna respuesta motora.
Si el individuo acepta ser movido
por la música es un compromiso mayor, es una mayor entrega al estímulo musical
ya que tiene que sobreponer a la autovaloración que haga de sus movimientos. El
no querer o no poder responder al estímulo musical puede ser fruto del temor al
ridículo o de la desvalorización de su capacidad expresiva en relación a la música
y el cuerpo pasa a ser el foco de atención de las críticas.
Las primeras sesiones son de
caldeamiento. Es necesario concienciar al cuerpo para luego olvidarlo. En
general, al poner el estímulo musical todos tienden a dar una versión de la
música, a interpretarla con su cuerpo. Esto significa la participación cortical
en los movimientos, con todas sus limitaciones. Con el Caldeamiento se va a
intentar eliminar paulatinamente dicho control, hasta lograr que los
movimientos sean respuestas directas a los estímulos musicales. Cuando se llega
a este punto, se suele experimentar la unidad Música-Cuerpo, sintiendo la
música como un medio natural que rodea al cuerpo, para pasar luego a sentirse
atravesado, incorporado y diluido en la misma.
Esto no es una experiencia que se
logre con facilidad, precisa tiempo y adecuación de los recursos técnicos a las
circunstancias de los Protagonistas, pero una vez alcanzando el nivel óptimo
de Caldeamiento la vivencia es casi explosiva y el Protagonista que la
encuentra es de pronto espectador y actor de su propio mundo interior.
Una sesión de Psicodanza mantiene el
encuadre psicodramático de la Escuela Argentina , es decir, los cinco
Instrumentos fundamentales, las tres Etapas y los tres Contextos. La diferencia
radica en que el Yo-auxiliar es quien realiza el Caldeamiento y para ello
utiliza su cuerpo en movimiento.
ü Máscaras:
La máscara es introducida por
Rojas-Bermudez como un elemento neutralizador de la expresividad del rostro.
Comprobó que en muchos casos en que se había interrumpido la comunicación, al
igual que ocurría con los títeres, se restablecía, lo cual indicaba que el
bloqueo de la comunicación estaba mas bien en relación con la cantidad de
estímulos ofrecidos que con la figura humana como estructura. La máscara
focalizará la atención del paciente y el mensaje verbal llega a término.
Para la construcción de la máscara
se utiliza una cartulina blanca de la cual se corta un rectángulo, lo
suficientemente larga como para rodear la cabeza y se puedan unir los extremos.
A la altura de los ojos se hacen pos perforaciones. La máscara puede actuar
como objeto intermediario o intraintermediario.
En el desarrollo de la sesión se
pueden individualizar las siguientes fases:
Ø Caldeamiento previo con el fin de relajar al paciente.
Ya sea individual o grupal la sesión
de psicodrama, se pide que se coloquen la máscara blanca, observándose
generalmente una vivencia de desinhibición que se hace visible en los
movimientos y actos. En este caso la máscara funciona como Objeto
Intermediario.
Ø Se entrega a los participantes espejos, pinturas,
pinceles y agua dando la consigna: << Píntese la máscara libremente,
usando los colores que quiera y tomando el tiempo que necesite pero debe tener
la máscara puesta en su cara >>.
El individuo trabaja en soledad,
siendo dueño de manejar el pincel según su necesidad, e incluso negarse a
hacerlo, acepta volar sus contenidos como si se tratase de un juego, sin
reparar en el posible "significado" de la imagen pintada. El
Yo-auxiliar y Director procesan los elementos que van apareciendo y elaborando
hipótesis.
Ø Una vez que todos terminaron su obra, se retira todo
el material del Escenario y pasa al mismo el Yo-auxiliar, quien se podrá la
máscara para que el Protagonista pueda verla "fuera de si mismo".
Se
puede continuar de dos formas:
a. Construyendo una imagen: se pedirá que complete la
imagen del resto del cuerpo, colocando al Yo-auxiliar en una posición acorde
con la forma de la máscara.
b. Pasando la máscara al Yo-auxiliar y abriendo una Dramatización
libre en la que el Yo-auxiliar deberá expresarse con predominio corporal,
complementando la actitud del paciente. Suele producir una reacción de sorpresa
e impacto emocional en el Protagonista.
Ø La máscara vuelve al Protagonista y la Dramatización
continua libre y espontánea. El paciente comienza a dramatizar influenciado por
la imagen que vio en la fase anterior pero favorecido por la máscara que oculta
el rostro.
Ø La máscara pasa de nuevo al Yo-auxiliar y se le pide
al paciente que intente vincularse con el mismo. El Yo-auxiliar tomará el rol
complementario, incorporando lo percibido en las fases anteriores.
Ø Se hace un "Cambio de roles". El
Protagonista se coloca su máscara y el Yo-auxiliar tomo el rol que juega el
Protagonista en la fase V. Se repetirán sucesivos "Cambios de roles"
que permitirán la progresiva aparición en escena del material movilizado, lo
cual era el objetivo de la técnica.
· Referencias:
ü
Blatner A. (2005). Bases
del psicodrama. México: Pax México.
ü
Blatner A. (2005). El
psicodrama en la práctica. México: Pax México.
ü
Psicodrama. Recuperado de http://www.psicodramamonterrey.com/5092.html,
abril 2013.
ü
Sampó, C. (2012). Psicodrama: un método potente y breve. Recuperado de http://www.artesanadelavida.com/2012/02/12/psicodrama-un-metodo-potente-y-breve/
abril 2013.
ü
Álvarez, P. Psicodrama y niveles sociogeneticos I: Teoría del
sociodrama familiar. Recuperado de http://www.psicodrama.info/drama1a.html,
abril 2013.
ü
López, E. Apuntes de Psicodrama Moreniano. Recuperado de http://grupopsicodrama.com/documents/Introducci%C3%B3nPsicodramaMoreno.pdf, abril 2013.
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